Capitulo 27. Nada es como antes.

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16 DE DICIEMBRE.

Aún faltaban diez minutos para que la alarma sonara pero como llevaba despierta bastante rato, me levanté. Apenas había dormido nada. Tenía los ojos rojos de tanto llorar. Bajé a la cocina, me preparé el desayuno y sin ganas me lo comí.

Miré el reloj, aún eran las ocho menos cuarto, pero salí a la puerta. Me senté en mi portal y empezé a recordar, a pensar en todo hasta que me vine abajo.

- Mira que eres tonta. - dijo Jesús acercandose para abrazarme. - Se te ha corrido todo el rimel, anda ves a lavarte la cara.

-  No quiero ir a clase, me niego a tener que explicarle a todo el mundo que me voy. - grité sollozando.

- Tarde o temprano tendrás que hacerlo, nosotros te vamos a ayudar. - dijo Dani tendiendome la mano para que me levantase.

- Hoy quiero estar sola. - comenté rechanzando la mano de Dani.

- No lo vamos a permitir. - negó Jesús. - Si hoy no quieres ir a clase, nosotros nos quedamos contigo.

- Hoy no hay ningún examen de nada. - acotó Dani.

Muy a mi pesar me levanté y me abrazé a Jesús, ya que Dani me debía una explicación por lo de ayer. Imaginé que Jesús le había contado todo.

- Voy a avisar a María para que venga. - dijo Jesús sacando su móvil del bolsillo. - ¿No os importa verdad?

Dani y yo negamos con la cabeza mientras Jesús se fue unos metros mas para allá para hablar por teléfono.

Se produjo un silencio incómodo. Giré la cara, para evitar mirarle a los ojos y me centré en el paisaje.

- Lo siento por no cojerte el teléfono yo ayer. - dijo serio, rompiendo el silencio.

- Supuse que estarías ocupado con otras cosas. No quería interrumpir nada. - contesté molesta.

- Estaba con Ali. - hizo una pausa. - Alicia, la de 4C. - aclaró.

- Ah.

- Antes nos llevábamos muy bien. Pero dejamos de hablar y apenas teníamos relación. Ayer me llamó porque su novio la había dejado y estaba mal. Necesitaba un amigo y fui. Solo eso. - me explicó, sentándose a mi lado.

- Ah, si entiendo. Es más importante consolar a una chica de la que ahora eres "amigo" que atender a tu novia. - contrataqué.

- No sabía nada, yo no cogí el teléfono y ella me dijo que no era nada importante. Ni siquiera me dijo quien era hasta que no llegué a casa y vi tu llamada no me enteré. Lo siento.

- Podías haberme llamado o algo cuando viste la llamada o cuando Jesús te lo contó. No sé. - dije, enfadada.

- Laura, de verdad, lo siento. Soy gilipollas.

- Eso no arregla nada. Dani, me voy en cuatro días.

- No quiero que te vallas. Te voy a echar demasiado de menos. - suspiró.

- No creo que me eches de menos, estarás con Alicia y no te acordarás de mí. - respondí ofensiva.

Dani no contestó y Jesús llegó cogido de la mano por María. En ese momento sentía demasiada envidia. María y Jesús eran una pareja muy envidiable, siempre estaban bien. Por muchos obstáculos que la vida les pusiese, ellos seguían bien. Confiaban plenamente el uno en el otro. En cambio, Dani y yo... en fin. Nuestra relación se basaba en un continuo sube y baja.

María se acercó a mí y corrió a darme un abrazo, que se alargó bastante.

- Tía me lo ha contado todo Jesús.

Contigo hasta el final (Jesús y Daniel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora