VII.I Punto Sin Retorno

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07 Octubre 2015

Únicamente observé cómo aquella chica se perdía en los confines de lo que mi vista veía... apenas unos segundos bastaron para que alguna especie de pánico inundara mi cuerpo, me encontraba en un lugar que ni siquiera conocía, era de noche y no tenía saldo en el celular... «Soy un idiota».

Di un ligero vistazo a mis alrededores, aún sin encontrar alguna pista para mi sendero, sin más opciones intenté caminar en un solo sentido, con la esperanza de llegar a algún punto reconocible. Después de caminar bastantes metros sin rumbo, logré guiarme por un cartel en una pared:

Calle: Esmeralda

Lancé un suspiro al aire, pues me encontraba a unas cuantas cuadras del centro, eso me alivio bastante, aunque la idea de que la abuela me crucificara al llegar seguía latente en mí.

Luego de identificar mi posición emprendí mi caminata de vuelta a casa, pues como era obvio no tenía algún lugar mejor para esconderme, era momento de afrontar las consecuencias. Al fin había llegado, las luces parecían estar apagadas... con las piernas cansadas decidí caminar de manera precavida, moviéndome despacio fue como entré por la puerta trasera. Mi respiración se sentía caliente, pues la presión de ser encontrado me tenia exaltado.

Mi suerte cambio por completo al entrar en la sala, sólo eran unos cuantos pasos para llegar a las escaleras pero su voz me hizo detenerme en el acto.

—Leonardo

Agache la cabeza de inmediato, mientras bufaba en modo de resignación...

—Sabía que volverías a casa... siéntate por favor, quiero hablar contigo

Sin más alternativas obedecí sus órdenes, avance hasta el fondo de la sala y me senté sobre el sillón marrón que se encontraba frente al sillón largo de color azul, en el cual ella estaba sentada.

—Dejemos de evadir el tema, por favor... por favor te pido una explicación de todo esto, de todo lo que está pasando, y no quiero más excusas de tu parte

Coloqué ambas manos en mi cara, intentado ocultar todo. —Está bien abuela... charlemos...

—Dime ¿A qué se debe el corte en tu camiseta? ¿Por qué tenía una macha de color rojo oscuro?

—Lo qué pasa...— un nudo importuno apareció en mi garganta. —Un sujeto... un sujeto me... atacó. — respondí con lagrimas visibles en mis ojos

— ¡¿Un sujeto?!

De manera demasiado astuta mi mente idealizo todo una explicación ficticia, pero que probablemente la abuela podría tragarse, y aún más con las lagrimas que tenia.

—Si... un maldito me robó el dinero de la semana— respondí entre sollozos

— ¡¿Un asaltante?!— preguntó boquiabierta y con los ojos saltones. — ¿pero cómo? ¿Dime qué sucedió?

—Todo paso demasiado rápido...

De manera veloz se acerco hacia —Déjame ver

Levante la manga de mi camiseta, revelando un corte superficial apenas remarcado, habían pasado un par de semanas, la herida estaba enteramente cicatrizada

— ¿Desde cuándo ocurrió esto?

—Hace dos semanas...

Ella inmediatamente se acerco a mí ofreciéndome un abrazo demasiado apretado mientras su barbilla se posaba justo en la parte alta de mi cabeza. —No tienes que ocultarme cosas como estas Leo... pudo ocurrirte algo peor

Violette Pill (Beta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora