Amal.- Le voy a pedir que me haga cartero suyo, para ir de puerta en
puerta, por todas partes, repartiendo sus cartas...
Madav (golpeándose la frente).- ¡Pobres de nosotros! ¿Eso le vas a
pedir?
Amal.- ...Tío, ¿y qué le daremos al Rey, cuando venga?
El Heraldo del Rey.- Ha dicho que se le prepare arroz dorado...
Amal.- ¡Arroz dorado! ¡Señor jefe, tú tenías razón! ¡Sí, tú fuiste el
primero que lo dijo! ¡Tú lo sabías todo, todo!...
El jefe (al Heraldo).- Si avisan a mi casa, podría el Rey...
El Médico Real.- No es necesario... Y ahora, callad todos, que se está
durmiendo... yo me sentaré a su cabecera... Se está quedando
dormido... Apagad la lámpara...
Que sólo entre el resplandor de las estrellas... Callad, que se ha
dormido...
Madav (al viejo).- ¿Qué haces ahí, como una estatua, con esas manos
juntas?... ¡Estoy más nervioso!
...?Tú crees que es bueno todo esto? ¡Este cuarto tan oscuro!
...Yo no creo que le haga ningún beneficio al niño la luz de las
estrellas...
El viejo.- ¡Descreído, calla!