Capítulo 4

1.4K 105 23
                                    

¿Amigos?

-Veamos...-Murmuro mordiendo mi dedo pulgar mientras veo la hoja detalladamente en busca de mi nombre. Cuando logró encontrarlo -que no fue tan difícil ya que creo en todo el instituto era la única con ese nombre-, me sorprendo al ver quién sería mi pareja. No puede ser-. ¿¡Qué!?

¿Cómo es posible que me haya tocado con él? ¿Y dónde quedó mi esfuerzo de no tener ninguna relación con él? Ni siquiera quiero verlo en pintura, diablos. No puedo decir que sea un error, la profesora los eligió y ya, no puedo reclamar. Solo es un trabajo.

Siento una mano sobre mi hombro haciendo que dé media vuelta  y veo a la persona que me desagrada ahora mismo, puede que exageré pero realmente sigo aún molesta con él.

–Vaya, veo que no estás muy feliz de verme...¿No te alegra ni un poco ser mi pareja? –Su tono burlón me molesta más.

–¿Debería de alegrarme por ser mi pareja?

–Yo lo creo si, cualquier otra chica en tu lugar lo estaría –Se cruza de brazos, manteniendo aquella sonrisa. Además de ser un super idiota, tiene un super ego.

–Tú mismo lo has dicho, cualquier otra chica, yo no. –Aclaro cruzandome de brazos–. Si quieres estar con una chica loca por ti, ve y búscate una. Mejor para mí

–¡Vamos! –Su brazo rodea mi cuello, por lo que me toma desprevenida y enseguida lo apartó con algo de brusquedad–. ¡No te enojes! 

–¡Ni te acerques! –Exclamo señalandolo con mi dedo– Idiota...–Murmuro lo último.

–Te escuche, niñita.

–Poco me importa...–Suspiro–. Hagamos esté trabajo bien, las parejas ya están decididas. No habrá ninguna queja más.

–Eres la única que se ha quejado.

–Mejor quédate calladito, ¡Oh no! Mejor vete con la tipa esa y déjame en paz, en mi tranquilidad ¿Puedes?

–¿A la tipa esa, te refieres a Mayu? –No respondí–. ¿Estás celosa?

Se agacha un poco colocándose de mi altura -era obvio que es más alto que yo- y acerca su rostro al mío. Sus ojos azules sobre mi me ponen algo nerviosa al igual que su repentina acercanía, sin embargo, logro ocultarlo. Mi enojo era más que esos estúpidos nervios.

–Por Dios, ¿Yo celosa? Esto no tiene nada que ver con celos. Serás idiota, ¡Y además aléjate! –Coloco mis manos sobre su pecho y lo alejo de mi, molesta.

Él chico me mira divertido, con una gran sonrisa. ¿Qué tanto le divertía a esté idiota? ¿Y cómo es posible que se comporte como si nada?

Antes de decirle algún otro insulto, siento unas miradas sobre mi persona. Algo confundida le doy un vistazo a mi alrededor en busca de aquellas miradas, logro captar a unas chicas lejos de mi, mirándome. Enseguida reconocí una de ellas, ¡Es la chica que me golpeó! ¿Por qué diablos me miran así? Rápidamente dejo de mirarlas y decido retirarme, no me dan buena espina.

–Mejor me voy, nos organizamos mañana, aún tenemos tiempo. Adiós –Me despedido del chico, que me mira algo extrañado pero ignoro aquello y me acerco a mi asiento para guardar mis cosas e irme, salgo del aula con rapidez. 

Logro llegar a mi sitio favorito, la azotea. Camine tan rápido que llegue pronto, la verdad aquellas miradas no me agradan para nada. Sentía que si me cada un minuto más en ese aula me matarían ahí mismo con solo mirarme.

Suspiro. Tendré que quedarme aquí hasta que suene el timbre de salida, siento que si me quedo aquí...estaré a salvo, no lo sé.

Estaba tan consumida en mis pensamientos que al sentir una manos sobre mis hombros, doy un salto que logro golpear a la persona detrás mío. Escucho su queja de dolor y me doy la vuelta enseguida con preocupación.

– ¡Lo siento, yo...! Oh, eras tú –Exclamo con sorpresa al encontrarme con Len, esté se sonaba el mentón. Al parecer le dí el golpe ahí mismo con mi cabeza–. Lo siento, me diste un suste...

Él agita su mano enfrente suyo sin darle importancia. Se coloca a lado mío, yo sigo sus movimientos aún algo preocupada, creo que si le dí un golpe bastante fuerte ¡Es que me tomo por sorpresa!

–Vamos, no te preocupes. No fue nada grave ni siquiera fue un golpe tan fuerte, aunque si dolió un poco pero nada más –Dice al notar mi preocupación–. Yo lo siento por asustarte así –Su disculpa me tomo por sorpresa por lo que no respondí enseguida. 

–¿Y qué haces aquí...? –Cambie de tema, realmente no sé supe que responder. No era la disculpa que esperaba realmente pero igualmente me sorprendió.

–Quisiera saber en dónde haremos el trabajo, ¿En tu casa o en la mía? Realmente no me importa en donde, pero tú decides.

–En mi casa está bien, queda más cerca...

–Muy bien, nos veremos hoy en la salida. Aún falta una clase más la cual está libre pero yo estaré en otro lugar. Hay que ir preparándonos lo más pronto posible.

Asiento ante sus palabras, tenía algo de razón. Es mejor hacerlo lo antes posible y así no tener problemas a último momento.

–Entonces nos vemos en la salida, yo me quedaré aquí así que puedes irte –Le hago un gesto con mi mano, indicándole que puede irse. Él se queda callado unos segundos, creo que esta pensando en algo–. ¿Qué?

–No...nada. –Balbucea. Yo alzó una ceja ante su repentina timidez, ¿Y a esté que le pasa? –. ¿Puedo hacerte una pregunta?

–Dale, hazla.

–¿Quieres que seas amigos? –Aquella pregunta me toma por sorpresa por lo que no respondí enseguida nuevamente–. Yo... quería disculparme.

–Esperabas lo que hicieras –Respondí sincera. De verdad lo esperaba, en el fondo creía que no podría ser tan idiota en hacer tal cosa ya que antes me ayudó, aunque en los días que estuve enojada con él no se atrevió acercarse y disculparse, quería creer en ello. Ahora al fin lo hace–. Aunque puede que ahora no te perdone fácil hasta que demuestres que estás arrepentido, quizá más adelante si. Sabía que no eras tan idiota

–Entonces no seré tan idiota desde ahora. Y quisiera repetir mi pregunta anterior; ¿Quieres que seamos amigos?

–Supongo que no estaría mal serlo, ya no me desagradas tanto. Empezamos un poco mal, podemos llevarnos bien poco a poco –Al ver su sonrisa, hace que yo lo haga. Es bastante contagiosa.

–Genial. Desde hoy seremos amigos.

————————
Capítulo editado.
30/10/20

La chica solitaria y el chico popular [RiLen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora