Capítulo 38 (2)

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Gumi y yo nos quedamos en shock en encontrarnos tal encima. Yo fuí la primera en reaccionar, me acerque a Neru con una gran preocupación y la ayude a ponerse de pie, se veía...muy mal.

– Por Dios, Neru. ¿Qué te paso? –La tome de los hombros y observé detalladamente su rostro, estaba muy lastimado, tenía su labio partido y en su mejilla un pequeño corte que sangraba además que tenía varios moretones. Neru no decía nada–. Neru, responde por favor ¿Quién te hizo esto? –Por mi mente paso Mayu, no lo sé. Nunca supe que alguna vez intimidó a Neru pero no conocía a nadie más que es capaz de hacer tal cosa horrible, me lo hizo a mi ¿A quien más no se lo haría? Esa chica está loca.

– ¡Debemos llevarte a la enfermería enseguida! –Gumi al fin había reaccionado, se acerco colocándose a mi lado. Tomo el brazo de Neru y lo coloco sobre sus hombros, yo iba hacer lo mismo pero la voz de la rubia me detuvo.

– No....–Murmura débil–. Estoy bien

– ¿Acaso no te estás viendo? –Exclama Gumi algo molesta pero con mucha preocupación–. ¡Estás herida, Neru! He-ri-da –Deletrea cada palabra con dureza–. ¡Vamos a la enfermería de una vez!

Neru iba a decir algo más pero le lancé una mirada que no dijera nada, después de todo la llevaríamos quisiera o no, por lo que decidió callarse y dejarse llevar. Al salir del baño de chicas nos encontramos con el pasillo solitario -por suerte, no queríamos lidiar con algún profesor o alumno- caminamos en dirección a la enfermería, la cuál por casualidad -o suerte- se encontraba unos pasos de ahí.

Llegamos pronto, Gumi empujó la puerta con su pie abriéndola. Entramos llamando la atención de la enfermera que se encontraba guardando ciertas cosas, al parecer ya estaba apunto de irse. Su rostro se convirtió uno de preocupación al ver el estado de Neru, la invitó a sentarse en la camilla, cosa que hizo sin decir alguna palabra.

– ¿Qué te ha pasado, jovencita? –Curiosea con un poco de preocupación. Con unas pinzas en su mano derecha toma un algodón con alcohol para dar pequeños toques a las heridas en su rostro, Neru hace pequeñas muecas de dolor y suelta una que otra queja por lo bajo. Sin embargo, no responde a la pregunta de la mujer, hizo oídos sordos—. Si alguien te golpeo, debe reportarlo señorita —Menciona la enfermera con notaría preocupación.

— ¡No! Yo...—Balbucea—. Me golpeé con la puerta —Miente. ¿Por qué? ¿Miedo? La entiendo, yo tampoco quise decir lo que me hizo Mayu antes.

La enfermera la mira con una mueca, obviamente no estaba convencida y no creía en sus palabras. Y como no, yo tampoco lo hacía ni Gumi, aquel golpe no fue causado con una puerta. La mujer termina de curar el rostro de Neru, para después retirarse pero antes de hacerlo le murmura algo a la pelinaranja que no logro escuchar. Cuando quedamos solo nosotras tres decido hablar primero.

– Neru...–La llamo con suavidad, enseguida tengo su atención. Al ver si rostro hace que apriete mis puños de la molestia. Verla llena de curitas y un gran moretón en su ojo y en su labio me dolía—. Por favor, dinos quien o quienes te hicieron esto —Tomo sus manos y las aprieto con fuerza para brindarle mi cariño y apoyo, sea como sea haré lo posible para ayudarlo. Siento la presencia de Gumi a mi lado, coloca su mano sobre el hombro de Neru, enseguida los ojos de la mencionada se humedecen.

—Fueron... ellas –Balbucea, en un hilo de voz. Toma aire, era notorio que le costaba decirlo— Las amigas de Mayu...

Un recuerdo ella a mi mente, las chicas junto a Mayu aquella vez que me golpearon. ¿Serían ellas o otras? Igual llevo mucho sin verla aunque son de un grado mayor, sin embargo, creo que no fueron expulsados como lo hicieron con la loca. Aprieto más mis puños, sintiendo un leve dolor me estaba con mis uñas pero no le di importancia.

La chica solitaria y el chico popular [RiLen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora