-Pues... yo...- Notaba su indecisión a kilómetros. ¿Pero por qué no lo tenía claro?- Sí.- pero aquella respuesta me había sorprendido.
-¿Si? ¿vendrás?
-Pues claro que si Malú. Te dije que si al principio y te digo que si ahora. ¿Acaso te crees que te voy a dejar sola con tanto mexicano suelo?- sonrió pícaramente y besé sus labios.
-Me hace muchísima ilusión que vengas Dani, de verdad.
-Y a mi ir, a tu lado siempre.- me guiñó un ojo y sonreí.- Bueno ¿se lo dijiste ya a Martina?
-No, no. Díselo tu que pasa eso es tu hermana.-reímos
-Cierto, cierto... Bueno, voy a hablar con ella.
-Vale cariño.- besé sus labios y se fue a la habitación de Martina.
--------------------Narra Dani:
No estaba realmente seguro de si quería o no decirle a Martina que me iría mañana. Al fin y al cabo ella se iba en dos días ¿por qué no esperar un poco para decírselo? ¿Por qué no disfrutar de un rato juntos? Básicamente porque, bueno... Nunca había tenido que separarme tanto tiempo de mi hermana y esto me iba a costar horrores. Para mi seguía siendo una enana, y yo me veía incapaz de separarme de ella. Supongo que la quiero tanto y la protejo tanto, a sobremanera también, que aún me cuesta asimilar que vaya a estar un mes en París.
Abrí la puerta de su habitación, despacio por si estaba durmiendo y la vi sentada junto a la ventana. Parecía estar llorando, aunque tampoco pude verla bien. Di tres golpes en la puerta y di un paso.
-¿Puedo pasar?-dije con un leve hilo de voz-Si, si. Pasa Dani.- sonrió. Vi sus ojos, hinchados y enrojecidos pero no me atrevía a preguntar. No podía ser por el viaje, desde luego.
-Martina... ¿estás bien?
-Lo estoy, si...- dijo, no muy convencida pero lo dejé estar
-De acuerdo... ¿Necesitas que te ayude con las maletas o...?
-Por suerte ya las he acabado.- reímos
-¿Y no necesitas que te lleve a comprar nada o algo?
-Tranquilo Dani, lo tengo todo. Pero... algo me dice que tu si necesitas decirme algo ¿no?
-Para nada mujer, solo quería saber si necesitabas ayuda...
-Anda, no me marees y cuéntame. ¿Ha pasado algo?- Me senté a su lado y se giró hasta quedar frente a mi.
-A Malú le han cambiado la fecha del vuelo a México... A mañana.
-¿A mañana? ¿Tendré la casa para mi sola un día entero antes de irme a París? Hermanito, no se si te das cuenta de que puedo organizar una gran fiesta a tus espaldas... Yo lo dejo caer...- reímos
-Tranquila, eres demasiado aburrida para hacer tal cosa.- me dio un puñetazo y reímos
-Bueno, ahora dime, ¿cual es el problema?
-Pues... que yo quería estar pasado mañana cuando tu te fueras...
-¿Te das cuenta de lo bobo que eres? A ver Dani, me voy un mes, no voy a estar años fuera de casa ¿vale? Tienes que estar tranquilo hombre, no voy a venir casada, ni embarazada, ni alcohólica ni drogadicta.- reímos. La verdad, me hizo mucha gracia la forma con lo que lo decía, tenía un desparpajo que me fascinaba.
-Vale, vale, me queda claro.- volví a reír- Bueno, ¿y que propones que hagamos para aprovechar el tiempo antes de que me vaya?
-Pues... Podríamos ir a ese restaurante que me gusta tanto.-me guiñó un ojo- ¿Te apetece?
-Pero... Eso por la noche ¿no?
-Claro Dani, no creo que sea recomendable cenar a las cinco de la tarde.- reí
-Si, lo se. Pero me refiero a que podríamos hacer algo ahora, antes de ir a cenar, no se. No me apetece quedarme en el sofá viendo la tele.
-¡Quieres irte por ahí y aún no tienes ni una maleta para llevar Dani! ¿Te das cuenta de lo irresponsable que eres hermanito? Siempre lo dejas todo para el último momento.- dijo mientras me miraba de pie, con los brazos cruzados frente a mi.
-Odio que tengas razón, no sabes cuanto.- rió- En ese caso tendrás que venir conmigo al centro comercial a comprar algunas cosas. No tienes escapatoria porque sino tendré que dejarlo todo para cuando volvamos de cenar... ¿que dices?
-Venga vale, pero solo lo hago para que no despiertes a Malú por la noche eh, que conste que es por eso.
-De acuerdo enana.- la abracé- Prepárate que nos vamos ahora mismo eh.- y salí de la habitación hacia donde estaba Malú.
-Cariño ¿que haces esta tarde?- le pregunté andando hacia ella.
-Pues debería ir a hacer la maleta. ¿Tienes un plan mejor?
-Yo tengo que ir al centro comercial a comprar una maleta. Y luego tengo que venir a hacerla.- reí- ¿Te convence?-Mmmm... Es bastante parecido al mío ¿no crees?
-No, no lo creo... Acabarás antes que yo.- reímos- Bueno, escucha, podemos ir a hacer cada uno nuestros recados y bla, bla, bla. Todo lo que quieras, pero iré a recogerte a las diez para ir a cenar, ¿quieres?
-Me parece una idea genial cariño.- sonrió y besé sus labios.- Bueno, entonces voy a irme ya, a ver si te gano.
-Lo dudo bastante.- volví a besarla.
Tras un par de besos más se fue a su casa y yo me quedé recogiendo un poco el salón y la cocina. Sobre las cinco y media avisé a Martina de que ya podíamos irnos a hacer aquellos recados y nos fuimos.Si os soy sincero, no me disgustaba del todo eso de ir de compras. Siempre pensé que era un buen hobbie, sobretodo yendo con mi hermana porque compraba todo lo que quería en un tiempo record, con lo cual nunca me daba tiempo a aburrirme.
Yo iba con la idea de tardar poco esta vez aunque mi hermana decía que mínimo nos llevaría unas tres horas. Y una vez más, tenía razón. Estuvimos allí horas y horas... Incluso juraría que más de tres.
Nos recorrimos tienda tras tienda, viendo miles de cosas. En lugar de una maleta compré dos. En lugar de un par de camisetas, yo creo que renové mi armario... Y es que, creo que al fin y al cabo eso lo había heredado de mi madre, que cada vez que iba al supermercado, según ella "a comprar un par de cosas" por poco se traía el supermercado al completo.
Y así fue, cuando supuestamente solo tenía que comprar una maleta, estuve allí más horas de las previstas y me llevé a casa el triple de lo pensado.
Llegamos a casa poco antes de las ocho. Había quedado con Malú de recogerla a las diez y aún no tenía hecha la maleta y en definitiva, iba a contrarreloj.
Le pedí a Martina que me ayudara a dejarlo todo preparado y gracias a ella podría terminar antes.
Nos pasamos un rato entre carcajadas, viendo lo que meteríamos en la maleta y lo que tendría que quedarse. Y entre risas y bromas acabamos en menos de una hora, cosa que me facilitó mucho todo.
Por fin acabamos, nos preparamos y ya estábamos listos para ir a recoger a Malú.
Y así íbamos a pasar una última noche los tres, antes de que todo cambiara...
