26: Reunión pesada

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Espera.

El alfa supremo espera, pacientemente, que todos los miembros del consejo estén sentados, en sus respectivos asientos, para dar inicio a la reunión, la cual convocó hace pocas horas atrás.

—Antes que nada quiero pedir disculpas por está reunión imprevista.

Habla con su típico tono, pausado y sereno.

—Imagino, majestad, que el tema, el cual se tratará, es muy delicado —menciona el más viejo del grupo—. De lo contrario, no nos hubiera hecho llamar a estas horas de la mañana.

—Así es —las miradas expectantes están sobre él—. Es un tema que me enteré ayer por la noche y después de meditar por largas horas de la madrugada llegué a la conclusión de que es preferible que lo sepan, miembros del consejo.

Antes que se enteren por la boca de otros.

Piensa con mal humor.

—Sé que la mayoría no estará a favor y lo entiendo, perfectamente; sin embargo, quiero que recuerden que el bienestar del reino está por encima de nosotros.

—Por supuesto, majestad.

—Tiene razón.

—Nada es más importante que el bienestar del reino.

El rey de Sefliglan evita poner los ojos en blanco ante esos comentarios hipócritas. Conoce a ese tipo de personas, siempre van a apoyarlo sin importar qué diga o haga, con tal de que tengan un estatus social asegurado y riqueza, podrían hasta lamer sus zapatos.

Solo por está vez me van a servir.

—De acuerdo, al trato que llegamos, miembros del consejo. El príncipe del reino sin nombre iba a contraer nupcias conmigo, luego del aniversario de la reina Kaede con seis meses de suma.

La Cámara del consejo asiente.

—Durante este tiempo he estado pensando en una estrategia para que nuestro reino acepte al príncipe de las tierras lejanas, pues deben saber que no todos los ciudadanos van a estar a favor de un nuevo rey.

—Eso es cierto, majestad —dice Gonta, uno de lo más fieles consejeros que ha conocido, quizás el único sincero del grupo—. La reina Kaede es muy amada por el pueblo, no será sencillo que acepten a alguien más.

—Lo sé, es por eso que idee un plan para que el pueblo vea que el príncipe del reino sin nombre es de confianza.

Miente al recordar el miedo y lágrimas del omega de cabellos blancos.

—La única forma es hacer que el sucesor de Sefliglan y el príncipe Komaeda creen un vínculo, un lazo, de cercanía.

—Disculpe, majestad —alza la mano en señal de que quiere hablar y el alfa supremo asiente ante el pedido— ¿Está sugiriendo que sea el príncipe Hajime quién despose al príncipe extranjero en vez de usted?

La respiración del gobernante del reino del sol se va por varios segundos tras aquella pregunta.

—No, mi plan no es ese —trata que no haya incomodidad en su rostro—. Mi plan es que el príncipe Komaeda reclame a mi hijo como su cachorro, así el pueblo sabrá que hay confianza entre los dos reinos y no habrá problemas cuando se dé la fecha del matrimonio.

 Our Kingdom © [KamuKoma/Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora