Capítulo 6

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Capítulo 06:

— Yo no lo puedo creer — musitó por lo bajo.

— Muchas gracias a todos por venir — dijo mirando a todo su alrededor —. Cómo sabrán, mi nieta Sol apareció y eso me hace regocijar de alegría. En este punto de la vida, después de tantas circunstancias, yo creo que lo más importante del mundo es la familia — ella soltó una risa sarcástica, le había causado indignación su forma de olvidarlo todo.

— Claaaro — alargó la a —. Por eso mismo estás haciendo una fiesta cuando ni sabes dónde está tu hija — rió.

— No, claro que no Ámbar — insistió el mayor.

— Ay, no — pusó una mano en su fecho fingiendo dolor —. Cuídate primita, porque en esta familia, hubo tantas mentiras que yo, ya no sé qué es real, que no es real — la miró —. Es más, ¿Será verdad que sos Sol Benson?, digo, no me sorprendería si te hacen lo mismo a vos. Pero claro, sos Luna, por más que no lo seas te van a tratar como una reina — se cruzó de brazos, le encantaba ver cómo provocaba el dolor en ella, verla llorando era la cereza del pastel —. Si me permiten, me voy — le hizo una seña a su amiga para que la siguiera.

La castaña salió corriendo, no aguantaba más las ganas de gritar, tenía el pecho comprimido y un nudo en la garganta.

— Ámbar, Luna... — advirtió —. Disculpen aquella escena — habló avergonzado a todos los presentes —. Creo que mejor será que la reunión termine hasta acá, fueron muchas emociones por hoy.

Los invitados comenzaron a salir de la mansión, el mexicano estaba en un dilema, ¿Sería bueno seguirla?. Al diablo, se llevaría por sus instintos por una vez, capaz resulte bien, como no. Se escabulló entre todos y subió las largas escaleras, trató de recordar donde quedaba su habitación, ¿Será esa o la otra?, ya lo averiguaría. Abrió un poco la puerta, espió un poco y se encontró con una rubia sollozando.

— Ya está Ámbar, no llores más, esa chica débil que se dejó amar... No está más, vos sos otra — suspiró —. Mejor voy con Emilia — se habló a sí misma, pero al abrir la puerta se encontró con la persona menos indicada, formó una mueca de asco —. ¿Vos acá?, Luna está dónde siempre.

— Esta vez, vine por ti.

— Me gustaría creer que es una mala idea estar contigo, pero me es imposible — admitió cruzándose de brazos —. Aunque es molesto que siempre tengas esa faceta de...

— ¿Chico malo?, lo siento, suelo ser frío — le dijo.

— No, ay eso para nada, hablo de tener esa faceta de estupidez que te agarra a veces. Vamos, ¿Crees que no me dí cuenta, Benicio? — sonrió con altanería —. En los Red Sharks, no hay tiempo para enamorarse, ni de nosotros mismos. Así que, vete alejando de mi amiga, italiano. Ella no está para tus juegos.

— ¿Estás celosa o qué?, Es problema mío y de Ámbar — ella negó con una carcajada.

— Solo digo que, tu le llegas a hacer algo y te las verás conmigo, ya escuchaste a Gary — le guiñó un ojo a su compañero —. ¿Por qué Ámbar se tardará mucho? — rodó sus ojos — Iré a buscarla.

— Hey, aún no respondiste mi pregunta — la detuvo, ella lo ignoró y siguió con su camino.

Entró nuevamente a la mansión, la luz de su cuarto estaba prendido, pero había silencio. Como buena amiga, entró sin pedir permiso, quedó asqueada y confundida. Sus respiraciones eran agitadas, estaban a escasos centímetros de ocurrir el peor error de su vida, por lo menos para Ámbar quién se prometió no volver a caer. Al menos, no ahora.

— ¿Y éste que hace aquí? — se cruzó de brazos.

— Yo... Eh, vine a ayudarla — mintió, que mal le salía.

— Ay, vamos Jam and looser, no le vayas a pegar a mi amiga tus creencias de paz y amor — la tomó del brazo inmediatamente a la rubia.

— Emilia, tranquila, él ya se iba — alzó sus ojos —. Andate de una vez Simón — adoptó nuevamente ese tono frío, junto a su actitud oscura y brusca.

— Sí — titubeó, salió rápidamente de las habitación, ¿La habrá arruinado?.

Era todo tan confuso, quería estar a su lado, pero para ambos, todo les jugaba en contra. Pero ya pronto sería la hora en que ella tendría a Simón a sus pies, porque como dijo el día de la competencia, recuperaría todo incluyendo a Simón. Le daría posiblemente mucho trabajo recuperar su confianza, o tomar su atención, sobretodo si la chiquita estaba en su camino. Pero claro, todo lo que sube tiene que bajar, la atención a ella disminuirá y la de Ámbar aumentará.

  La reina volverá, pronto.

Ya no hay claroscuro, solo oscuridad.

Claroscuro©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora