- 23 - TODO LO QUE TENGO ES TU MIRAR

385 12 0
                                    

Me desperté por la mañana y la vi completamente destapada. Recorrí su espalda con mi mano y me levanté como pude para besar su cuello. 

-Buenos días preciosa.- le dije sonriendo, al ver como ella también sonreía

-Buenos días mi vida. ¿Qué tal has dormido? 

-Genial, ¿y tu? 

-También.- sonrió

-¿Trabajas hoy? 

-Si... tengo una reunión porque dentro de poco me voy a México... 

-Ah... bueno entonces...

-Pero podemos comer juntos, tendré un ratito libre seguro.- sonrió- Pero si quieres eh, no te obligo.

-Claro que quiero boba. Me avisas cuando tengas el descansito ¿vale?

-Genial.- sonrió- Me voy a vestir y me voy. Ah, y por la noche si quieres vamos a mi casa, que esta es muy bonita pero ya no me queda ropa- me quitó la lengua y luego me besó. Acto seguido se fue corriendo al baño a cambiarse. 

Le envié un whats app a mi hermana para saber donde estaba pero no me contestaba. Decidí llamarla, para saber si había pasado algo. 

-¿Si...?- dijo con voz de dormida

-¡Buenos días hermanita!

-Dani, no me jodas. Son las ocho tío...- parecía enfadada, pero me encantaba picarla. 

-Anda, anda, deja de quejarte y vístete que hoy desayunamos juntos. 

-¿Estás de broma? No, no. Yo no salgo de la cama hoy. 

-Como quieras, pero en diez minutos estoy en casa.

Al parecer se enfadó, porque me colgó. A saber lo que habría hecho anoche para tener tanto sueño... Mi hermana era de las que les gusta levantarse temprano "para aprovechar más el día" según ella dice. Clavadita a mi madre, tal cual. Malú se había ido mientras yo hablaba con Martina. Me lanzó un beso desde la puerta de la habitación y se fue corriendo escaleras abajo. 

Me vestí y bajé a la cocina con tranquilidad. Me serví un vaso de agua y me despedí de aquella casa que tanto me gustaba. Recogí todo, para que si Esteban venía en estos días lo tuviera todo tal y como estaba y cuando acabé me fui. Malú se había llevado mi coche así que llamé a un taxi. 

No tardó mucho en venir así que llegué pronto a casa. Claro que no tardé diez minutos como le había dicho a Martina. Subí a casa y estaba en el sofá esperándome, con cara de muy enfadada. 

-¿Y tus diez minutos? ¿Se te perdieron?

-Anda boba, no te enfades. Vine lo más rápido que pude. 

-La casa de Malú está a cinco minutos de aquí. ¿Me estás vacilando?

-No estaba en casa de Malú. Estaba en casa de los abuelos, la que compartimos con Esteban. 

-Anda... ¿Le gustó? A Malú, digo.-  por fin sonrió, esa cara de rancia que tenía al principio no me gustaba nada

-Si, le encantó.- sonreí.- Bueno ¿y tu que hiciste?

-¿Yo? Esto... pues... salí.- La noté nerviosa. Nerviosa como cuando nuestros padres nos interrogaban sobre algo que sabían que habíamos hecho, pero nosotros no sabíamos que lo sabían. Nerviosa, demasiado nerviosa. 

APRENDIZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora