Miedo.Lagrimas que caen sin control.
Impotencia, ser el gen más débil y no poder defender su honra.
El seguía tocando su cuerpo, ultrajada, así es como se sentía.
Su llanto y suplicas no lograban que el se detuviera, solo aumentaba su miedo.
- Por favor, para - suplicaba mientras intentaba empujarlo lejos de su cuerpo, pero empujar contra un hombre de casi dos metros era como intentar mover un muro.
- Tranquila cariño, seré rápido- dijo mientras besaba su cuello, pero para ser sincero con sigo mismo, al ver las lagrimas en Megara pudo comprobar que aquello que ella había dicho era verdad, era virgen. Debía detenerse, pero el que ella se resistiera hacia que el la deseara más y pese a saber que estaba mal, la quería hacer suya.
- Te lo ruego - dijo mirándole directamente a los ojos.
La expresión de suplica y las mejillas empapadas, le dieron a Lain una sensación de ternura y afloraron su instinto protector, jamás había sentido que debía proteger a alguna mujer de si mismo, o tal vez protegerse a si mismo de aquella mujer.
Sin darse cuenta Lain posiciono su frente sobre la de Megara y respiro su aroma. Decir que no se sentía agitado o excitado aun, seria mentir.
Jamás había obligado a ninguna mujer, pero a ella había estado a punto de forzarla. Ni siquiera el se reconocía, por lo que despegándose de ella solo dijo - Vete.
Megara al no sentir el cuerpo de el cayo instintivamente al suelo, aliviada por ya no tenerlo.
- Vete - volvió a decir Lain, esta vez en grito.
Megara recomponiéndose la ropa se puso de pie y salio corriendo de la habitación, bajo las escaleras sin ver, con lagrimas en los ojos. Tan absorta en su miseria estaba que no se fijo en que daba una vuelta equivocada y aparecía por el comedor, donde se encontraban todos.
- Megara - dijo Eleonora, pronunciando su nombre a modo de pregunta.
* * * * *
Lain se sintió mal en cuanto la vio salir corriendo.
Se sintió aun peor cuando imagino a su mundo derrumbarse, el un Lord, un soldado, el considerado uno de los hombres mas rudos y despiadado.
Jamás había creído en cuentos y mucho menos en amor, ahora tenia miedo de haber lastimado a una joven que para el era desconocida. Se vistió a toda prisa, enojado consigo mismo.
Y la siguió.
Actuó irracionalmente, no podía negar que no quería que ella quedara con una mala imagen de el.
Y cuando la encontró estaba en el comedor, perpleja mientras los presentes especulaban que había ocurrido.
- Lord Campbell ha bajado usted, are que la sirvienta le traiga su comida, Megara.
Megara aprovecho el momento en que la atención se centro en Lord Campbell y su labor de traer su comida, para salir casi corriendo del salón.
El la vio huir, se sintió el hombre más cruel del mundo.
Por primera vez en su vida sintió que le hacia honor a su apodo "El Devastador". Pensó que había destruido a esa joven, tal vez no se sintió atraído sino que solo culpable.
* * * * *
-Mi niña, ¿estas bien? - fue lo primero que pregunto May en cuanto la vio atravesar la cocina. Se imagino lo peor al ver su cara empapada en lagrimas.
- No paso - dijo y se derrumbo en los brazos de May.
- Mi niña - dijo May mientras la consolaba - Solo es miedo- no le había pasado nada, su llanto solo era producto del miedo.
- El iba a....- no quería hablar de lo cerca que había estado de - Se detuvo... me dejo ir.- dijo rompiendo nuevamente en un incontrolable llanto.
- Shhh, ya paso - dijo May mientras le acariciaba su cabeza.
- Ellos quieren que lleve su comida - añadió Megara, recordando que no podía hacer esperar a los señores.
- Tranquila... Ana - llamo a la ayudante de cocina.
- ¿Si May? - pregunto esta, entrando a la estancia y mirando la cara descompuesta de Megara.
- Lleva un plato de comida para Lord Campbell - indico May a modo orden.
- Bueno. - sabia que esa no era su labor sino la de Megara, pero en vista de su estado prefirió no decir algo sobre eso, seguramente algo grabe le habrá pasado, para estar en ese estado.
May se quedo consolando y calmando a megara, largo rato estuvieron abrazadas junto a la mesa de la cocina, May le preparo un agua con hierbas para que se lograra calmar, puesto que su llanto no cesaba.
Luego de un rato al fin logro calmar a Megara, la infusión había servido para tranquilizarla.
- Ha llegado - pronuncio Ana entrando en la estancia, con los platos vacíos de todos los señores.
- ¿Quien?- preguntaron juntas.
- El Amigo de Lord Campbell, mi Lord ha dicho que Megara debe llevarle su comida.
- Pondré a calentarlo.- May se levanto inmediatamente, para organizar una bandeja con todo lo necesario y también coloco al fuego la comida.
- Megara, debes estar tranquila... - dijo May infundadole valor. - Solo llevaras la comida.
- Lo se- dijo Megara asintiendo. La verdad es que tenia miedo de volver a toparse con Lord Campbell, pero seguía estando ahí como sirvienta y no podía descuidar su trabajo.
Se lavo la cara, se arreglo su magullado peinado y se preparo mentalmente para salir al salón.
- Ya casi esta caliente - dijo May.
- Es muy guapo- dijo Ana, quien se había sentado a la mesa, tratando de aligerar un poco el ambiente - No parece un bárbaro como los otros.
Sin embargo su comentario solo incomodo a Megara, quien en un principio se había sentido atraída por Lord Campbell.
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Es cosa de tiempo.
Tiểu thuyết Lịch sửCuando sientes que no encajas ni siquiera en tu cuerpo, pasas constantemente mirando hacia el suelo, escapando de todos incluso de ti misma, Megara estaba decidida a no intentar más o a intentar con todas sus fuerzas... pero seguir la corriente y so...