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Empecé a caminar por el patio principal con mi mochila de campamento al hombro buscando con la vista a Isabella que me había avisado que estaría aquí. Seguí con mi trayecto chocando con varios alumnos de otros cursos que me pasaban a llevar con sus grandes bolsos.

Miré mi celular para marcar a mi amiga y antes de llevarme el teléfono a la oreja una mano tocaba mi espalda haciéndome voltear.

Al notar que era Isabella rodeé los ojos.

—Menos mal que apareciste —comenté.

—Lo siento, me había quedado pegada hablando con los chicos de otros cursos —dijo sacándose la mochila de la espalda para dejarla en el piso. —Tengo el hombro dormido de tanto peso —se quejó.

—Y eso que son dos días, me imagino hubiese sido la semana completa —dos maravillosos días de actividades y relajo.

No sé en qué momento mis ojos empezaron a recorrer el lugar buscando a la persona que me hacía temblar el alma. Mi orientadora también iría al campamento, pero no la pude encontrar con la mirada.

—¿Nos sentamos juntas, cierto? —preguntó Isabella haciéndome volver mi vista a su rostro.

—Obvio, como siempre —sonreí.

Mi ojos nuevamente se posaron en el entorno, pero ésta vez encontré lo que estaba buscando. Juliane, caminaba a pasos rápidos a su oficina sacándome una pequeña sonrisa; no me era novedad verla andar de esa forma. Estaba vestida con ropa deportiva y no pude evitar mirarla de pies a cabeza. Las calzas que traía puestas le quedaban a justadas a sus delgadas piernas y hacían que se le formara un perfecto trasero. Su polera también estaba ajustada dejando a la vista sus maravillosas curvas; ésta mujer me iba a volver loca.

Tragué saliva a lo que mis ojos veían.

Éramos el curso más avanzado que iba a asistir, los demás eran dos cursos inferiores, primero y segundo de secundaria. Cada curso iba acompañado de su profesor jefe, en éste caso Juliane iría ya que tenía de jefatura al primero. Además de los profesores, asistirán las mamás de algunos alumnos y un inspector para que nos cuide y fiscalice a los estudiantes.

Cuando el inspector dio la orden de tomar nuestras cosas para ir subiendo a los buses, se formó un caos. Todos los alumnos se encontraban amontonados en la puerta principal, con las ganas de llegar pronto al lugar que se encontraba en la playa.

Cuando finalmente se desató el desorden, con Isabella y el resto de mis compañeros pudimos subir a nuestro respectivo bus. Los otros dos ya se habían marchado. No vi a Juliane hasta que llegamos al resinto donde nos íbamos a alojar.

          ***

Bajamos rápidamente del bus a buscar cabañas, como eramos el curso más grande y era nuestro último campamento, tuvimos el privilegio de elegir primero en dónde nos alojaríamos. En las habitaciones, cabían ocho personas, así que nos adentramos con mi grupo en uno de los dormitorios que se encontraba al lado de las profesoras.

—Bien —pensé. —Estaré al lado de Juliane.

Después de elegir las camas dónde dormiríamos, escuchamos la voz del inspector que nos solicitaba en la cancha de fútbol donde nos daría la bienvenida como todos los años.

Una vez que llegamos al lugar nos hicieron formarnos por curso. Los profesores, el inspector y las mamás, se encontraban delante de nosotros mirándonos de frente.

Mis ojos fugazmente se iban a la figura de mi orientadora, pero ésta se encontraba con lentes de sol, así que no sabía a dónde miraba. Por precaución me advertí a mí misma a no seguir mirándola, debido a que me podía descubrir.

Eras, Eres y Serás Siempre Tú (COMPLETADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora