Ese momento fue una extasiante revelación ante mis necios ojos, esta era una puerta abierta para contraatacar a esos malditos hijos de perra, tenía el poder suficiente en mis manos y mis ganas estaban más que dispuestas, aunque algo era enteramente claro, necesitaría de la ayuda de Violeta y de sus píldoras para llegar hasta mi objetivo primordial.
La noche continuo su curso, ese estado de locura que había tenido unos cuantos minutos atrás me había permitido de alguna extraña manera mantener un poco más de control en mis acciones, algo que me pareció impresionante era que alcanza a recordar al menos el 40% de lo que pasado aquella madrugada, lo cual no fue la gran cosa, viajamos a el bunker subterráneo de arcades, Violeta charló con un sujeto de una estatura pequeña y nos desplazamos en su bicicleta.
Volví a casa, con nuevos pensamientos en mi, entre con mucho cuidado por la parte trasera, ambos dormían hacia que lo único que hice fue beber un vaso de agua e irme a dormir, exactamente a las 3:36am esta cubriéndome con mis cobijas y recostándome sobre mi colchón, aunque como era evidente no tenia sueño, mi mente revoloteaba en ideas bizarras y macabras, dándome cuenta de que esta vez yo podría cambiar el rol... yo tenía la elección.
A inicios de la siguiente semana me mantuve ocupado en la planeación y solidificación de mi plan de venganza especial, por cual realice una pequeña lista que contenía desde la excusa que usaría para salir, hasta las frases que le diría a aquel desgraciado.
La semana se posaba en el día miércoles, aquel día observe como Fabián se reincorporaba a clases después de varios días, siempre lo miraba desde lejos, el cómo tenía varias partes de su cuerpo llenas de moretones y algunas otras con vendas, eso me hacia llenar más mi estado de ver arder al cabron de su amigo. Mientras ambos caminábamos a la estación de autobuses, Violeta me dijo que me sentase con ella, ella susurro de manera bastante lenta.
-Ten cuidado... no la consumas si es que esta tu familia, podrías ser inestable
-Descuida, tendré mucho cuidado con ella
Y así la chica me cedió una píldora en mis manos. Anteriormente le había comentado de una manera bastante superficial el plan que tenía en proceso, el cual contaba con el hecho de aprender a manejar los efectos de la píldora, tal cual Violeta lo hacía, así mantendría cierto nivel y me controlaría de una manera más sencilla.
El día jueves tendría su terapia, las citas de Alex con el psicólogo Montiel rendía frutos, Alex mostraba de manera progresiva un avance en su conversación y su socialización, no me centre en ello, fui un idiota y lo sé... en lo que me centre era en que me quedaría solo y experimentaría de manera solitaria la píldora.
Una vez que mi única familia se despidió corrí a mi habitación, cerré la puerta con seguro, y trate la primera píldora de manera independiente, las sensaciones volvían a ser las de la primera vez, más sin en cambio comparadas con la primera ingestión, se sentían más discretas y menos intensas, en efecto... de manera lenta comenzaba a acostumbrarme a ella.
Me recosté en el colchón y respire de manera relajada, más sin embargo únicamente pude reprimirlo un par de minutos, pasados estos comenzó a moverme de un lado a otro, a saltar o realizar cualquier estupidez, pero no podía quedarme quieto. Desperté casi 30 después, mi camiseta estaba tirada en el suelo, mi torso al descubierto y mi cabello estaba alborotado como si un aire me lo hubiese revuelto.
Esta sesión se repitió en la siguiente semanas vez con los mismos resultados, sin ningún progreso, esto comenzó a desesperarme, pero decidí intentar una tercera vez, con un resultado apenas distinto a la anterior, el único aspecto que cambia era que solo había aguantado 5 minutos más de mis 28 minutos predeterminados. Violeta me había comentado que el rango que la píldora contenía era de una hora aproximadamente, lo cual me hacía pensar que yo con mis 5 ingestiones únicamente podía mantenerme consciente en 33 minutos, cuantas había consumido ella para llegar a soportar la hora entera.
Tres semanas fluyeron de manera veloz pero genial junto a los mensajes de texto de Violeta, aunque en la noche del 30 de octubre sucedería algo inesperado, algo frustrante y algo que destrozaría todo mi plan en tan sólo una noche.
30 Octubre 2015
Las cosas continuaban con un rumbo un tanto normal, la abuela se mantenía al margen de Alex, pues se notaba el aumento de expresividad por parte de mi pequeño hermano, así que yo pase a ser parte del segundo acto, de manera oportuna pues tenía un poco más de libertad.
Aquella tarde se festejaría el día de noche de brujas, por lo cual los chicos del colegio adornaron los salones y la escuela, la mayor parte del día se la pasaron charlando sobre lo que normalmente se hace en este tipo de fiestas ridículas, Samantha 'la chica cachonda de la escuela' se la paso repartiendo fichas para la fiesta que se realizaría en la tarde de ese mismo viernes, discutí esto con Violeta, y ella dijo que sería una buena oportunidad para burlarnos de los disfraces y las cosas estúpidas que llevarían puestas los demás, sinceramente me gusta el hecho de ver a esos tontos intentando imitar y socializar así que acepte gustoso.
Por la tarde, tal vez 15:00pm le comente a la abuela lo de la fiesta de brujas, y el que me gustaría ir para encontrarme con mis amigos, aunque únicamente me juntaría con ella, después de mucho tiempo, y por el hecho de querer ser buena conmigo me dejo ir, con la condición que volviera antes de las 21:00 acepte, me vestí de ropa oscura, intentado disimular a la abuela, para que creyera que realmente me interesaba en la festividad.
A las 17:00pm salí de casa, y volví al instituto, al llegar había muchas personas con diversos disfraces, además fue perfecto para los chicos suicidas y góticos que al fin habían salido de las sombras al igual que yo, en la cafetería se podían ver destellos de luces de colores extravagantes, ignore un poco la escena y camine hasta el bosque, donde esperaría a Violeta, pues 5 minutos antes me había mandado un texto que decía que llegaría un tanto tarde.
-Hey Leonardo... ven aquí, está por comenzar el concurso de disfraces- hablo Samantha con su voz irritante y su traje de colegiala zombi
-Claro, iré en un momento
Al menos esa respuesta bastó para que aquella tipa con minifalda se fuera, posiblemente al fin tendría sexo con alguien, después de ser una mendiga seductora.
Violeta llego, y caminamos al concurso, nos sentamos en un punto apartado de la cafetería, miramos a todos, y el cómo sus ridículos disfraces resaltaban de manera proporcional su estupidez, nos la pasábamos criticando cada personas que pasaba...
-Estrías... jajaja
-Seria mejor si ese vampiro fuera enteramente blanco
- ¿Enserio tiene maquillaje? Creí que era su cara
-Creo que ese lobo comió demasiadas abuelitas, pues esta a punto de reventar... jajaja
-Esa momia fue hecha con servilletas de cocina... jaja
Aquellos comentarios entre fluían entre yo y Violeta nos hacían morir de risa, y a su vez disfrutar estando en uno con el otro. Finalmente la noche se hizo presente así como el frio y el cansancio de tanto reírnos de los demás. Huimos del lugar antes de que comenzara el típico baile de zombis con Thriller
Salimos finalmente afuera del instituto y Violeta sacó un cigarrillo
-Genial... con este frio caerá de maravilla- interrumpí con una sonrisa
Caminamos rumbo a la estación, fumando y empujándonos de manera sarcástica. Una cuadra nos separaba de estar en la estación, más sin embargo una voz inconfundible grito a nuestras espaldas...
- ¡Ahí están!
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Violette Pill (Beta)
Teen Fiction"¿Alguna vez has desgustado el sabor de la adrenalina?" Él es un joven de tan sólo 16 años, solitario, sin metas ni ambiciones en la vida. Después de varios hechos fatídicos, queda al resguardo de su abuela Sofía, quien intenta darles todo lo qué es...