- 31 - ¿POR QUÉ SERÁ QUE COMPLICAMOS TODO?

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Llegaba la noche en México y el cansancio me podía. No sabía donde estaba, ni tampoco como volver al hotel. Estaba perdido en una ciudad que no conocía, intentando, de manera imposible por cierto, quitarme de la cabeza todo lo que estaba pasando con Malú. 

Cogí mi móvil para llamarla, a ver si no estaba ocupada y me cogía el teléfono pero la suerte seguía sin estar de mi parte. Esta vez mi móvil estaba sin batería. 

Decidí volver al hotel, entre otras cosas por si ella ya había llegado. Las ganas de verla, quitando todo lo demás me podían demasiado. 

Le pregunté a una señora que encontré en un banco y me dijo por donde tenía que ir.

Me sorprendió sobre todo la simpatía de la gente, el echo de que sin conocerte de nada hablen contigo y sin ser bordes en absoluto. Eso me encantó. 

Llegué al hotel pasada una media hora. Casi media noche y en la calle hacía un frío poco normal. 

Subí a la habitación pero cuando estaba a punto de entrar frené en seco. Los escalofríos empezaron a invadirme y no hacía otra cosa que temblar. Mi intuición me decía que algo iba a pasar, pero no sabía el que. 

Decidí esperar un par de minutos y finalmente entré. 

Nada más abrí la puerta escuché ruido en la habitación. Iba de un lado a otro sin parar y no parecía importarle que acabara de llegar.

Me acerqué a ella pero ni siquiera me miró. Algo pasaba.

 

-Por si no lo sabes estoy aquí.- dije serio cruzándome de brazos frente a ella.

-Lo se, ya te vi.- comprendí que algo no iba bien porque su tono no era el mismo de siempre.- Ya hablaremos, ahora tengo que irme. 

-No, Malú, no. Quiero que me digas que es lo que pasa. Por qué ya no estás nunca desde ayer, que te fuiste por la noche con alguien y no te dignaste a volver, ni a llamarme. Quiero saber quien es y por qué narices no me lo dices. Necesito saber que es lo que pasa. 

-Tengo que irme, en serio.- la miré varias veces y me preocupé aún más. Llevaba un vestido ceñido, negro y con la espalda descubierta. La cogí del brazo y la frené para que no saliera por la puerta.- Daniel, suéltame. 

-No hasta que no me digas que es lo que pasa. 

-¿Y si no te lo digo?- hubo un silencio incómodo, que hizo que los escalofríos volvieran a invadirme

-Si no me lo dices me voy. 

-¿Y crees que si te lo digo lo soportarás?

-¿Acaso es tu novio de repuesto o como va la cosa?

-Es mi ex.- me quedé helado. No me esperaba aquello para nada. Y que no me lo hubiera dicho antes me hacía pensar demasiado. 

-¿Que quieres que piense si me lo ocultas y me lo dices cuando tengo que preguntártelo? 

-Lo siento Dani... Pensé que no me dejarías quedar con el... Vino ayer después de muchos años sin verlo y quise pasar algo de tiempo con el, saber como estaba, de su familia... 

-Yo no soy quien para prohibirte que veas a nadie Malú. Tampoco soy de esos. Pero ocultándome estas cosas lo haces peor. ¿Tu sabes lo mal que lo estoy pasando por ir a ciegas? ¿Al no saber si es que te pasó algo o qué? 

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