ᴠᴇɪɴᴛɪɴᴜᴇᴠᴇ

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Iván se presentó en a puerta de Eal y su madre en cuanto hubieron terminado de sacar todas las cajas del camión junto con los trabajadores que vinieron. No quería estorbar, sin embargo, cuando se presentó la ocasión fue a intentar ayudar.

—Hola... Venía a ver si necesitabais algo, como nuevos vecinos— Iván se aclaró la garganta cuando María abrió la puerta de su nueva casa.

—Eal, tu amigo ya está aquí— La madre del castaño sonrió y le dejó pasar. Indicó a Iván la habitación de Eal, en el piso de arriba a la derecha.

—¿Iván? Eso ha sido repidez— Eal sonrió y se metió las manos en los bolsillos.

—¿Por qué no me dijiste que te mudabas? —Iván frunció el ceño mientras Eal empezaba a sacar objetos de las cajas que estaban encima del escritorio y de la cama, los cuales ya estaban colocados. —Espera, te ayudo.

—Estabas muy ocupado con Clara, casi no hablamos, y lo entiendo, pero ensé que no pasaba esto con los mejores amigos —Eal suspiró. Abrió una caja con una tijeras muy puntiagudas.

—Lo siento, no quería que esto pasara—Iván lo había hecho a propósito, porque le resultaba inevitable no sonreír ante la mirada del castaño, y eso era un signo. Si embargo, estaba con Clara, que era lo que importaba. Ella le gustaba, mucho, de hecho.

—Tranquilo, lo entien... —Eal fue interrumpido por la voz de Iván.

—Espera... ¿Eres zurdo? Nunca me había fijado —Iván añadió eso a otra de las cosas en la lista mental de características que más le gustaban de Eal, que eran, básicamente, todas.

—Si, lo soy, mucha gente no se da cuenta hasta pasado un tiempo. — Eal le pasó las tijeras a Iván, que abrió varias cajas a la vez.

—No se cómo puedes hacer todo con la izquierda, la mía es como un muñón inservible cuando intento hacer algo con ella —Eal soltó una pequeña risa ante el comentario de Iván.— Eal, ¿me perdonas?

—¿Que tengo que perdonar?— Dijo Eal sonriendo. Definitivamente los ojso de Iván eran inolvidables.

—Dejarte solo. —Se hizo un silencio cómodo en el ambiente de la habitación blanca y amplia, la cual tenía la cama  a la derecha de la ventana y el escritorio a la izquierda, de forma urgente entraba la luz por todos lados. —Tienes mala cara. ¿Has dormido últimamente?

—Se podría decir que no, pero he vivido en otros países y sitios por las noches. Fue interesante. Leí, Iván, estuve leyendo. —Esto último lo dijo al ver la cara de confusión de Iván.

—¿Por qué? —Iván seguía sin entender demasiado.

—Porque el cuello de mi camisa sabe secretos, y mi cabeza también. — Eal suspiró de nuevo y la conversación acabó allí.

Estuvieron toda la mañana sacando todas las cosas de Eal y colocándolas en el armario que vino a media mañana. En algún momento cruzado miradas, y algún roce de manos que mandó por los aires todas las sensaciones posibles de sentir. Pero los dos lo tratado de ignorar.


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¡Hola! Espero que os haya gustado. Os traigo otro Iván, para ver si os convence más, decidme qué pensáis.

Imaginarosle co los ojos verdes ^-^

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Imaginarosle co los ojos verdes ^-^

Bueno, eso es todo, isneto la demora del capítulo, pero estoy hasta arriba de exámenes.

Por cierto, otra cosa que os quería comentar, si os quereis pasar a pedir una crítica, la tanda dos está abierta.

Muchas gracias por leer,

≈Navy≈

Vi-tí-li-go {Enfermos I}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora