Mi vieja mochila queda oculta por un motón de cosas, sé que mi diario se encuentra ahí, y estoy dispuesto a dejarlo, pues sé muy bien que volveré... si es que no... esperó que Marco ó Fernanda logré encontrarlo, ahí encontrarán todas la dudas que nunca tuve el valor de responder. Después de lo ocurrido ayer estoy enteramente dispuesto a encontrar a Violeta, sólo quiero volver con ella y hacerla entrar en razón, así que por el momento no podré regresar aquí, al menos no en un tiempo.
Bostezo varias veces, esto debido a mi insomnio producido por la incertidumbre de no saber ¿qué pasa con Violeta? Todos han asistido a una supuesta ceremonia importante en la iglesia, he fingido que no me sentía muy bien del estómago, pero todo ha sido una mentira... he planeado esto desde nuestro último encuentro...
Después de estar más de 10 minutos observando la ventana, estiró el cuello, relajo mis hombros y me levantó para colocarme ropa gruesa encima y así evitar congelarme con el intenso frío de diciembre. Tomó con mucho cuidado la navaja que hallé en la casa abandonada y la guardo en uno de los bolsillos de mi chaqueta. Salgó al fin de mi habitación, respiró el aire frío y solitario de casa. De manera veloz subo las escaleras y entró a la habitación de Mayte... me acercó hasta su cama, levantó la almohada de manera discreta, del bolsillo izquierdo de mi pantalón sacó el colgante que una vez me obsequió Alex... lo presionó con fuerza mientras lo colocó a la altura de mi frente con un suspiro... de manera suave lo colocó bajo la almohada, para regresar esta a su estado inicial.
—Gracias Mayte... volveré
Miró una última vez el tocador de Mayte, y salgó de la habitación sin más.
Desciendo las escaleras de manera nerviosa, las piernas se notan cansadas, incluso tiemblan... y yo sé que no es por el frío. Finalmente llegó a la puerta de entrada, mi mano se posa en el pomo, me siento débil, sin ganas, pero sé que debo continuar.
Al fin salgó de casa, siendo recibido por un cielo azulado, un azulado oscuro anunciando la llegada de la luna. Empiezo a respirar de manera más brusca, con todo el dolor de mi corazón salgó de casa, para emprender un encuentro con Violeta de nuevo.
Hace un par de días volví al puente donde ella nos interceptó, estuve deambulando el lugar, intentado encontrarla... no tuve tanta suerte, el día de ayer por la noche eso cambiaria. Las acciones fueron las mismas, no me reconoció, recibí otra patada en el abdomen. Realmente no sé que le sucede, aunque sus ojos se notan diferentes, es una mirada fría, sin expresión. No sé como sobrellevar esta situación, pero es mejor intentar comprender y arreglar las cosas, que continuar escapando; debo ayudarla...
A lo lejos puedo observar aquel pasadizo oscuro, con una esperanza latente en mí de que vuelva a encontrarla. Caminó hasta la entrada de aquella oscuridad, pero decido no entrar, decido esperar a que ella aparezca fuera de las sombras. Los minutos pasan y no hay nada, mi cuerpo se tensa, pero aún deseó esperar lo que sea suficiente.
El sonido de un balde de basura cayendo indica algo, volteó la mirada a la esquina de aquella tienda, y veo lo que mis ojos querían. Violeta corre de manera desesperada, como si huyese de algo. Mi cuerpo se paraliza por unos segundos, las manos comienza a sudarme, el corazón aumenta su pulso, intento tranquilizarme respirando de manera continua y profunda.
Me plantó justo al frente del túnel impidiéndole el paso
— ¡Violeta!
— ¿Tú de nuevo?... aléjate de mi— ella me aparta rápidamente con un brazo mientras corre dentro del túnel
— ¡Necesito hablar contigo!— gritó al mismo tiempo que giró hacia atrás e intentó seguirla
Los dos cruzamos hacia aquella oscuridad, pero eso no me detendrá, necesito respuestas, y esta podría ser mi única oportunidad.
Intentó acelerar el paso para no perderla de vista, unos cuantos metros nos separan, aunque trató de no rendirme. Nuestra carrera se extiende por al menos un kilometro, ella corriendo de manera veloz y sencilla, mientras yo con el dolor escalando mis pantorrillas, intento seguirle la velocidad, a pesar del entumecimiento que tengo en los pies, no pienso detenerme... estoy tan cerca.
La huida de Violeta tiene desenlace en uno de los lagos olvidados de Olive; el lago Grove solía ser un lugar donde todos tenían picnics y convivían en familia, ahora no es más que un lugar desolado lleno de yerba que obstruye cada alrededor del lago.
Ella con una facilidad impresionante se cuela dentro de los matorrales y demás vegetación. La casi nula luz me hace perderla de repente, intentó correr sin un lugar fijo, sólo sigo avanzando esperando reencontrarla.
— ¡Violeta!— varios finos tallos de una enredadera aprisionan mi pie derecho, haciéndome perder el equilibrio con facilidad, lo cual culmina en una caída en el húmedo suelo
El dolor en mis codos y mi tobillo me hace mantenerme tumbado unos minutos. — ¡Violeta, carajo!— exclamó de manera impotente y desesperada.
— ¡¿Qué carajo?!... ¿Leonardo?— una sombra me habla, puedo escuchar la sorpresa de verme en el tono de su voz
Aquella sombra humana se hinca a mis pies y comienza a cortar las ramas de la planta de manera eficiente. Al finalizar, me extiende la mano ayudándome a ponerme de pie.
— ¿Luca?— mi pregunta sólo es respondida con un cálido abrazo
—No sabes cómo me alegra ver que estas bien...— la sorpresa de ver a Luca después de tanto tiempo me tiene cohibido. —Supe que huiste de casa... ¿dime qué carajo estás haciendo aquí?
—Lo siento... no tengo tiempo para esto— levantó ambas manos a la altura del pecho de Luca y lo empujó hacia atrás, girando y volviendo a correr
— ¡¿Qué mierda haces?!
Continuó corriendo intentando procesar el hecho de que hubiese encontrado a mi amigo de preparatoria, pero tengo una prioridad que atender. Mi búsqueda es interrumpida por el viejo almacén de artefactos para nadar... un enrejado es lo que cubre su perímetro. Doy unos cuantos pasos a la derecha hallando un hueco, me tiró al suelo, y a rastras pasó debajo del alambre de púas, continuó hasta la puerta de entrada, donde veo a Violeta con ambas manos a los costados.
— ¿Por qué mierda continuas siguiéndome?
—Violeta... necesito hablar contigo
— ¡Por un puto demonio! Deja de llamarme así, ese no es mi nombre
—Pero ¿qué dices?
—Deja en paz ¡joder! A menos que quieras pagarlo muy caro — Violeta toma una botella que se encontraba por ahí y me la lanza de manera directa
Me agachó evadiendo su tiro, pero ella aprovecha para huir por la parte trasera del almacén.
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Violette Pill (Beta)
Teen Fiction"¿Alguna vez has desgustado el sabor de la adrenalina?" Él es un joven de tan sólo 16 años, solitario, sin metas ni ambiciones en la vida. Después de varios hechos fatídicos, queda al resguardo de su abuela Sofía, quien intenta darles todo lo qué es...