Capítulo 1

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"Quien iba a pensar que se esfumaría el tiempo

que tendría que marcharme lejos

quien diría que eso sería mi salvación"

P.

La sociedad inglesa era algo en lo que no encajaba y de eso estaba completamente segura Megara, su tía georgiana estaba empecinada en casarla lo antes posible con tal de deshacerse de la "pobre niña huérfana", que era como la llamaba desde la muerte de sus padres, no les importaba con quien decía, con tal de mandarla lo más lejos posible para no tener que verla nunca más.

En efecto era huérfana, había perdido a sus padres hacia siete meses cuando estos fueron asesinados, les habían puesto una trampa, según su tía habían sido unos bandidos, pero quien creería eso, cuando la persona que te lo decía se alegraba por ello, qué clase de persona sentía tanto odio contra su propia familia.
Había perdido a sus padres quedando completamente abandonada a su suerte puesto que su tía habría aprovechado la oportunidad y se había quedado y gastado todo su dinero para guardar las apariencias, su hijo Robert había perdido todo en las apuestas. Habían gastado todo lo que le había dejado su padre alegando en su defensa que al ser aun una mujer soltera no podía más que velar por su seguridad.

Odiaba todo eso, no poder decir las injusticias que estaban cometiendo en su contra, odiaba sentirse incluso más bajo que una moneda de cambio, porque eso es lo que le hacían sentir.

Esta era su primera fiesta en sociedad, su tía la había obligado a dejar su luto para desposarla lo antes posible. Así que aquí estaba, sentada junto a las solteronas de la sociedad, porque nadie se había decidido a sacarla a bailar.

-Megara querida, que haces ahí sentada? deberías estar paseando por la sala, aquí nadie te va a notar.

- Si tía, lo siento - dijo con la cabeza gacha, no por sentirse arrepentida si no, porque la habían pillado. Ella solo quería ocultarse, no deseaba casarse obligada y menos a tan poco tiempo de la muerte de sus padres.

- De seguro estabas ocultándote, no sé cómo te haré entender que esto es por tu bien - dijo mirando a los hombres que por allí pasaban - y claro, no querrás vivir siempre a cuesta de mí.

- lo lamento- murmuro bajo.

Sorprendida por las palabras que su tía le había dicho megara apretó las manos llegando a hacerse daño, como podía? sabia que no era querida, pero que insinuara que ella la mantenía, cuando estaban viviendo a costa del dinero que su padre le hacia sentir impotencia, no porque le interesara el dinero, si no que por el poco respeto que su tía mostraba por los recientes difuntos.

-Eres niña malcriada, mi hermano te consintió demasiado- dijo señalándome con el dedo - Pero conmigo no sera así, te casaras esta temporada o tendré que deshacerme de ti de otra forma- señalo de mala forma y con gesto agrio.

Megara no dijo nada y su tía satisfecha con su silencio añadió- ahora sal de mi vista, ve a recorrer el salón, hay muchos hombres en busca de una esposa esta noche así como también muchas jovenes casamenteras, no podemos quedar atrás solo porque te ocultas .

Asintiendo se fue hacia donde esta le había indicado, intento contener las lagrimas y sonreír, recorría el salón pensando en las crueles palabras de su tía, sin mirar por donde iba, megara divagaba pensando en el momento en que todo acabara.

Su tía había dicho que se desharía de ella de cualquier forma si esta no se casaba, esperaba que no hablara en serio al decir que si no tendría que hacerlo de otra forma, pero y si no lograba casarla esta temporada, entonces ¿que pensaba hacer? ¿no podía ser tan mala con su propia sobrina o si?, conocía muy poco a su tía, por lo que no podía asegurar que solo haya estado hablando para asustarla.

A cada segundo megara se ponía cada vez mas nerviosa, si su tía hablaba en serio ella podría terminar vendida como esclava o peor, podría acabar muerta. Tal vez estaba exagerando, pero no se iba a arriesgar, tenia dos opciones casarse (lo cual en su situación era casi imposible, ya que su tía se había acabado todo el dinero de su dote) o huir, que era la idea mas descabellada, porque a donde iría, ella no tenia a nadie.

Estaba sola.

Como si le hubiera caído un balde de agua fría se dio cuenta, de que no podía estar peor.

Sin padres, sin dote, sin familia que la quisiera, ni siquiera se le consideraba agraciada,  ella no tenia nada...

Estaba obligada a casarse, pero maldición antes muerta que casada con alguien de esta maldita sociedad que solo la obligaría a servirle, este jamas había sido su lugar, jamas se sentiría a gusto entre tanta gente recatada he hipócrita, con sus sonrisas falsas y en cuanto uno perdía todo te aislaban, no ella no sería así...

Por mas que meditara sus opciones siempre volvía a lo mismo y la ansiedad crecía, la idea de empezar de cero en otro lado la asustaba, el echo de morir a manos de asaltantes, había escuchado que robaban a mujeres que se topaban en el camino, para abusar de ellas o venderlas.

Sin duda el destino era cruel para ella, jamas se habían dado las cosas como en aquellas novelas que había leído, la vida siempre se había encargado de enseñarle que no había encajado en ningún lugar, por su estatura, color de ojos, cabello y grandes atributos, que llegaban a ser considerados vulgar, aunque Megara creía que solo eran levemente más grandes al resto. No había importado lo mucho que ella intento encajar, siempre hubo alguien que la había marginado. Ya muchos se habían reído de ella aquí.

Si tan solo sus padres aun estuvieran aquí, podría seguir sintiendo su amor, el único amor que había sentido en sus 17 años de vida.

Se sentía desesperanzada, resignada a lo que le depararía el destino en su futuro, sabia que no querría casarse y tampoco encontraría un pretendiente para calmar a su tía... no tendría otra opción que irse, si de todas formas su tía se desharía de ella, tal vez sola tendría más posibilidades de no terminar como esclava...e infundado valor se dijo a si misma, ya estoy al borde del abismo, solo me queda saltar.-que tan malo puede llegar a ser?- susurro.

Es cosa de tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora