Capitulo 2. ¡Que empieze la fiesta!

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- Si, se me ha olvidado decírtelo antes - me mordí el labio. - En menos de una semana me mudo a Mairena, para siempre...

El estado de Sara cambió de estar riendo a carcajadas a que una lágrima recorriese su mejilla.

- Dime que no es verdad. - negó con la cabeza.

- Me temo que si, de verdad que me va a costar mucho dejar atrás 14 años de mi vida, y sobretodo a ti, que eres lo más importante que tengo aqui.

- Lau-ra, yo... - tartamudeó. - Yo no puedo vivir sin ti.

- Como me temía esto, he estado pensando una cosa..

- Dispara.

- Tenemos cuatro días más o menos para convencer a tus padres de venirte a pasar el resto del verano a Mairena, ya sabes el día 2 es mi cumpleaños y quiero que estés a mi lado.

- ¿Lo dices en serio? - dijo gritando y saltando como una loca.

- No, lo digo de broma - dije sarcásticamente. - Anda que tienes unas preguntas...

De repente me agarró la mano y empezó a tirar de mi. Nos recorrimos medio Madrid y todo para llegar al trabajo de su padre.

- Ni se te ocurra volver a hacerme esto. - la advertí.

- Es por una buena causa. Ven, que tenemos que convenzer a mi padre.

Con las pocas fuerzas que me quedaban, subí unas cinco plantas. Allí encontramos a su padre en el despacho, entramos y Sara empezó con sus métodos de convicción, que de nada sirvieron.

Acompañe a Sara a casa, fue todo el camino cabizbaja, se la notaba muy desanimada.

Conclusión: Tengo que hacer algo.

Volví a casa, mis padres estaban demasiado ocupados con el tema de la mudanza que ni siquiera se enteraron que había vuelto. Subí a mi habitación, y continue guardando mis cosas. En una estantería tenía todos mis libros, cogí la triología de Los Juegos del Hambre, amaba esos libros. Los tenía tanto cariño, y aunque me lo hubiera leído unas diez veces, no me cansaba. También cogí otro de mis libros preferidos, Canciones para Paula, de Blue Jeans. Empaqueté todos en una caja, pero me faltaba uno, mi libro de Buenos Días, Princesa que tuve que regalarselo a mi prima pequeña, pues se encaprichó de el.

Cuando acabé bajé a cenar, y era la mejor ocasión para decirles a mis padres que convencieran a los padres de Sara para que pudiera venir a Mairena.

- Nosotros se lo comentaremos, pero si no quieren dejarla, están en su derecho. - comentó mi padre.

Los abrazé y seguidamente subí a mi habitación, puse la lista de reproducción del móvil aleatorio y así finalmente me dormí.

- Buenos días, pequeña - me despertó mi madre mientras recorría las cortinas.

- Buenos días - contesté adormilada.

- Ha venido tu amiga Sara y me ha dicho que te diga que cuando te despiertes la llames, que es importante. - me comunicó mi madre.

Asentí y bajé a desayunar. Cuando acabé, llamé a Sara.

*Llamada telefónica*

- ¿Sara? ¿Que querías?

- Em si, esta noche a las 10 en mi casa, ponte guapa.

- ¿Y eso? ¿Que vamos a hacer?

- Ya lo verás, hasta esta noche cielo.

Y sin dejarme preguntar más, colgó.

Pasé la mañana organizando, y pronto llegó la hora de comer. Después, fuimos a visitar a mis abuelos maternos que vivían a las afueras de Madrid. Pasamos la tarde con ellos, en realidad ellos eran unas de las personas más importantes para mí, ellos se encargaron de mi en mi niñez, ya que mis padres trabajaban y los mejores momentos de mi etapa infantil los había compartido con ellos. Mi abuela me regaló una pulsera de plata.

- Esto es para que cuando más triste estés o más necesites un abrazo nuestro y no puedas dárnolo, mires esta pulsera y te acuerdes de nosotros y de todo lo que queremos. - dijo mi abuela mientras mi abuelo me la ponía.

Finalmente los abrazé. Lloraba de emoción, ya que ahora que me iba a Mairena no sabía cuando volvería a verlos. Nos despedimos y cenamos en un burger que estaba por allí cerca. Metí prisa a mis padres, ya que a las 10 tenía que estar en la casa de Sara. Cuando llegamos abrí el armario.

Venga, ahora haber que me pongo yo que no tengo ni idea de nada.

No me compliqué la vida, me coloqué una falda de tubo negra con una blusa azul celeste pillada por dentro y unas sandalias normales negras.

Avisé de que no sabía a que hora llegaría.

Ding, dong. - llamé al timbre.

- Laaaaura, estas ideal - contestó Sara con una copa en la mano.

- ¡Anda que tú! ¿Donde vamos?

- Pasa - dijo dejandome paso.

Estaba todo oscuro, y cuando por fin logré llegar al salón se encendió la luz y un montón de personas gritaro: ¡SORPRESAA!

La segunda vez en tres días que me dan una sorpresa, esto se está conviertiendo en rutina - pensé.

- ¿Y ESTO? - grité.

- Tu fiesta, ¿que te pensabas ir de Madrid sin despedirte? - dijo Raquel acercandose para darme dos besos.

Desde luego que Sara era la mejor. Fijo que todo esto había sido idea suya, como para no quererla.

Entre la multitud encontré a Sara y la agarré del brazo llevándola al jardín.

- Me apuesto cualquier cosa a que todo esto a sido idea tuya, ¿me equivoco?

- No JAJAJA. Te  merecías una fiesta así.

- Como vengan tus padres...

- Se han ido dos días a la playa, tranquila.

- Uf, menos mal. Oye como ha cambiado la gente en estos 15 días que no he estado.

- Pero si siguen igual tonta, haber si la que has cambiado vas a ha a haber sido tu. - dijo dándome una palmada en la espalda.

- Que no, que estoy igual. Bueno te dejo que sigas ligando con ese.

Sara me fulminó con la mirada.

- No estaba ligando con ese solo intentaba ser amable.

- Sisi.. - dije sacandola la lengua.

Entramos dentro y allí empezó a saludarme cada vez más gente. Se me acercaban chicos que no había visto en mi vida, pero en fin no iba a automarginarme en mi fiesta.

Entonces vi a Sergio, tenía ganas de  saludarle pero estaba un poco lejos, esquivé a tropecientas personas y por fin le divisé más cerca.

Justo cuando le llamé se subio a un mini-escenario que había preparado Sara. Cogió un micrófono y empezó a hablar.

- Bueno pues aqui estamos para disfrutar de esta magnifica fiesta de despedida para Laura, decirla que la vamos a hechar mucho de menos y que no la olvidaremos, y ahora ¡QUE EMPIEZE LA FIESTA! - gritó activando los altavoces y poniendo la música a tope.

Contigo hasta el final (Jesús y Daniel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora