Bueno, supongo que no es necesario que os de detalles de lo que pasó después... Todos os imagináis lo que se hace cuando pierdes a alguien ¿no?
Bajamos los tres; Martina, Malú y yo a saludar a mi familia. No les presenté a Malú, porque no hacía falta. Nada más nos vieron entrar vinieron corriendo hacia nosotros.
-¡Danielito! ¿Esta es tu novia? ¡Se me parece mucho a una famosa!- dijo mi abuela, que aún no había caído en la cuenta de quien era.-¡Pero que dices mamá! ¿Como va a ser su novia? ¡Claro que es famosa, es la cantante, Malú!- dijo mi tía, mirándome con una cara de reencor que no le cabía encima. Pues seguía enfadada por haberme llevado a mi hermana de allí...
-En realidad...- iba a hablar pero me cortó Malú.
-Si, soy su novia. Encantada- sonrió. Me quedé a cuadros. Desde luego no tenía ni idea de que quisiera contarlo, así sin más en tan poco tiempo... Me sorprendió, si, pero me alegró muchísimo a la vez. La cara de mi tía en ese momento era un cuadro. Y es que claro ¿quien se iba a imaginar tal cosa? Ni siquiera yo me lo creía aún.
Estuvimos allí un rato, fuimos a la misa pero antes de que acabara yo tenía que salir de allí. No aguantaba esto, no podía ver a mi madre metida en una caja. Ni siquiera quise preguntar como murió, sabía perfectamente que no lo soportaría. Malú y yo volvimos al hotel. Ella entendía que a mi me costaba y mucho quedarme allí. No soy de piedra y todo aquello le afecta a cualquiera...Me apoyé en la barandilla del pequeño balcón que tenía la habitación, cubrí mi cara con las manos y allí me quedé un buen rato. Malú vino a los pocos minutos, se quedó de pie a mi lado y acarició mi espalda cariñosamente.
-Malú... ¿Tienes un cigarro?-Tu no fumas Dani...
-Lo se, pero lo necesito.
-No. No te voy a dar, sabes que es por tu bien.- Y si, lo sabía perfectamente. No le contesté, dejé que el silencio hablara por los dos. Se acercó más a mi, cogió mi cara con sus manos y siguió hablando.- Quiero que lo dejes ya. Quiero que sonrías, por tu madre. ¿Acaso crees que ella quiere verte así?- negué con la cabeza y sin poder evitarlo una lágrima resbaló por mi mejilla- Tu puedes con esto y más Dani, ya te lo dije. Tu madre quiere que seas feliz, que sonrías... A ella se le rompería el corazón si te viera así.- Al terminar de decir sus impactantes palabras, las cuales me hicieron pensar millones y millones de cosas, se acercó más a mi y me abrazó con fuerza, quitándome de todo pensamiento. Y digo quitándome de todo pensamiento por que conseguía que me centrara solo en ella, y eso me encantaba. Nuestros labios se juntaron y el tiempo se paró. Dejó de existir el miedo, la angustia, la tristeza... Los minutos ya no pasaban, todo estaba parado ante nosotros. Recordé entonces la pregunta que me había hecho antes: ¿me estaba enamorando? Pues... aunque parezca mentira y si os soy sincero, si. Estaba locamente enamorado de ella. Puede que lleváramos poco tiempo juntos, si. Demasiado poco, diría yo. Pero cuando el sentimiento es tan, tan grande se nota. Mi percepción del amor creo que es la típica, lo que se suele decir ¿no? Es decir, sabes que estás enamorado de una persona cuando llega y rompe tus esquemas por completo, cuando consigue que te olvides de todo con tan solo sonreírte. Cuando te habla o te mira y tiemblas sin poder parar. Cuando no dejas de pensar en ella, aunque haya mil personas más en quien pensar. El amor es eso que te rompe por completo y que no sabes controlar. Que piensas constantemente en que la vas a cagar, y del miedo que tienes lo acabas fastidiando todo.