ᴠᴇɪɴᴛɪᴜɴᴏ

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Esa fue la tarde del invierno, del verano y de la primavera. También del otoño, pero menos, porque ellos ya lo estaban viviendo. Mientras estaban en la casa del árbol, hicieron una lista. Algo tan simple, entre risas y emociones. Eal sentía que había encontrado a su alma gemela e Iván creía que cuando estaba con Eal ya no tenía que buscar ese "no se qué" que le hacía no estar satisfecho.

—Una lista con lo que tenemos que hacer juntos en la vida. — Iván propuso la idea cuando hubo un silencio en la casa del árbol y mientras que Eal miraba asombrado la calle en la que estaba la casa de Iván. Cuando el moreno habló, Eal se giró y contempló con curiosidad sus ojos.

—Vale, a ver. —Eal se sentó en el colchón de aire al lado de Iván. Suspiró y miró la mano del chico de ojos verdes, casi transparentes si les da una luz determinada. Su letra era despreocupada, pero con trazo rápido. Tenía estilo y se podía entender.

Los dos empezaron a sugerir ideas. Ir al parque de atracciones, a La Pedriza, a Noruega, pintar en una calle el paisaje, contemplar las estrellas, ir a la universidad juntos, jugar a lo que sea, quedarse a dormir en la casa del otro de vez en cuando, decir todo lo que se les pasara por la cabeza, gritar siempre que pudieran lo que fuera... Y, esa lista, poco a poco, palabra a palabra, se convirtió en una especie de juramente al que los dos aceptaron sin pensárselo.

La lista quedó inacabada, pero esa era la idea. La irían rellenando y tachando aquellos que hubieran cumplido, a pesar de hacer cosas que serán para toda la eternidad, como las risas. La pincharon en una de las paredes de la casa del árbol, como recordatorio.

—Me gustan tus ojos— Eal soltó sin pensarlo. Esa era otra de las cosas a las que habían accedido. Decir sus pensamientos, la verdad, no mentirse jamás. Iván era honesto, y Eal sabía que él sería su mejor amigo.

—Me gustan tus manchas— Iván sonrió pícaramente apartando la mirada. Le gustaba ver cómo Eal fruncía el ceño y sabía que él sería su mejor amigo para siempre.

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¡Hola! ¿Podéis dejar de ser tan geniales? Hemos llegado al puesto #95 en Historia corta y casi me pongo a gritar. Cada vez que pienso en ello tengo plantada una sonrisa en la cara, no se va. Otra cosa, también hemos llegado a 1k de votos y 1'6 k de leídos.

Infinitas gracias por vuestro apoyo a esta historia. Me encantaría poder agradeceros más, pero las gracias se me acaban y suelto muchos "gracias" siempre.

Espero que os haya gustado el capítulo, un beso ☘
≈Navy≈

Vi-tí-li-go {Enfermos I}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora