Capitulo 20

133 13 0
                                    

Al llegar a la habitación, megara se encontraba tan nerviosa que sentía que el latido de su corazón se podía escuchar de lejos.

El momento había llegado...

Esta no era la forma en que imagino que seria todo, pero no podía negar que hasta el momento todo había sido perfecto.

La música escocesa era hechizante y el escucharla resonar en la habitación a lo lejos, haciendo que menguara su miedo.

Perdida en esos pensamientos se encontraba cuando se recordó donde se encontraba, frente a ella se encontraba Lord Lain Campbell, su ahora esposo.

El la miraba expectante, como un león cazando a su presa, el problema es que ya la había cazado o así se sentía ella.

- Ven aquí - dijo el sentado al borde de la cama, pero al ver la duda en el rostro de Megara añadió- No pensaras salir corriendo esta vez - sabia que aquello molestaría a la joven, en vista de el carácter que ella poseía.

Megara se acerco a el hasta que sus rodillas llegaron a tocarse, sabia que eso era lo que esperaba y como bien había dicho, esta vez no podía correr.

- No pienso ser romántico - dijo a modo de advertencia, queriendo dejar claro que su matrimonio era nada mas que un acuerdo que los beneficiaria a ambos.

- No esperaba que lo fueras - señalo megara bajando la vista.

- No puedo decir que he estado antes con alguien virgen, no lo he estado... no puedo decir que no dolerá, porque no seré gentil - diablos el no podía ser gentil aunque eso es lo que ella necesitara, el la ansiaba con desesperación, aquel deseo carnal era perturbador para el y sabia que no podría contenerse por eso debía advertirle primero.

- Entiendo - dijo Megara temblando.

Lain Campbell ya no podía mantener esa conversación sabiendo que podía hacerla suya, por lo que tomándola por la cintura la atrajo mas así hasta tenerla sentada sobre su regazo en un movimiento rápido y la beso, no fue un beso tierno, fue uno cargado de deseo.

Megara intento seguir el ritmo de sus besos, pero se sintió desfallecer al sentirlo recorrer con sus manos la silueta de ella, de pronto el dejo de besarla, para sacar su vestido.

Decir que el vestido salio intacto del cuerpo de Megara, quedaba lejos de la realidad, pues Lain al ver que el vestido no cedía termino por romper las tiras que lo mantenían en su lugar, para luego contemplar sus enaguas color pastel.

- Eres tan blanca - dijo Lain en voz alta, jamás había visto una piel tan perfecta como aquella y saber que era suya solo lo hizo excitarse más.

Megara se sintió cohibida, jamás había estado en paños menores frente a un hombre y el ver el deseo en los ojos de su ahora esposo la hizo sentir incomoda, aunque no en un mal sentido. Se sintió poderosa, por el deseo que reflejaba el, pero se sintió pequeña al no saber que hacer.

Quítate esto para mi - dijo señalando la enagua, megara dudosa hizo lo que le pidió y la saco por sobre su cabeza, quedando completamente desnuda ante el, Lain la volvió a agarrar de la cadera, esta vez para dejarla sobre su espalda en la cama - Dios - dijo al sentirse cegado por el deseo, se deshizo de sus ropas con maestría y se poso sobre Megara.

- Esto dolerá - dijo Lain nuevamente, a lo que Megara asintió apretando su agarre a las mantas de la cama - abre las piernas y rodeame con ellas - agrego Lain, Megara obedeció lo que el decía, verla rendida ante el le gusto y excito a partes iguales y no queriendo esperar más se introdujo de un empujón en ella.

Supo que la había lastimado en cuanto vio su cara contraerse y contrario a lo que había pensado, sintió como si un balde de agua fría cayera sobre el.

- Mírame - le ordeno a Megara, pero al ver como esta seguía con la expresión contraída la beso, quería distraerla de su dolor.

En esta ocasión el beso no fue exigente, fue tranquilo en su comienzo y a medida que ella comenzó a responder el volvió a moverse sobre ella, esta vez más lento.

Megara por su parte sentía un ardor en su entrepierna, el dolor había sido demasiado fuerte para ella y le costaba ceder ante el. Aunque si beso había sido tierno, se recordaba que el dijo que no seria gentil, por lo que su cuerpo seguía en tensión.

Lain al ver que la muchacha no lograba relajarse pese a los besos se levanto enojado, diablos había sido un idiota al pensar que ella gozaría con el actuando de esa forma, sabia que había actuado mal desde un comienzo, pero maldita sea esa mujer por no desearlo como el la deseaba a ella.

- Maldición... - dijo golpeando la mesa que se encontraba junto a la cama y luego volteándose hacia ella bramo con enojo - vístete.

- He.. he echo algo mal - dijo Megara asustada, pues Lain la miraba con odio.

- Maldita sea, solo vístete - dijo ofuscado, que le preguntara aquello le hacia sentir peor. El había actuado mal y ahora ella era la que se disculpaba.

Por lo que tirando las ropas de la joven volvió a insistir en que se vistiera, no podía soportar estar así frente a ella, por lo que el también se calzo sus pantalones y de dio vuelta para darle privacidad.

Es cosa de tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora