Coloca.
El príncipe del reino sin nombre coloca el libro, el cual acaba de terminar, en dónde lo encontró. Una pequeña sonrisa está posada en sus finos labios al recordar el hermoso contenido sobre la fauna y flora que tiene el reino de Sefliglan, le gustaría poder apreciarlas; tal vez, si le comenta al rey su deseo este pueda hacerlo realidad. Se sonroja, levemente, ante la idea, duda tener el coraje para hacerlo, a pesar de que llegaron al acuerdo de intentar romper la relación entre rey y príncipe, no sabe si va a poder ser capaz.
-Ha pasado una semana -susurra recordando aquella charla con el alfa supremo-. Una semana.
Evita soltar un suspiro, gira el rostro hacia la parte derecha de la biblioteca y observa cómo los colores del atardecer comienzan a irse. Decide llevar unos cuántos libros a sus aposentos, el príncipe Hajime le dijo que no había problema que lo hiciera, siempre y cuando los regrese.
Aprieta con fuerza los libros contra su pecho por las intensas miradas, más de los alfas, que están por los pasillos, apresura el paso con moderación y el corazón se le acelera al escuchar las burlas por parte de su especie respecto a su vestimenta.
Todavía, le cuesta trabajo adaptarse al entorno del castillo.
Cierra con suavidad la puerta de sus aposentos, gira sobre los tobillos con rapidez al reconocer el aroma de un extraño y se queda estático al ver la figura de una mujer.
-Tiene que ser más corto.
Escucha que dice tirando uno de sus vestidos al suelo y desprende feromonas de miedo al oler que es un alfa. Extiende la mano, lentamente, hacia el pomo de la puerta para huir; sin embargo, se detiene cuando la mujer se da la vuelta.
- ¡Oh! ¡Ya estás aquí!
Retrocede sin saber qué hacer cuando el alfa hembra se acerca hasta su persona, el gris se expande en el momento que las manos de la mujer agarran sus mejillas y se pone pálido por la cercanía.
-Sin duda, eres muy lindo -los ojos azules lo miran con intensidad-. Me gusta -sonríe mostrando los dientes-. Mis nietos serán hermosos. Ah, no puedo esperar para que nazcan.
El omega de cabellos blancos retiene la respiración por unos breves segundos cuando su cerebro le informa que la mujer de cabello rubio es la madre del rey de Sefliglan.
-R-Reina.
Murmulla inconscientemente.
La madre de Kamukura suelta el rostro del príncipe del reino sin nombre, no deja de sonreír y asiente ante aquellas palabras.
-Así es, príncipe Komaeda. Soy Enoshima Junko, la reina de Sefliglan -suelta un pesado suspiro-. Bueno, eso era hasta que mi hijo se casó con Kaede -hace una mueca de disgusto-. Ugh, lo único decente que hizo esa fue darme a mi hermoso nieto Hajime.
Komaeda empieza a sentirse incómodo y recuerda que debe hacer una reverencia por lo que agacha la cabeza, pero se sorprende cuando la antigua reina lo ha tomado de los hombros.
- ¡Ay! ¡No!
Parpadea al estar aturdido.
-No hace falta la etiqueta conmigo, querido.
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Our Kingdom © [KamuKoma/Omegaverse]
FanfictionKamukura Izuru es el rey del gran reino Sefliglan. Komaeda Nagito es el príncipe de un pequeño reino sin nombre. Sefliglan toma posesión de este miserable reino. _________________________________________ ✅Contenido -Época antigua -Traición -Violenci...