Capitulo 24. Cosas de gemelos.

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11 DE OCTUBRE.

Después de un largo día, me acosté sobre las 11, agotada.

Esta semana la habíamos tenido muy ajetreada llena de exámenes.

- Mañana es viernes, por fin. Un fin de semana no me vendrá nada mal para descansar. - pensé.

Diez minutos después, ya estaba completamente dormida.
12 DE OCTUBRE.

- Princesa, es hora de despertarse. - me susurró Dani acariciandome el pelo.

Sonreí y lentamente fui abriendo los ojos.

- ¿Dani? ¿Que haces aqui? ¿Como has entrado?

Dani me calmó y señaló la ventana.

- Tu desayuno. - dijo cogiendo la bandeja que tenía en la mesilla de noche.

- ¿Todo esto es para mí? - pregunté sorprendida.

Él asintió y depositó un dulce beso en mi mejilla.

- Yo sola no puedo comerme todo esto. Ayúdame y así acabamos antes. - le propuse, ofreciendole una tostada.

Desayunamos entre risas, haciendo el menor ruido posible para evitar despertar a mis padres.

Me vestí y despúes Dani me hizo una trenza de raíz hacia un lado. Como ellos tenían caballos, para las competiciones, los peinaban trenzadoles el pelo. La verdad es que a Dani se le daba muy bien.

- Te queda genial.

Sonreí y nos fuimos para el colegio. El trayecto hacia el fuimos los dos solos, ya que Jesús había ido a despertar a María y ya estarían allí. Supuse que la idea de venir a despertarnos y de llevarnos el desayuno se les habrá ocurrido a los dos. Cosas de gemelos.

- En plástica te voy a secuestrar.

- ¿Cómo? - pregunté desconcertada soltando una carcajada.

- Que en plástica te vienes conmigo. Te voy a llevar a un sitio.

- No puedo faltar a esa clase, es la última antes del examen de simetría y ya sabes que se me da fatal.

- Yo te doy la clase esta tarde en mi casa. 'No problem' - rió sin dejarme poner más excusas.

Entré a clase, y después de haber faltado durante toda la semana, Ángela había vuelto.

- ¿Dónde te has metido toda esta semana?

- Me encontraba mal, he estado un poco constipada, nada más. - dijo, evitando que la mirase a los ojos.

- No me creo que halla sido un simple constipado. - dijo negándome con la cabeza.

- Pues ha sido solo eso. Pero ya estoy mejor.

No insistí más y me senté en mi sitio.

Marina últimamente estaba más apagada, desde que ella y Rodri lo dejaron, no ha vuelto a ser la misma. Ahora estaba más apagada y apenas salía los fines de semana.

- ¿Cómo estás fea?

- Bien, supongo. - contestó con tono suave.

- Esta tarde tienes que salir, es una orden.

- No creo que salga, tengo que ayudar a mi madre con las tareas de la casa y todo eso. - se excusó.

- Esa es la misma excusa que pusiste la semana pasada, no cuela.

Contigo hasta el final (Jesús y Daniel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora