ᴠᴇɪɴᴛɪsɪᴇᴛᴇ {maratón}

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Clara e Iván. La nueva sensación del instituto. No podía ser de otra forma, todos lo veían venir. ¿Por qué? Simplemente fueron las miradas desde uqe se conocieron, los juegos de palabras entre ellos y lo competitivos que eran la una con el otro.

-Pues claro que están saliendo, aunque, ya ves, no creo que dure mucho. -Decía un chico a su grupo de amigos, riéndose.

Esto tampoco les importaba. Eran felices. Al menos Clara lo era. Iván seguía buscando, porque Clara no era lo que se supone que debía encontrar para ser feliz. No sabía que buscaba, pro Iván sabía que tarde o temprano lo encontraría.


El otoño ya llegaba a su fin, y cómo este perdía hojas, Eal perdía esperanzas.

Iván y Clara. Clara e Iván. Esto era lo que repetía un día en su cama, mientras miraba al techo y suspiraba. Quiso preguntar a su mejor amigo que es lo que veía en ella. Pero, por supuesto, no lo hizo.

Un día de estos lluviosos de otoño en los que nadie quiere salir de casa y la ciudad estaba deprimida, Iván propuso a Clara ir a un parque, apartado, para disfrutar.

A Clara no le agradaba el silencio, mientras que a Iván si. En esto no coincidian, pero el chico esperaba hacerla cambiar de idea cuando la llevó al parque, bajo un paraguas amarillo, muy llamativo, que Clara tenía en su casa.

Se sentaron debajo de una estructura construida para refugiarse de la lluvia, tenía forma de carpa de circo, pero era completamente distinta.

La lluvia resonaba en los oídos de los dos, y, cuando Clara quiso empezar a hablar, Iván solo la calló.

-Deberías escucharlo, ¿lo oyes? -Iván se encontraba sentado al lado derecho de Clara, mientras que ella tenía su cabeza apoyada en su hombro.

-El sonido del silencio. La nada- Iván prefería escuchar. Así podía relajarse y podía pensar. Sin embargo, un destello vino a su mente cuando cerró los ojos. La sonrisa de alguien muy característico, que le dejó estupefacto por unos instantes. Entonces, empezó a hablar para quitarse esa imagen de aquel chico castaño de su cabeza.-¿Sabes qué? Mejor cuéntame sobre tu familia.

No quiso escuchar a su mente, no quiso escuchar a su corazón, el cual estaba repartido, y por ello, tendrá que reconstruirse cuando se rompa, porque lo hará.

Vi-tí-li-go {Enfermos I}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora