Capitulo 4

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5 meses después....

Megara jamás pensó que el viaje fuera tan tormentoso y largo, el constantemente vaivén del barco la había echo marearse frecuentemente en un comienzo, pero ahora su cuerpo ya se estaba comenzando a acostumbrar poco a poco a ello.

Durante el trayecto de este no había conocido a nadie, logro evitar a la tripulación manteniéndose en su camarote, todo con tal de evitar a cada uno de los tripulantes, puesto a que eran hombres bárbaros y Grotescos, cosa que la había asustado constantemente, incluso ahora... Aun se asustaba... No le gustaba la forma en la que la miraban, como si fuera un trozo de carne.

Llegar a tierra también la asustaba... Porque eso significaba que estaría en su territorio, tal vez aquellos hombres intentarían hacerle algo. Dios, no sabía en qué momento se le había ocurrido aquella descabellada idea..

Estaba asustada, había escuchado a unos hombres decir que pronto llegarían a puerto, la espera estaba llegando a su fin y con ello su ansiedad aumentaba.

No sabía con qué se encontraría al llegar, pero al menos ya se había escapado de lo que temía. Sólo esperaba que aquellos hombres no hicieran nada..

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Al llegar a puerto los hombres estaban más animados y ansiosos.. Se notaba en el ambiente, empezaban a molestarse unos a otros sobre las mujeres que los esperaban.

Sentía envidia, al menos a ellos alguien los esperaba, ellos tenían un lugar al que ir y pese a que todos se veían grotescos, al escucharlos hablar de su familia pensó que no los había juzgado correctamente. Era una pena no haberse dado el tiempo de intentar acercarse a alguno, así tal vez abría conseguido a alguien que la protegiera o que le ayudara a encontrar algún lugar donde quedarse.

En cambio yo debía emprender un camino hacia lo desconocido completamente sola.

desembarco llevando consigo las pocas pertenencias que había logrado traer, el puerto escoses dejaba mucho que desear a simple vista, no había carruajes de alquiler ni ningún otro medio para poder transportarse, ni siquiera había gente esperando por la llegada de tantos hombres, probablemente se debía a que tampoco se divisaba alguna aldea cerca, lo mas probable es que lo mas cercano se encontrara a kilómetros de distancia.

Megara se infundio valor, nada sacaba quedando ahí, debía avanzar lo que mas podía hacia alguna aldea antes de que se hiciera de noche.

- Señor, disculpe que lo moleste... me podría indicar hacia donde se encuentra el lugar más cercano?- Se acerco a uno de los hombres que se preparaba para irse.

- El lugar mas cercano esta a dos días de viaje, en esa dirección - dijo el hombre robusto señalando hacia la izquierda.

- gracias - dijo alejándose

Dos días, dos... definitivamente no estaba de suerte, de seguro esa noche no podría dormir por miedo a todo lo que le podía pasar.

Se encamino hacia la dirección señalada por el hombre, entre mas pronto comenzara el viaje, antes podría llegar.

Nunca pensó cuanta razón tenían aquellas personas que habían dicho que este era un lugar salvaje, había logrado mantener el ritmo caminando por lo que parecían mas de 5 horas, estaba fatigada, sedienta y a su alrededor no había nada más que arboles, había tratado de mantenerse paralela al camino, para no quedar a la vista de los bandidos u otros transeúntes.

Camino todo el día hasta que se hizo de noche, había parado al menos unas 3 veces para descansar y había logrado mantenerse oculta cuando había sentido el sonido de caballos, se sentía desfallecer pero no quería pasar la noche en aquel lugar, al igual que ella cualquier otra persona podría detenerse a descansar cerca y entonces, dios no lo quisiera, algo malo le podría pasar.

Estaba siendo un poco paranoica y cuidadosa en exceso, pero mejor prevenir que lamentar se dijo, continuo caminando hasta que de pronto escucho gritos, a lo lejos se vislumbraba una luz, pensó en acercarse un poco por curiosidad, trataría de rodear al grupo y continuar pensó, pero a medida que se encontraba más cerca del grupo se escuchaban más fuertes los gritos, no parecía un festejo como al principio había pensado.. era un enfrentamiento o tal vez gente siendo atacada, procuro mantenerse lo mas alejada posible, después de todo era una dama indefensa en nada podría ayudar a aquellas pobres personas siendo atacadas.

O eso intento, porque cuando Megara escucho a una mujer gritar se sintió identificada, pudo ser ella, seria la estupidez más grande que haría en su vida de eso estaba segura pensó, antes de agarrar una rama que se encontraba cerca y dirigirse hacia el lugar desde donde provenían los gritos de aquella mujer.

No tardo mucho en encontrar la fuente de los gritos.

Aun semi-oculta vio como dos hombres altos y corpulentos intentaban quitarle la ropa a la señorita... Eran dos, que haría ella ahí.. era imposible ayudarla sin terminar como ella.

Había sido una estúpida al acercarse, su inútil intento de valentía solo habría terminado con la vida de ambas, pensó.

Estaba divagando el lo tonta que había sido cuando vio a un hombre de características similares a los otros dos, enfrentarse a ellos con espada en mano. Uno de los hombres se encargaba de retener a la mujer mientras el otro se abalanzaba contra el caballero armado, la pelea entre ellos no duro demasiado, el hombre con la espalda había logrado dejar inconsciente al otro, al aventarlo contra una gran piedra... no sabia en que momento había reunido nuevamente la valentía perdida, se movió sigilosamente hasta encontrarse tras el hombre que sostenía a la mujer.

- Suéltala - ordeno el hombre armado

- No me creas estúpido, llevarla conmigo me traerá mas beneficios- dijo el hombre que sostenía a la mujer.

- ¿Crees que su padre no te matara cuando logre encontrarlo?- respondió.

- si es que me encuentra, tal vez antes mande a su preciada hija por partes- dijo mientras pasaba una daga por la cara de la mujer.

sabia que aquel caballero se enfrentaría ahora al que sostenía a la mujer, ella solo debía hacer que la soltara pensó.

Es cosa de tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora