XII. Bailando Pasos Con La Demencia

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Noviembre 2015

Los días desde la vez que había tenido aquel combate con Giovanni habían pasado de una manera rápida para mí, aunque no por ello dejaban de ser días cansados, llenos de pesar... y el sentimiento de vacío. A pesar de haberle dado una paliza a Giovanni me sentía incompleto, necesitaba de más motivaciones en mi vida, de lo contrario moriría sepultado por mi propia soledad.

Los cortes en mi piel no sólo se notaban en mis manos, esta vez recorría la navaja a través de mis brazos, realizando pequeños cortes los cuales liberaban un extasiante dolor, devolviéndome a la vida en un segundo pero así como llegaba esta sensación igualmente se desvanecía con el viento...

"en esta y las posteriores paginas se encuentran ligeras manchas de color rojizo opaco, e igualmente existen algunas palabras que no son entendibles debido a manchas de borrado"

-Amigo... por favor no tengo mucho dinero

-Dame lo que esté en tus manos... bastará con tus simples migajas

- ¡No, no te llevarás nada maldito! Y más vale que te vayas si no quieres que llamemos a la policía

Sin expresar ninguna emoción me lancé sobre aquel chico, realmente no tenía ni ánimo de golpearlo sólo lo tiré al suelo y presione su cuello mientras buscaba en sus bolsillos un par de billetes que funcionarían para comprar unas botellas de agua

- ¡Maldito seas! - la chica de pelo rubio comenzó a golpear mi espalda inútilmente

Guardé de manera relajada el dinero, y detuve la muñeca de la chica para hacerla retroceder. -Aléjate de aquí

Me levanté del suelo liberando al chico y caminando fuera de aquella calle solitaria

-Kevin... mi amor ¿estás bien? - preguntó mientras se acercaba a él intentado ayudarlo a levantarse

Caminé directo a una tienda de autoservicio, no sin antes ocultar mi pasamontañas en mi mochila, para evitar levantar cualquier tipo de sospecha. El dinero había funcionado para comprar algunos snacks y bebidas energizantes para al menos cenar aquella noche fría y oscura.

Una vez que la dependiente me viera de manera extraña y me vendiera mi cena, partí con las piernas cansadas a casa. Al llegar abrí de manera lenta la puerta a lo cual fui recibido con un polvo que me hizo estornudar, me moví hasta el colchón donde me tiré de espaldas, me quité de manera molesta los tenis y me estire sobre el colchón despidiendo un olor repugnante. Abrí mi pequeña maleta de comida, y tomé una bolsa de patatas para cenar, aunque nunca terminé con aquella bolsa pues me quedé dormido al cabo de unos minutos.

A la mañana siguiente desperté cuando el sol se encontraba ajustado en el centro del cielo, estire las piernas con algo de dificultad y metí la mano dentro de mi mochila para sacar una botella de agua. Como mis delgaduchos dedos me permitieron giré la tapa de rosca, coloqué la boca de la botella sobre mis labios, disfrutando de esa hermosa sensación, aquel líquido humectando mi garganta seca... haciéndome sentir la cosa más placentera del mundo.

Al volver la mirada al interior de mi tesoro me di cuenta de que no se encontraba nada... ni una sola bolsa de gomitas... quedé confundido, pensando que tal vez me habían saqueado por la noche, al volver a mi botella me di cuenta de que esta igualmente había desaparecido.

- ¡Oigan... eso era mío, me tarde mucho en obtenerlo! - grité

Volví a mi mochila observando un metal reluciente en el interior, al meter la mano sentí una especie de cadena, sentir ese frio material en la yema de mis dedos aumento mi curiosidad, lo suficiente para jalar aquella cadena fuera de mi mochila, al retirarla por completo me percate de que era el colgante que Alex me había dado durante nuestro primer día de clases. Esto fue un golpe directo a mi pasado.

Ese simple colgante me había ayudado a revivir mi antigua vida, sin preocupaciones, sin ningún sufrimiento, lleno de incertidumbre y deseos comunes de una persona básica...

-Alex...- susurre el nombre de mi hermano a mí mismo. -Sabes que no tenía opción, todos me orillaron a hacer estas acciones

Mi mirada giró de manera accidental a la puerta de entrada... un sombra reconocida apareció de repente...

-Leonardo... tenemos que irnos de aquí

- ¡¿Violeta?!

-Leonardo... no tenemos mucho tiempo

- ¡Violeta! - corrí como mis estúpidas piernas pudieron, pero al llegar al final sólo vi los destellos infernales del sol. - ¿Qué carajo me está sucediendo?

Volví confundido a mi estropeada cama, me senté mientras colocaba mi cabeza entre las piernas, y trataba de no pensar en nada, pero con cada vez que quería olvidar algo, un nuevo recuerdo nacía de manera casi automática, peor que el otro, pasando por muchos de mis malos tragos en mi vida... mi maltrato infantil en el colegio, lo qué pasó con el abuelo, la muerte de mamá, el abandono de mi padre, la primera pelea con Giovanni, el cuerpo devastado de Violeta... la perdida de mi propia humanidad, pero sobre todo la perdida de mi camino...

Era más que claro que al ritmo en el que seguía, terminaría con mi vida muy pronto. Tal vez muerto en uno de mis asaltos, o por el hecho de no tener la condición física para sobrevivir. Era evidente que podía sentir ese miedo de pasar la navaja por mi cuello, pues el hecho de suicidarse es una prueba para las personas más valientes, pues significa terminar con todo... recuerdos, sensaciones, alegrías, tristezas, fragancias, nostalgia, y hasta la propia soledad... de manera literal, terminas con todo.

Realmente no tenía la suficiente valentía para dejar recorrer la punta de la navaja sobre mi yugular, pero por el contrario, estaba temeroso de llegar a un final en el que ni siquiera pudiera hacer nada, y simplemente me pudriera al igual que una fruta sobre el suelo, al igual que un anciano abandonado de su familia, al igual que un cadáver olvidado bajo tierra.

Aun no sé en qué momento me armare de valor, sólo sé que por el momento sigo luchando por mi supervivencia, pero al mismo tiempo intentado terminar con ella... mi situación es complicada... nunca en mi vida creí que llegaría al dilema de si ¿debería terminar con mi vida, o dejar que ella misma se consuma? Esperaré a que el tiempo me dé la respuesta. Y esperó que sea lo más pronto posible.

Violette Pill (Beta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora