31 DE JULIO.
Narra Jesús:
Me quedaban exactamente 23 horas y 50 minutos al lado de María. Si, después de llevar casi 6 meses juntos, María se iba. Y tal vez antes de salir de casa me propuse no gastar el tiempo llorando, pero sabía que lo iba a acabar haciendo.
- ¿Que te apetece hacer princesa? - pregunté acercandola hacia mi.
- ¿Te parece poco todo lo que hemos hecho? Desde ayer por la mañana no he pisado mi casa. Estoy rendida.
- Tenia que aprovechar tus últimas 48 horas. - dije abrazandola.
- Jesús, no quiero irme. No quiero irme sin ti. - me susurró.
- ¿Y crees que yo quiero que te vallas? Yo quiero verte cada día, abrazarte, besarte, cantarte... - suspiré. - Pero lucharemos contra la distancia, Navidades llegará pronto. - puse una sonrisa triste.
- Prometeme que me llamarás todos los días.
- Te lo prometo. Pero ahora, aprovechemos el tiempo que nos queda. - grité corriendo.
- ¿Donde vamos? - preguntó siguiendome.
- Tu siguime y ya verás.
Corrimos agarrados de la mano, por el campo que estaba todo seco debido a que era verano.
- Jesús para, no puedo más. Yo me doy por vencida. - dijo María sentándose sobre una piedra.
- Yoo, yo no me doy por vencido, yo quiero un mundo contigo, juro que vale la pena esperar, esperar y esperar un suspiro... - canturrée.
Entonces María se levantó y me besó. La cogí y la subí a mis hombros y caminamos así hasta llegar al picadero. Cuando llegamos, entramos y vi a mi yegua, a la que llevaba tiempo sin ver. Antes veníamos a montar tres veces por semana, pero desde que nuestros padres contrataron un hombre para que nos las cuidara, venimos menos.
- ¿Que mejor que un paseo a caballo antes de irte? - pregunté poniendome las botas.
- Te quiero, te quiero, te quiero. - repitió María.
La verdad es que montar a caballo era una de sus pasiones y más si montaba conmigo.
Nos montamos, yo delante y ella detrás. Iba apoyada a mi espalda mientras yo la cantaba pequeñas estrofas de canciones y ella sonreía. Cuando dimos un paseo bastante largo, llegó la hora de comer y yo lo tenía todo planeado. Había preparado una especie de pick-nic para comer en el campo.
- ¿Tambien has preparado la comida? Eres un cielo eh, ains que te como.
Yo simplemente sonreí y coloqué todo. Cuando acabamos la llevé al lago, uno de los lugares más bonitos de Mairena, que para nosotros tenía un significado especial, allí la pedí salir y creo que fue una de las mejores decisiones de mi vida.
Nos sentamos justo en el mismo sitio, donde habíamos pasado millones de tardes contemplando el paisaje mientras yo la cantaba o la acariciaba el pelo.
- ¿Te acuerdas de ese día? ¿Te acueedas de ese 3 de enero? - me preguntó María sentandose en mis piernas.
- No lo voy a olvidar nunca. - confesé. - Estos casi 6 meses han sido los mejores de mi vida, porque he estado a tu lado.
- Jesús, te voy a hechar muchísimo de menos, pero muchísimo.
- Yo a ti más princesa. - la besé. - Pero volverás pronto y... - me interrumpió.
- Y posiblemente cuando vuelva las cosas hallan cambiado... tu tendrás novia y yo - se quedó callada. - posiblemente tenga novio.
Aquello último me impidió que fuera a hablar, ella encontraría un chico mejor que yo y obviamente tener una relación con alguien a distancia es muy dificil, asi que me acabaría dejando.
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Contigo hasta el final (Jesús y Daniel)
FanfictionSegunda temporada de 'Una señal del destino (Jesús y Daniel)'