La ceremonia que habían tenido el día anterior, no era nada comparado con la ceremonia que se desarrollaba frente a sus ojos, cientos de hombres y mujeres se encontraban en el lugar pues era una ocasión celebre ya que dos grandes clanes se convertirían en uno esta tarde a través de su unión en matrimonio.
Las gaitas sonaban dando la entrada de la novia junto a su padre Lord Konrad MacLea, quienes a paso lento se dirigían hacia el altar improvisado.
El mismo sacerdote los casaría, sin embargo eso era lo único igual a la ceremonia de Megara.
Lamentaba no haber tenido algo así y pese a sentir cierto grado de envidia hacia Eleonora quien se veía hermosa en su traje rosado pastel, para ella no habría sido lo mismo, aunque hubiera sido igual la ambientación, seguiría sin poder compartir ese momento con sus padres.
* * * * *
- Felicidades por su unión, espero que sea fructífera - Dijo Lord Campbell.
- Lo mismo digo.... espero que su unión les traiga felicidad - dijo Lord MacNeil.
La celebración que se desarrollaba esa noche sería sin duda una de la que se hablaría durante todo el año, cientos de hombres y mujeres bailando y bebiendo en pos de la unión entre los clanes MacNeil y MacLea.
Los guerreros de ambos clanes tomaban turnos para presentar sus respetos a la nueva pareja y jurar fidelidad a esta. Ellos juraban, porque tanto Eleonora como Andrew habían ganado el respeto de sus hombres, un respeto que Megara aún no había ganado.
Cuando quieres pertenecer a algo debes mostrar fidelidad, lealtad y compromiso, sin embargo el matrimonio entre Lord Campbell y ella había sido un caso fortuito y forzado, no había lealtad, no aún...
- Lord Campbell, tengo entendido que se esta preparando para partir - pregunto Lord MacLea
- Debo retomar mi viaje, mi padre debe estar esperando en Argyll y he retasado mi viaje mas de lo esperado - dijo mi ahora esposo, sujetándome de la cintura y trayéndome hacia el.
- Es un placer para mi que haya pospuesto su viaje hasta la boda de mi hija - dijo en gratitud Lord MacLea.
- Gracias por hospedarnos en su hogar - respondió Lord Campbell.
- Ha sido un placer... No esperaba que se quedaran tanto tiempo, debido a el motivo principal de su visita hace unos días... pero estoy feliz de poder contar con su presencia en mi hogar - dijo Lord MacLea
- Es un infortunio que tener mancharme con tanta prisa, mis hombres ya se encuentran levantando campamento en este momento, partiremos con el alba - informó mi esposo.
- Avisaré en la cocina de su partida para que tengan listas algunas provisiones para su viaje.
- Gracias Lord MacLea, ahora si me disculpa... mi esposa y yo también debemos alistar nuestro equipaje- dijo este dando por finalizada la conversación.
Alejándose de Lord konrad MacLea, Megara quien no sabía de la noticia de su tan abrupta y pronta partida solo siguió a su esposo en silencio, bien conocido era que ninguna mujer puede contradecir a su esposo frente a otros, por lo que esperó hasta llegar a su recámara para preguntar.
- nos vamos?
- si
- pensé que aún nos quedaríamos dos días más... - dijo Megara extrañada.
- he recibido una misiva de mis hombres, al parecer uno de los hombres de mi padre camino a la fortaleza se han enterado de nuestro matrimonio lo que significa que para mañana a esta hora mi padre también se habrá enterado.
- Y desde luego prefiere que su padre se entere por usted...- se dijo Megara a modo de respuesta...
-Sería lo más sensato de mi parte no lo crees? - señaló deductivo.
-Desde luego, quién soy yo para refutárselo- agregó Megara contrariada a su pregunta dudosa.
- Preferiría que cuando estemos solos, tú mi esposa me tratarás de una forma más cercana, o tal vez debería decir un poco más íntima y amorosa...
Megara se vio sorprendida ante dicho comentario, no se esperaba que Lord Campbell buscara llevar una relación más cercana, se había esperado que luego de cumplido su objetivo la dejaría a la deriva en una casa lejana... esto estaba mal, no quería ilusionarse con el crecimiento de algo, se negaba siquiera a pensar en la posibilidad de... pero él era su esposo y aunque no quisiera ser así, debía prestarle cierta obediencia.
-Como desearías que me dirija entonces? - Respondí nerviosamente, no sabia que implicaba cambiar nuestra forma de actuar en privado, como había mencionado el y la verdad solo esperaba no salir lastimada.
- Por el momento... - Me miro directamente a los ojos y esbozo un amago de sonrisa. Se veía fascinado con mi incomodidad - podrías comenzar llamándome Lain.
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Es cosa de tiempo.
Ficción históricaCuando sientes que no encajas ni siquiera en tu cuerpo, pasas constantemente mirando hacia el suelo, escapando de todos incluso de ti misma, Megara estaba decidida a no intentar más o a intentar con todas sus fuerzas... pero seguir la corriente y so...