Capítulo 4. Hasta siempre Madrid.

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Pasaron unos diez minutos y seguíamos abrazadas, Sara estaba un poco más calmada, pero seguía sin recordar nada.

- Ahora deberíamos recoger todo este desastre.. - dije cogiendo con un guante restos de comida.

- Si, antes de que mis padres me maten. ¡Gracias Laura! - dijo esbozando una sonrisa triste.

Nos pusimos música y empezamos a recoger todo, no podía quedar ni rastro de nada. Entre cepillos y fregonas nos motivabamos cantando, y así se nos hizo más a menos. Cuando por fin acabamos, eran las 7:30 de la tarde. Tenía tres llamadas perdidas de mi madre, así que la llamé.

*Llamada telefónica*

- Mamá, lo siento acabo de ver las llamadas, ¿que querías?

- Saber de tu existencia.

- ¡Sigo viva! - grité.

- Dejate de tonterías anda. Ah por cierto, mañana volvemos para Mairena asi que si todavía no tienes tus cosas preparadas será mejor que vengas a recogerlas. Saldremos por la mañana.

- Vale, ahora iré con Sara que me ayudará a terminar de recoger. Un beso.

*Fin llamada telefónica*

Cogimos unos bollycaos y emprendimos hacia mi casa. Una vez allí Sara se tumbó en mi cama y solo se limitaba a observar como desalojaba las cosas de mi habitación.

- Gracias por ayudarme, eh.

- De nada - contestó bromeante.

Terminé de recoger todo sola, después convencimos a mis padres para que Sara pasase la última noche conmigo en mi casa ya que sus padres no estaban.

Justo a la hora de la cena llamó la madre de Sara y estuvo un rato bastante largo hablando con la mía, cuando acabó se dirigió a la mesa para darnos la buena noticia.

- ¡Sara! ¡Que te vienes a Mairena con nosotros! - exclamó mi madre efusiva.

Sara empezó a gritar y a expresar su felicidad repartiendo abrazos, besos y dando gracias a todo.

- ¡QUE VOY A CONOCER A DANI! - gritó delante de mis padres.

Estos se quedaron mirandonos atentamente, y mientras miraba a Sara, pensé una excusa.

- Si, Dani es una chica que he conocido alli, se llama Daniela pero la decimos Dani. - mentí.

- Claro, a Daniela - me siguió el rollo Sara.

Mis padres no muy convencidos no comentaron, solo dijeron que pospondriamos el viaje, saldríamos de madrid a media tarde, ya que Sara tenía que hacer la maleta y hablar con sus padres.

20 DE JULIO.

- ¿Has guardado todo? - pregunté tirada en la cama de Sara.

- Si, yo creo que no me dejo nada. Allí hace mucho calor, ¿no?

- Bastante. He pensado que alomejor te hechas algún novio por allí..

- No creo, a tu lado todos se fijarían en ti. - concluyó seria.

- ¿Te has mirado a un espejo? Eres guapisima tia. Y no me digas que no.

- No exageres eh. Yo lo único que quiero es disfrutar y pasármelo bien. Y ya si tiene que pasar algo, pues que pase. - dijo cerando la maleta.

- Yo te presentaré a todos. Son muy guapos los sevillanos eh - dije pensando en mi Dani.

- Ay Dani, quue te tiene loquita.. - suspiró riendo.

- Mi Dani es el mejor y no hay mas que hablar - dije levantandome de la cama con fuerza.

Sara empezó a reirse y a observar mi cara de tonta que se me ponía al hablar de Dani.

Después de haber mirado todo lo que llevaba unas doscientas veces, nos dispusimos a salir.

Llegamos a mi casa y allí dejó la maleta, era pronto aún. Nos quedaban dos horas para salir de Madrid, así que quedamos con Sergio, Raquel y algunos más para despedirnos.

Quedamos en un parque, en nuestro parque. Cuando llegamos nos sentamos y empezamos a recordar todos esos buenos momentos que habíamos pasado en aquel lugar y más exactamente en aquel banco. Todo el tiempo se nos pasó entre risas y anécdotas de cada uno. Las mías eran bastante vergonzosas, pero no pude evitar reírme al recordarlas. Nos despedimos con fuertes abrazos y los prometí que volvería pronto y que no me olvidaría de ellos.

- Chicos, que os llevo aqui - señalé mi corazón. - Y que aunque me valla, no os voy a olvidar, seguiremos hablando y un día de estos hacemos skipe, ¿vale Sara? - propuse.

- Claro, y así conoceis a los famosos gemelos, y etc.

- ¿QUÉ GEMELOS? - gritaron las chicas a la vez.

- Ah si, se me había olvidado contaróslo - me disculpé - Son unos amigos que he conocido allí y que ahora seré vecina de ellos.

- Que suerte tía, ¿y están buenos? - preguntó Raquel curiosa.

- Si, mucho - me sonrojé - Bueno, Dani uno de ellos y yo estamos saliendo - comenté.

Todos se quedaron con los ojos muy abiertos.

- ¿Como no nos lo has dicho antes? Enhorabuena Lau - exclamó Sergio dandome un abrazo.

Seguidamente se acercaron todos para darme la enhorabuena.

- ¿Es el chico de tu foto de perfil del wa? - preguntó Raquel.

- El mismo - sonreí - Esto son los dos - dije enseñandoles una foto de los dos.

- ¿Y como los distingues?

- Es fácil, con el tiempo te acabas acostumbrando, aunque al principio cuesta y a veces los confunda - reí.

- ¿Y el otro tiene novia? - preguntó Raquel muy interesada.

- Siento decepcionarte, pero si tiene.

Suspiró y todos empezaron a acribillarme a preguntas sobre ellos, yo contestaba todo, y cada vez que hablaba recordaba momentos con ellos y era una sensación inesplicable.

- ¿Entonces Jesús es el de la derecha? - preguntaba Raquel observando la foto.

- No, ese es Dani. ¿Y en esta?

- Dani el de la izquierda. - contestó.

- ¡Bieen! - has acertado. - ¿Ha sido suerte verdad?

- Si - rió - La proxima vez que vengas a Madrid te los traes que yo los quiero conocer, seguro que esos tíos me caes de puta madre - comentó Sergio.

Reimos todos hasta que mi madre me llamó anunciandome que nos ibamos a ir ya.

Entre lágrimas abandoné el parque con Sara.

- ¿Ha sido muy duro verdad? - preguntó mi madre mientras observaba mis ojos llorosos.

- Bastante, pero les he prometido que vendré pronto aunque solo sea de visita.

- Volveremos pronto, no te preocupes cielo - dijo mi madre mientras me abrazaba.

Subimos al coche, nos esperaban unas largas horas allí, así que Sara y yo nos pusimos los cascos para intentar dormirnos. Yo me dediqué a mirar por la ventana el paisaje, a mirar a Madrid por última vez. Posiblemente volvería más pronto de lo que imaginaría, por eso no me iba del todo mal.

- ¡Hasta siempre Madrid! - exclamé viendo los últimos edificios y el cartel que anunciaba que abándonabamos la comunidad de Madrid.

Sara se quedó dormida a la media hora de viaje, pero yo no era capaz. Cogí un libro y empezé a leer, entre tanta letra finalmente conseguí dormirme.

Contigo hasta el final (Jesús y Daniel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora