III. Complicaciones Y Confusiones

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25 de Septiembre 2015

De repente abrí los ojos en una inmensa oscuridad que inundaba mi habitación, miré mi teléfono en la penumbra: 8:23 pm mi cuerpo estaba demasiado adolorido que ni siquiera podía girar, y mucho menos levantarme. Así que simplemente me quedé mirando hacia la nada, esperando que alguien apareciera.

Me mantuve quieto por más de media hora hasta que un chirrido indicaba que alguien entraba a través de mi puerta. Era Alex el cual traía consigo un juguete de goma.

Con el interruptor qué se encontraba a un lado de la puerta, encendió la luz y me miró directamente a los ojos, sin decir nada salió de mi habitación de inmediato.

Estaba claro que los regaños iban a estar presentes. Cuando la abuela finalmente llegó, asomó la cara mientras veía que yo está masajeando mi abdomen.

- ¿Podrías retirarte un momento?- dijo mientras cerraba la puerta y dejaba fuera al pequeño Alex.

- ¿Qué has hecho Leonardo? - preguntó con una mirada de disgusto. -y dime... ¿tengo que poner alguna excusa por esto?

-...No entiendo por qué deberías hacer algo así

-Al menos explícame ¿Qué es lo que paso?

- ¿A qué te refieres?

- ¡Leonardo! no estoy para juegos, no en un momento como este ¿por qué peleaste?

-abuela... ¿de dónde sacas eso?

- ¡¿de dónde?!... pues supongo que del gran moretón que está marcado en tu mejilla.

Por más que quería ocultar la situación era claro que no podría tapar el sol con un dedo. Aunque de todos modos, ni siquiera yo tenía las ganas de explicar lo qué había pasado.

-por favor... no quiero hablar de ello

- ¿¡Qué!?... pretendes que pasemos por alto algo como esto... o acaso ¿no me tienes confianza?

-abuela... sabes que no es eso

- ¿es un chico del colegio? ¿Te están molestando?... Leo por favor dímelo

-tranquila yo puedo hacerme cargo de esto...

-pero explícame ¿Qué paso?

-Abuela basta por favor, fue sólo un accidente- dije mientras movía la mirada hacia la ventana y cortaba la conversación.

El silencio se hizo presente, decidí no mirarla a los ojos, aunque podía sentir como su pesada mirada no dejaba de observarme. Finalmente la abuela se dispuso a salir de la habitación, pues sabía que no obtendría una respuesta de mi parte.

-Leonardo, por favor, solo te pido que no te metas en problemas, por favor apóyame, sabes que tengo suficientes problemas con el trabajo, no me hagas esto- con esto último abrió la puerta y salió sin mirar atrás.

Mi mirada continuó perdida en la ventana, mientras sentía como mis ojos comenzaban a arder con cada parpadeo.

-Toma, dice la abuela que comas algo- irrumpió Alex después de unos cuantos minutos, con un plato de fruta

Violette Pill (Beta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora