Chris Evans I

9.3K 92 5
                                    

Narra Baby

Al abrir la puerta del local el olor a diversión y relax inundó mis fosas nasales. Seguidamente, mis músculos se destensaron al dejar, de un portazo, el estrés aparcado en la calle, en esa fría noche de Enero.
Mi pub favorito era como mi segundo hogar. Si no tenía tiempo para ir a casa después de las prácticas, me pasaba las horas allí. Si quería invitar a un amigo a tomar algo, mi primera opción siempre era este sitio.
Conocía a la dueña, Abby, desde hacía casi ya cinco años y había entramado una muy buena amistad con ella. A veces incluso me invitaba a un par de copas más o me retaba en una partida de billar aunque yo siempre era la que la ganaba. Adoraba ese juego pero en ese preciso instante, sólo quería sentarme en la barra y tomar una cerveza tranquilamente, viendo el panorama para así sacar de mi cabeza todos los informes de los juicios a los que había asistido como abogada en prácticas. Estudiar derecho había sido duro pero presenciar juicios para luego analizarlos, era horriblemente aburrido y agotador.
Caminé hacia uno de los taburetes y me senté, resplando como un caballo al mismo tiempo que me quitaba el abrigo y lo dejaba sobre el respaldo del asiento.
Tomé la goma que anudaba mi cabello para apelmazarlo y liberarlo sobre mi espalda. Sacudí un poco la cabeza, apoyando los brazos sobre la superficie de madera para buscar con la mirada a Rex, el camarero que solía estar ahí los Lunes por la noche y que por cierto no me caía especialmente bien.
Aunque, para mi sorpresa, no fue él quien de pronto surgió por el otro lado de la barra. Era otro chico, de cabello rubio oscuro y ojos de un azul turquesa intenso, labios carnosos y rígida mandíbula. Mi ávida mirada no tardó en deslizarse por su fuerte cuello hasta sus rectos hombros y más abajo, un pecho tonificado y unos musculosos brazos que se adivinaban bajo la blanca y negra tela de su traje de barman.

 Mi ávida mirada no tardó en deslizarse por su fuerte cuello hasta sus rectos hombros y más abajo, un pecho tonificado y unos musculosos brazos que se adivinaban bajo la blanca y negra tela de su traje de barman

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Por un momento me quedé tan extasiada que no me di cuenta de que me estaba mirando con una tímida sonrisa.

—Perdona, estaba distraída —reí algo avergonzada, pues no había estado distraída mirando una mosca sino su divino cuerpo y él parecía haberse percatado.

—Tranquila —contestó aún con esa sencilla pero adorable sonrisa—. ¿Que quieres que te ponga?

Mis uñas golpetearon la madera un par de veces.

—Una cerveza pinta, por favor.

Él asintió, tomando la copa para llenarla desde el barril. Se notaba que era nuevo no solo en el pub sino en el trabajo pues no se movía con soltura tal y como Rex lo hacía. Sin embargo, prefería esto mil veces. Sus brazos eran verdaderamente fuertes y sus piernas no se quedaban atrás... y ese culo... tosí un poco y desvié la mirada hacia el frente cuando el chico me trajo la bebida junto con un cuenco con aceitunas negras.

—Son mis favoritas —le sonreí.

—¿En serio? —apoyó sus manos en la barra y me miró con esos bonitos ojos—. También las mías.

Los dos bajamos un momento la mirada.

—Eres nuevo, ¿no?

—¿Tánto se nota?

One shots 《Actores》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora