Capitulo 8

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Tal vez así podría pedir su ayuda, aunque nadie en esta vida te ayude sin recibir algo a cambio... al menos esperaba estar dispuesta a pagar el precio que le pidiesen con tal de arrebatarle todo lo que su primo y tía le habían quitado a ella. Todo lo que sus padres una vez amaron y ellos profanaron con sus mentiras y apuestas. Megara quería y haría que ellos confesaran todo sobre la muerte de sus padres y aunque no tenia pruebas de que ellos eran los culpables, su corazón así se lo decía.

Aquella conversación la había entristecido bastante al recordar todo y aunque también estaba considerando todo aquello, no se podía permitir descuidar su labor.

La música se siguió durante varias horas, en que los bailes y la bebida abundaban, así como también la comida. Megara debió permanecer junto a Eleonora y seguirla cada vez que esta desaparecía de la estancia. Era realmente cansador tener que perseguirla a todas partes y para cuando finalmente todo acabo estaba tan cansada que apenas podía caminar por el dolor de sus pies, por lo que cuando logro llegar a su habitación asignada sin siquiera desvestirse cayó rendida en la cama y se durmió.

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"Mi corazón es angustia, y lágrimas caen de mis ojos;
hace mucho, mucho tiempo que la alegría me es extraña:
olvidado y sin amigos soporto mil montañas,
sin una voz dulce que suene en mis oídos." 

( Robert Burns, fragmento de "La lagrima" )

Apenas si pudo dormir unas horas y aunque Eleonora podía dormir hasta más tarde, ella debía encargarse de que su baño y sus cosas estuvieran preparadas, así como también su desayuno el cual seria servido directamente en su habitación.

Encargarse de todos los quehaceres era algo nuevo, pero se le estaba dando bien hasta el momento, pensó Megara cuando estaba preparando el desayuno en la bandeja, luego de haber tomado su desayuno. Le hubiese indicado a alguna otra sirvienta que le llevara el desayuno ya que esa no era su labor, pero al ver que todos se encontraban ocupados en otras cosas decidió hacerlo ella misma.

- Ha llegado el joven- menciono otra sirvienta al ingresar a la cocina.

- El desayuno esta listo, encárgate de llevárselos a todos Ava - ordeno la cocinera- no podemos hacerlos esperar, han de estar hambrientos.

- Si señora

Megara vio como se preparaban todos formando un gran caos en la cocina para ir a servir a los reciente llegados, se preguntaba quienes serian, pero aun tenia cosas que hacer y no podía detenerse a averiguar quien era, por lo que tomo su bandeja y se dirigió hacia la habitación de la joven Eleonora.

Tan ensimismada y contenta estaba porque había logrado hacer todo sin ayuda, ya había preparado el baño para la joven, y mientras esta se bañaba había alistado la ropa y había dejado a otra sirvienta con la labor de vestirle y ya pronto también entregaría la comida, que ni siquiera se fijo cuando tomo la escalera equivocada.

Todo había salido bien hasta que cometió un error...

Debió recordar utilizar las escaleras con las que contaba el servicio..

Debió permanecer a las sombras....

Pero no fue así...

Al ascender por una de las escalera principales, más específicamente la que daba mas directo a los aposentos de la joven Eleonora, se sintió acompañada.

Alguien iba a su espalda....

Recién entonces Megara se dio cuenta de su error, no se atrevió a voltear para ver quien le seguía, solo apresuro el paso para no incomodar a la persona que venia detrás. Tan concentrada estaba en apurarse, que en el ultimo escalón que le quedaba casi cae por haber pisado el borde de su vestido.

Casi... Porque fue sujetada por la espalda.

- Deberías tener mas cuidado - exclamo el hombre molesto a su espalda.

- Mis disculpas señor... - menciono bajando la cabeza.

- Estas no son las escaleras del servicio - Señalo molesto.

- Yo... Yo.. lo siento, me perdí- mintió, para que no la castigaran aunque agrego para explicarse mejor - soy nueva.

- Tu nombre ?

- Megara señor.

- Bien, Megara... el error de hoy no debe volver a ocurrir...

- Si señor- exclamo asustada.

- Bien, necesito un baño... encárgate de ello- y sin más se fue, dejándola sola...

No le dio tiempo a decirle que eso estaba fuera de sus labores...tal vez la confundió con las otras sirvientas al verla llevar la bandeja.

Gracias a dios no había derramado nada de la bandeja, pese al accidente anterior y logro llegar a tiempo para cuando le terminaron de hacer el peinado a Eleonora.

- Megara, porque traes tú eso?

- Señorita... me temo que todo el servicio se encuentra ocupado por la llegada del joven- Megara no supo que otra palabra ocupar más que joven... puesto que no se sabía el nombre real o si era un caballero de edad, solo había repetido lo que había dicho la sirvienta en la cocina.

- James- exclamó emocionada y se dispuso a comer rápidamente para ir a ver al joven en cuestión.

El desayuno fue rápido, Eleonora tenía demasiada prisa para ir a ver a James, por lo que apenas termino su desayuno se dirigió hacia su habitación, la cual se encontraba al final del pasillo a la derecha.

Eleonora se encontraba tan emocionada que ni siquiera golpeo la puerta, por lo cual al abrir se encontró con James solamente vestido de la cintura para abajo. Megara avergonzada reconoció al hombre que había visto antes en la escalera e intento no mirar, puesto que jamás había visto a un hombre semi desnudo antes.

- James.

- Pequeña- exclamo abrazándola.

- Hermano, te he extrañado...

James reparo en la presencia de Megara y se dirigió a ella - Aun no tomare mi baño...

luego de reír Eleonora finalmente lo saco de su equivocación - James, ella es Megara... mi nueva dama de compañía.

- Tu dama de compañía?, que paso con Ana?

- Un accidente desafortunado James, nos atacaron en el camino de regreso.

- Esta muerta - Afirmo entonces James al comprender lo que insinuaba -Gracias al cielo tu estas bien... lamento no haber estado ahí para ti pequeña, debió ser difícil.

Es cosa de tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora