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"Lu, podés venir a casa?"

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"Lu, podés venir a casa?"

Suspiro apretando el botón de enviar. A los minutos recibo la respuesta de mi novia avisándome de que en 10 está acá.

Me tiro en el sofá mirando al techo pensando en cómo decirle las cosas a mi novia, asustado por como fuera a reaccionar.
Estaba tan sumido en mis pensamientos que me sobresalté cuando escuché el timbre.

Me acerco y abro la puerta, encontrándome con la hermosa sonrisa de mi novia. Me es imposible no sonreírle de vuelta aunque creo que me salió más como una mueca.
Observó como en su rostro se refleja cierta confusión pero no deja de sonreír y se acerca a mi besándome, respondo a su beso acercándola más, deseando que jamás se aleje de mi, pero creo que es algo imposible.

Se separa de mi dejando un pico en mis labios y entra al departamento.

¿Cómo estás, Valen? -dice a la vez que se tira en el sofá, como siempre que viene.

Bien.. -respondo un poco ido.- ¿vos?

Bien congelada, hace un frío afuera que no sabes. -dice mientras friega sus manos.

¿Querés tomar algo? -pregunto antes de acercarme a ella.

No, gracias amor. Estaba tomando mates con mi viejo antes de venir.-medio sonrío y me siento en un lugar vacío que dejó en el sofá.

Nos quedamos en silencio y siento como me observa fijamente, pero no la miro.

¿Qué pasa, amor? -pregunta con preocupación mientras se incorpora en el sofá, sentándose.

Tengo que decirte algo. -susurro apenas, porque los nervios me están comiendo vivo.

¿Qué cosa? -pregunta más confundida todavía.

Que tenés razón. -suelto y al ver que no entiende un carajo lo que le estoy diciendo, prosigo.- Me acosté con otra.

Me duele decirlo, porque sé lo que se viene. Porque ella me lo dijo, me pregunto si el fin de semana pasó algo de lo cual ella no estaba enterada, porque según ella, estaba raro desde que me fui el sábado con mis amigos a una joda.
De hecho, me lo dijo después de que yo me haya negado de la forma más sutil que pude, de acostarme con ella, pero no podía. Porque la culpa me consumía.

Veo como queda completamente desconcertada esperando a que continúe hablando.- Eh, yo... No lo quería hacer pero... pasó, no sé. Solo sé que me desperté en pelotas en una cama que no era mía con una mina al lado, que también estaba en pelotas. -la miro esperando a que diga algo, pero nada sale de su boca, solo me observa.- Estaba borracho, no estaba consciente, amor. -aparto mis ojos de ella, porque no aguanto la culpa que siento.- ¿No me vas a decir nada?

¿Qué querés que te diga? -susurra decepcionada.- Si ya lo sabía, lo sospechaba y por eso te lo pregunté, pero me lo negaste. Me dijiste que estaba loca, que me hacía la cabeza sola, Valentín. ¿Cuándo fue? -pregunta de golpe.

¿Qué ? -no entiendo para qué quiere saberlo, pero al ver como me mira respondo.- El... el sábado.

No dice nada, solo niega con su cabeza.- Pero de verdad amor, no lo quería hacer, estaba en pedo. Me sentí sucio cuando me di cuenta de lo que hice, me odio por lastimarte, bebé. -desesperado por hacer que esa decepción que se refleja en sus ojos desaparezca, dejo ir todo lo que pienso.

¿Cuántas veces? -no aparta sus ojos de mi, lo cual hace que cada vez me sienta más y más nervioso.

Solo una amor, esa noche y nada más. -aseguro.

¿Cuántas veces, Valentín? -insiste elevando un poco la voz.- Te conozco perfectamente y sé cuándo mentís. Te lo repito una última vez, ¿Cuántas veces te acostaste con ella?

Solo esa n... -no pude terminar porque fui interrumpido por ella.

¡Deja de mentir, Valentín! ¿Me vas a decir que no te la cogiste cuando te despertaste? ¿Ya estando consiente de que me estabas metiendo los cuernos? ¿Me lo vas a negar? -pregunta acercándose más a mi.

No, amor yo solo... -me vuelve a interrumpir.

Mírame a los ojos, Valentín. Mírame y decime que no te la cogiste de nuevo estando consiente, dale.-lleva sus manos a mis cachetes para que no aparte mi mirada de la suya.

Perdón, amor. -es lo único que sale de mis labios sintiendo como mis ojos pican por las lágrimas, veo como ella me suelta y se deja caer en el sofá.

Me odio, juro que me odio por ser tan pelotudo, no entiendo en qué estaba pensando al volver a acostarme con la mina.

Escucho como Luciana deja escapar un sonoro suspiro.- Podemos volver a intentarlo, bebé. Te prometo que esto no vuelve a pasar. -digo desesperado, vuelve su vista a la mía pero no dice nada.

No. -dice después de unos minutos en silencio mientras niega con su cabeza.- Te amo muchísimo, Valentín. Pero no, no puedo dejar que sigas jugando conmigo. Todo esto me hace mal, ¿Sabes? Lo mejor es que dejemos las cosas hasta acá, porque al parecer vos no superaste tu vida de gato. -dice intentando sonreír pero no le sale, veo como se pone de pie.- Hasta acá llegué, Valen. Te deseo todo lo mejor y ojalá que algún día aprendas a saber cómo llevar una relación. -escucho como dice por último dejando un beso en mi cachete, para luego irse por la puerta del departamento.

Quedo completamente atónito, todavía sentado en el sofá, viendo a la nada misma.
Queriendo salir corriendo detrás de ella, para que no se vaya y se quede conmigo pero no puedo, porque es injusto para ella.

Solo me queda dejarla que sea feliz sin mi, porque es lo que merezco.

Me pasa por no saber apreciar lo que tengo, bueno... Lo que tenía.











« one shots » [quinto escalón]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora