Megara no sabia que decir o como expresarse en ese momento, había sentido una conexión entre ellos mientras consumaban el matrimonio, pero ahora lo notaba distante y le sorprendió lo rápido que había cambiado su actitud hacia ella.
Lo miro de espaldas un buen rato, bien entrada la noche seguía pensado en la conexión que creyó existente pero que de la nada se desvaneció.
Evito llorar y parecer débil, toda emoción solo había sido por su parte se dijo.
El seria su perdición y ella jamás le entregaría a él, lo que el se negaría a darle.
Su corazón.
Megara no pudo conciliar el sueño esa noche y estar en la cama junto el tenia mucho que ver con eso, por lo que levantándose de la cama se puso sus enaguas y se dirigió hacia la ventana.
Estaba comenzando a aclarar, se podían observar los primeros rastros del sol salientes, en el jardín aun se lograba ver a gente animada, sin duda los rezagados que disfrutaban del ambiente fiestero. En cierta forma agradecía que su ahora esposo no se hubiera levantado, para continuar la fiesta por su cuenta luego de haber consumado el matrimonio.
Sentándose en el alféizar de la ventana se dedico a contemplar el amanecer, su primer amanecer como mujer casada, sintió pena de si misma al imaginar lo contentos que habían estado sus padres en este momento, que su padre la habría guiado hacia el altar del brazo.
Ensimismada en sus pensamientos estaba cuando sintió movimiento a su espalda.
- ¿Has dormido algo? - dijo Lain a su espalda, sentado al borde de la cama.
- No - dijo megara mirándolo sin moverse.
- Será un día largo, deberías descansar - señalo serio, levantándose de la cama, se dirigió hacia su ropa y mientras se vestía dijo - iré a buscar a mis hombres. - para luego una vez terminar de vestirse salir de la habitación dejando sola a Megara.
Ya casi amanecía y la boda de Eleonora seria dentro de unas horas, por lo que haciendo caso a las palabras de su esposo se dirigió hacia la cama y se acostó nuevamente en la cama aunque esta vez si logro conciliar el sueño.
* * * * *
- Lain - llamo Jonh viéndolo bajar las escaleras - ¿Que haces despierto tan temprano?.
- Sabes que nunca duermo hasta tarde - Respondió.
- ¿Como estuvo tu noche de bodas? - inquirió a modo de burla Jonh, haciendo énfasis principalmente en la palabra boda.
- Diablos, no lo digas así - dijo fingiendo un escalofrió, casarse jamás había estado en sus planes, pero ahora que lo estaba el sabia que so no cambiaría en nada su forma de ser, no seria castrado por ninguna mujer.
- Ahora eres un hombre casado.. sentaras cabeza y todo eso - dijo Jonh con una sonrisa en su cara.
- Amigo.. deberías saber que jamás dejare de ser yo... - dijo tomando el hombro de Jonh.
- Lain, por favor cuida a Megara - dijo esta vez serio, el escucharlo decir que no cambiaría le molesto, pues Megara era como su hermana - no diré como debes vivir tu vida amigo, pero ella es como mi hermana, por favor no la lastimes - agrego Jonh.
- No la lastimare - respondió Lain, entendía el sentimiento de su amigo y agradecía que respetara su vida así como también su interés por cuidar a Megara en vista de su historia juntos, pero no le gusto que otro hombre también se preocupara por ella.
- Gracias...- dijo Jonh correspondiendo su agarre - no hablemos más de aquello, debes encontrarte famélico - agregó riendo.
- Por supuesto, vamos al comedor - dijo Lord Campbell recobrando el humor, no mostrar emociones era costumbre en él y haberse casado no haría que comenzara a cambiar ahora.
* * * * *
Megara logro dormir durante un par de horas y para cuando despertó el sol se observaba en el horizonte.
No podía seguir durmiendo, por lo que se obligo a levantarse de la cama y vestirse, debía verse presentable con la escasa ropa que poseía, esa tarde seria la boda de Eleonora MacLea y Andrew MacNeil, donde no solo se unirían como personas, si no que también como clanes y si dudas darían una fiesta que dejara que hablar.
Megara se observaba en el espejo, se había puesto su mejor vestido color marrón y aun así se sentía mal vestida, debía admitir que ese color no le hacia gracia, parecía aburrido.
- Estas despierta - dijo Lain Campbell a su espalda, tan ensimismada estaba en observarse frente al espejo que no había sentido la puerta abrirse, debía admitir que ese hombre era muy sigiloso.
- Si, yo ya casi estoy lista - dijo sujetando su pelo en un modesto moño.
- Debemos trabajar en tu vestuario, no puedo permitir que mi esposa se vea desaliñada - acoto mirándola de pies a cabeza.
- Lo sé... - Megara bajo la vista, se sentía avergonzada - yo... lo siento.
Lain consciente de que la había avergonzado agrego- No es tu culpa... no lo sientas, pero debemos arreglar esto... es mi deber ahora proporcionarte ciertas comodidades, así que mañana antes de irnos pasaremos por el pueblo y veremos si encontramos algo.
- Esta bien - respondió escuetamente Megara
- Ya se encuentra todo listo para la ceremonia, será mejor que bajemos... debemos mostrar nuestros respetos - dijo Lain abriendo la puerta - vamos - dejando que Megara pase antes que el.

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Es cosa de tiempo.
Fiction HistoriqueCuando sientes que no encajas ni siquiera en tu cuerpo, pasas constantemente mirando hacia el suelo, escapando de todos incluso de ti misma, Megara estaba decidida a no intentar más o a intentar con todas sus fuerzas... pero seguir la corriente y so...