Capitulo 3

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Hablar con aquel hombre fiero no había sido fácil.

Había incluso llegado a tartamudear frente a él, estaba avergonzada de solo recordarlo.

-qui- quiero viajar en su barco - había dicho asustada.

-y yo quisiera ser rico, pero ya vez... No lo soy - dijo con gesto serio - ahora vete.

- necesito viajar aquí, le pagaré...

-No.

-por favor... - dijo con lágrimas en los ojos, estaba perdiendo toda esperanza. Cuando su tía la encontrará, de seguro la vendía como Esclava.

-de que te escapas? - quiso saber

Aquella pregunta la sorprendió, no sabía cómo responder a eso.

- de mi pasado - dijo sin más.

El hombre de improvisto sonrió.

- eres valiente al querer ir a tierra brava, pero no es lugar para una dama.

- no es lugar- repitió aquellas palabras que frecuentemente escuchaba a donde sea que iba - He pasado toda mi vida escuchando eso. Maldición solo quiero encontrar mi lugar - dijo sin pensar.

- morirás si vas... - le advirtió

- de todas formas moriré si me quedo- dramatizo.

No sé si fue la verdad que vio en sus palabras o la curiosidad por aquella joven que le rogaba desesperadamente por un lugar en su barco. No pensó en las consecuencias, de todas formas no era de su incumbencia.

- espero no tener problemas por tu culpa niña.

- no habrá ninguno - dijo pensando que al fin estaba a salvo.

Faltaba poco para comenzar el real viaje, sentía angustia, miedo, iría a tierras donde los bandidos abundaban, tierra de bárbaros y gente sin modales que acostumbraban a pelear constantemente, no sabía si había tomado la decisión correcta, esto fácilmente seria visto como una rabieta de una niña mimada, pero también pese a todo el miedo tenía la esperanza de que iba hacia un lugar mejor.

No podía haber estado más equivocada.

No la esperaba un mundo nuevo y lleno de alegría, su futuro cercano no sería un camino de rosas.

Se olvidó de que si hay un cielo en la tierra, también hay un infierno.

* * * * *

- donde demonios esta? - gritaba histérico Robert.

- no encontramos a la señorita por ningún lado- dijo asustada la sirvienta. Bien era sabido que no era bueno estar cerca del señor, cuando este estaba enojado.

- maldita sea- dijo frotando su cabello - todo esto es tu culpa- dijo apuntando a su madre.

- mi culpa?... No tengo nada que ver con la actitud de esta niña insolente- dijo a la defensiva.

- si la hubieses controlado como corresponde - dijo señalándola - no habría huido con el dinero.

Asombrada al conocer ese pequeño detalle que hasta el momento no sabía, apretó las manos con Rabia.

-maldita niña- dijo cuando la realidad de esos hechos la abrumo - que haremos ahora?

- a que te refieres con qué? Seguiremos como hasta ahora - dijo furioso.

- pero con qué? - dijo asustada por lo que pensaba hacer su hijo.

- venderemos tus joyas... Hasta encontrar a esa maldita.

De pronto entro uno de sus hombres agitado.

- mi señor.

- habla ya hombre, la encontraste? - dijo con rudeza. Su enojo era patente.

- la gente del muelle la vio zarpar - dijo asustado, sabedor de traer malas noticias.

- maldición...- maldita niña había sido inteligente, había esperado que no hubiera sido capaz de ir tan lejos, no contaba con aquello - hacía dónde?

- Escocia, fue el único barco que logró conseguir.

De pronto Robert sonrió y se tranquilizó, creyendo que la muchacha no duraría más de una semana en esas tierras bravas.

-No tiene sentido buscarla- dijo con una sonrisa malvada - morirá en menos de una semana.... Se lo merece.

- Robert, como puedes decir eso- dijo su madre.

- sólo digo lo que tú también piensas - contestó sin mayor interés - ella obtendrá lo que merece.

Ella obtendría lo que merece, eso esperaba y si alguna vez a esa maldita niña se le ocurría volver, el mismo la mataría, por el momento vivirían bien, solo daría por muerta a su prima y así se haría de sus propiedades, vendería algunas de estas propiedades y obtendría el dinero necesario para seguir con su vida como hasta ahora, debió haber pensado esto mucho antes.

Si, el estaría bien... Y esa estúpida niña ya no volvería a intervenir en sus planes, ella debería haber muerto en el accidente de sus padres, él había contado con eso, con que todos viajaran juntos. Le había costado caro contratar a esos hombres, para que hicieran bien su trabajo... Pero no había contado con que ella no viajará con ellos porque se había sentido mal.

Pero ya no más, al fin ya no estaba... Podría decir que se fugó por amor, y que la habían asesinado en el camino o simplemente que había desaparecido... Mientras el hacía y deshacía a su antojo lo que quisiera con las propiedades de su prima, se había llevado su dinero si... Pero el bien sabía que eso no le duraría mucho, había sido una niña estúpida y la suerte había estado de su lado... ahora todo saldría como él había provisto.

Es cosa de tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora