12: Noche de charla y pensamientos culposos

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No.

El rey de Sefliglan no puede asimilar el hecho de que el omega de ojos color del cielo en días de lluvia tenga diecisiete años, es decir, creyó que tenía más de veinte y que si se veía joven era debido a que, tal vez, usaba lociones o recetas caseras, las cuales usan las mujeres para conservar la belleza; por su mente jamás pasó la probabilidad de que podía ser debido a que en realidad era menor de edad.

Tan joven.

Piensa soltando un pesado suspiro y no puede no sentir responsabilidad respecto al cumplimiento de la tradición.

Tres golpes en la puerta hace que abra los ojos y se incorporé para sentarse.

— ¿Otra vez, pequeño?

Cuestiona al observar los ojos llorosos color esmeralda cuando el dueño se ha asomado por la puerta y al momento en que este asiente abrazando con fuerza su almohada extiende los brazos para que su cachorro corra hasta ellos.

—Ya, todo está bien, pequeño —susurra escuchando el llanto—. No debes tener miedo.

—L-La extraño....qui-quiero a mi mamá —dice llorando con los ojos cerrados— ¡Extraño a mi mamá! ¡La quiero de vuelta!

El corazón del alfa supremo se oprime, abraza con más fuerza a su heredero y desprende feromonas de protección para hacer que se calme.

—Lo sé, Hajime —acaricia los cabellos castaños con ternura—. También, extraño a tu madre.

No miente.

Kaede fue su mejor amiga. Era una omega amable, dulce, fuerte y sobre todo valiente, nunca dudaba de una decisión; por más que tuviera un resultado negativo, no se daba para atrás. Asumía sus errores y aprendía de ellos.

—Pero, sabes que no puedo hacer nada para traerla de regreso —el tono es nostálgico—. Por más que quisiera hacerlo. Es imposible.

Lo sabe.

El cachorro lo sabe perfectamente y aquello es lo que más le duele.

Kamukura acomoda a su hijo a su costado, lo abriga con las grandes y pesadas sábanas de algodón, besa su frente limpiando las lágrimas, y tararea una canción de cuna.

—P-Papá —murmulla en medio de la noche—. Si extrañas a mamá, ¿por qué has buscado un reemplazo?

— ¿Te refieres al príncipe del reino sin nombre? — Responde con afirmación—. Hajime, hijo, el príncipe Komaeda no está aquí para reemplazar a tu madre. Jamás existirá nadie que pueda hacerlo.

Es sincero.

—Pero, todos en el palacio dicen que vas a... —sorbe su nariz—,...vas a hacerte cargo de él.

Frunce el ceño, molesto, pues la idea de que estén hablando de esa forma sobre el omega de cabellos blancos hace que se ponga de mal humor, no quiere pensar en las palabras que habra oído su cachorro.

Pobre Togami.

Para el alfa de ojos azules habrá sido incómodo responder a la curiosidad del pequeño castaño.

 Our Kingdom © [KamuKoma/Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora