paulo londra

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Mensaje de Paulo

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Mensaje de Paulo

"En 20 te veo en la plaza cerca de tu casa, tengo que decirte algo."

Suelto un suspiro viendo el mensaje que me envió Paulo, mi actual novio.

Me doy una ducha rápido, salgo y me pongo un jean, mis zapas blancas y una campera gris porque estaba empezando a hacer un poco de frío.
Aparte de que recién salgo de bañarme y como que muchas ganas de enfermarme no tengo.

Agarro algo de plata, las llaves, el celular y veo la hora, 19:35.
Sip, voy tarde.

Salgo rápido de mi casa, sintiendo el nerviosismo dentro de mi.
Me da curiosidad saber que es lo que tiene para decirme, aunque creo que ya sé lo que es. Y puede que para algunos sea algo bueno, pero para mí definitivamente no.

Doblo en la esquina de mi casa y veo la plaza, me acerco buscando con la mirada a Paulo y lo encuentro sentado abajo del árbol donde siempre vamos.

Suelto un suspiro y me acerco a él, obligándome a sonreír.

Hola -digo una vez que me acerco para darle un beso en el cachete, a lo que él corre su cara y me da un beso en la boca. Ruedo los ojos, pero no digo nada.

Hola, mi amor. -hace una seña con su mano para que me siente a un lado de él, a lo que le hago caso y me siento.- ¿Cómo estás?

Bien, tranqui Pau ¿vos? -pregunto.

Digamos que bien, aunque un poco nervioso por lo que te tengo que decir. -lleva una de sus manos detrás de su cuello y acaricia este.- Bueno, te voy a decir todo de una. Porque sabes que no me gusta dar vueltas y eso.

Dale, te escucho. -digo fijando mi vista en él.

Viste que nosotros llevamos dos años de relación ya. Cabe destacar que fueron los dos mejores años de mi puta vida. -enarco una ceja y muerdo mi lengua, esperando que no me diga lo que creo que me va a decir.- Y bueno, estaba pensando en que estaría genial que pasemos a lo siguiente. ¿Te querés casar conmigo?

Mi boca se abre en señal de sorpresa y cierro mis ojos fuertemente. No, esto no puede estar pasando.

Al ver mi reacción él frunce su ceño.- ¿Qué pasa, amor? Decime algo, ¿Te sorprendí, no?

Si, la verdad que me sorprendiste y mucho. -murmuro sintiendo como mi voz casi ni me sale.

Entonces... ¿Sí o no? -insiste claramente ansioso por escuchar mi respuesta.

No, Paulo, no quiero casarme con vos. -suelto, porque ya no puedo seguir fingiendo ni mucho menos mentirle en la cara.

¿Qué? ¿Cómo qué no, Samira? ¿Por qué? -pregunta rápido, apenas y entiendo lo que me dice.- Yo te amo, Sami. ¿Por qué no?

Porque no, porque no siento lo mismo Paulo. No puedo olvidar todo lo que me hiciste, te juro que lo intenté, lo intenté pero no puedo. No me puedo olvidar de como te burlabas de mi porque era gorda, de todas las bromas horribles que me hacías, de todo el daño que me hacías. No puedo, porque sé que si me querés ahora es solo por mi físico porque pasaron los años y dejé atrás a esa "gorda" que era antes. Porque ahora ya no tengo nada de esa Samira, es lo que vos me dijiste. Pero la verdad es que tengo todo de esa Samira, porque yo no cambié. De pensamiento y sentimiento yo no cambié, sigo siendo exactamente igual, la misma. Solo que con 15 kilos menos. Pero para vos eso es lo único que importa, el físico. -suelto con lágrimas en los ojos.

Veo como los ojos de Paulo están más abiertos de lo normal, sorprendido.- Sa-Samira, yo creí que ya habías superado eso... Vos me amas, deja eso en el pasado, ya está. Ya pasó.

No, Paulo. No te confundas, yo te amaba. Tiempo pasado. La verdad es que ni sé porque salí todo este tiempo con vos. Tal vez era porque quería saber que se sentía estar con el chico que tanto me gustaba. Pero solo conseguí sentirme sucia cuando me tocabas o besabas. Porque sé que todo lo que me decís es mentira. Te gusto yo, sí puede ser, pero te gusto físicamente. No te importan mis sentimientos, nunca te importaron. Si ni siquiera te importó cuando te dije lo mucho que te amaba cuando tenía 15 años, ¿Por qué te importaría ahora lo que siento? -murmuro con el odio reflejado en mi voz- Con un "No siento lo mismo por vos, Samira" me bastaba, ¿Sabes? No había necesidad de contarles a casi toda la escuela y cagarte de risa en mi cara con todos. No había necesidad...

Te dije que era un pendejo en ese entonces, Sami. Entendeme...

Tenías 18 años, Paulo. ¿De qué me estás hablando? -medio grito pero bajo la voz, ya que por más enojada y dolida que esté no quiero que la gente sepa que es lo que está pasando.

Ya me disculpé, Samira. Pero si no te bastó con las disculpas que te di, te pido disculpas de nuevo. Pero por favor, cásate conmigo y te prometo que vamos a superar todo esto los dos juntos. -su mirada refleja desesperación pero no le creo, ya no.

¿No entendés que no te quiero? Te dije que sí te amaba, te amé pero ya no. Tuviste tu oportunidad de estar conmigo, Londra. De amarme como yo a vos, pero no la supiste aprovechar y lo acepté. Ahora yo no quiero estar con vos, soy yo la que no te corresponde ahora y espero que vos hagas lo mismo que hice yo en su momento, lo aceptes y me dejes tranquila. -Dejo escapar un largo suspiro, por enésima vez, y me pongo de pie.- Ojalá y algún día aprendas a amar a alguien de verdad.

Suelto por último y me voy a mi casa, porque obviamente no es el fin del mundo.
Solo es el cierre de una página, para empezar otra, esta vez aprendiendo de los errores que tuve en la anterior.







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