Escena primera 2

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Madav.- Eso ya lo sé yo... Pero dime qué hago...


El médico.- Ya te lo tengo dicho:


que de ninguna manera se le deje salir de casa.


Madav.- ¡Pobre criatura! Tenerlo encerrado todo el día... Eso es


demasiado...


El médico.- Pues no hay otro remedio. Este sol de otoño y esta humedad


pueden hacerle mucho daño, porque, como dicen los libros: "En


ahoguidos, en desmayos, en temblor nervioso, en ictericia y en ojo de


plomo..."


Madav.- ¡Hombre, por Dios, déjame ya de libros!... Entonces, no queda


otro remedio que encerrar al pobrecillo, ¿eh? ¿No se puede hacer otra


cosa?


El médico.- No, no; "viento y sol"...


Madav.- Pero ¡qué me importa a mí ahora que si esto o que si lo otro!...


Vamos a dejarnos de tonterías. Al grano. Lo que tú dices es muy duro


para la pobre criaturita...; y como además él lo lleva todo con esa


paciencia, y hace cuanto se le dice... ¡Me parte el corazón ver su cara


cuando está tomando esa medicina que le has mandado!...


El médico.- Pues cuantos más visajes haga, mejor. Ya lo dice el sabio


Chiavana: "Medicina y buenos consejos; lo que menos gusta es lo que


mejor sienta..." Sí, sí... Y me voy corriendo, que tengo mucho que


hacer... (Sale).

"El cartero del rey"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora