017| 𝙲𝚊𝚖𝚙𝚎𝚘𝚗𝚎𝚜 𝚍𝚎𝚜𝚊𝚏𝚘𝚛𝚝𝚞𝚗𝚊𝚍𝚘𝚜

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Los próximos cuatro días fueron difíciles para el grupo de amigos: pergaminos enteros de ensayos, prácticas de DCAO, todo incluso al punto de no tener tiempo libre. Eso sumando los entrenamientos de Quidditch para Minho, James, Newt y Thomas...simplemente una semana loca. Sin embargo, ya era viernes y los profesores (salvo el profesor Janson) se apiadaron de ellos y no dejaron trabajos fuera del aula.

Llegada la tarde, después de que tanto los leones como las serpientes hicieran sus deberes y llegaran del entrenamiento de Quidditch, acudieron a la sala deonde se encontraba el caliz de fuego para la selección de los campeones.

--Buenas Tardes alumnos-saluda McGonagall junto a el director Takahashi (Colegio Mahoutokoro) y la Directora del Colegio Durmstrang (Newt no recordaba el nombre de la mujer).- hoy estamos aquí para reunir a nuestros tres campeones del Torneo.

--¿Crees que Minho si quede?-cuestiona Newt nervioso a Thomas, el cual mira concentrado las llamas del Caliz.

--No lo sé...-responde. Minho fue a depositar su nombre al caliz al día siguiente del anuncio. Ojalá y no quede...no quisiera que algo le ocurriera. Piensa de manera egoísta el peli negro.

--Primero Mahoutokoro-señala McGonagall con voz ligeramente alegre.

El fuego que emana el caliz comienza a pasar de un azul palido a un rojo carmesí que se extendía casi medio metro a lo alto, lanzando un pequeño pedazo de pergamino al aire. Pasados los segundos, la profesora toma el pergamino en manos.

--¡Mitzuha Hagane!-grita Minerva.

Una chica de aproximadamente dieciseis años pasa al frente. Cabello oscuro como la noche, ojos de un extraño color violeta.

--Ahora Durmstrang.

El fuego volvió a lanzar su fuego carmesí, lanzando otro trozo.

--¡Andersen Caleb!-exclama con voz potente.

Un chico de unos diecisiete años quizás pasa al frente. Tiene cabello castaño y ojos azules.

--Ahora nuestro turno...-habla en tono más bajo.

La llama se mantiene azulada unos segundos más de la cuenta, sorprendiendo a todos cuando su intensa llama lanza...dos pedazos de pergamino...

Minerva toma ambos pedazos con claro nerviosismo. Los lee atentamente, como si gustara cambiar lo que lee con tan solo mirar.

--¡Newt Sangster!¡Thomas O'brien!-grita con un tono indescifrable de voz.

No otra vez. Piensa Newt al recordar la historia de Harry Potter, culpa de alguien más...

Dudoso, busca con la mirada a Thomas, el cual se encuentra pálido...más de lo usual. Con delicadeza, toma su mano y le da un apretón en muestra de apoyo, acto que el peli negro regresa para, después, levantarse y caminar al centro, soltando por ello la mano de su rubio.

--¡DIJIERON QUE NO ENTRARÍAN!- reclama Minerva echando humo por la nariz, más que molesta.

Tuvo que mandar a los otros dos campeones con los encargados de las casas y sus directores con tal de tener unos minutos a solas con el par de chicos en su oficina.

--Sucedió otra vez-defiende Newt con voz baja, temiendo del enojo de la directora.

--¿Otra vez qué?-cuestiona la mujer con el mismo enfado.

--Alguien puso nuestros nombres, no nosotros...como antes...-explica Thomas con voz tranquila.

El semblante de McGonagall se relaja, cambiando a uno de preocupación.

𝙴𝚗𝚕𝚊𝚣𝚊𝚍𝚘𝚜 © #𝙿𝙶𝙿2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora