Capítulo 14

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Es como un hechizo, no se puede quebrar.

Empacó sus cosas en dos maletas enormes; polleras, remeras, blusas, buzos, camperas, etc. Pero estaba en duda, ¿Será buena opción guardar esa ropa de princesita?, Lo hizo igual. Aunque la dejara de usar le daba pena tirarla así nomás, aún le parecía linda.

Dos toques en la puerta e inmediatamente escondió todo, dijo un «Pase», lo que le permitió a dicha castaña entrar a la habitación oscura de la rubia. Suspiró pesadamente y miró de reojo todo.

— Ámbar, quería hablar contigo — ella rodó sus ojos y tomó su celular.

«Llegaré tarde Emilia» – envió a su rubia amiga, quien seguramente la estaba esperando impaciente en la puerta de su nuevo hogar.

Lo había planeado todo, ayer mientras todos dormían plácidamente, entró a la habitación de Sharon. Lo recordó como si fuera ayer; «Cuando necesites fuentes de dinero, solo por una urgencia, entra a mi habitación y sacá debajo de la alfombra la plata. ¿Está bien?». Sonrió con malicia, se agachó y corrió la alfombra, levantó un poco la baldosa que estaba en el piso, tomó la caja con cuidado y sacó toda la plata; aproximadamente unos $100.000.
Sería suficiente hasta que consiguiera un trabajo, ¡Ja!, ¿Quién lo creería?, Ámbar Smith dispuesta a trabajar.

— ¿Y de qué querés hablar conmigo? — le preguntó con desdén, sin mirarla.

— De lo que pasó ayer con tu abuelo — la menor rió, lo recordaba bastante bien.

« Estaban todos sentados en la mesa cenando, como siempre, Luna era el centro de atención. La más pequeña estaba muy feliz porque el open se iba a realizar por primera vez, después de varias insistencias de ella, por supuesto.

— Hubo unos problemas con Simón, pero nada que no podamos arreglar, ahora él y yo cantaremos juntos — comentó muy animada, pero mentía, ya se las arreglaría para convertirlo en verdad.

— ¡Que sorpresa! — exclamó sarcástica, mientras que con su tenedor revolvía el puré con inapetencia.

— Ámbar, ¿Y vos?, ¿Vas a participar? — le interrogó Alfredo.

— Por obligación de Gary sí, no tengo ganas ni de participar. Ya no lo siento mío.

— ¿Pero qué decís? ¿No era que te encantaba cantar? — inquirió preocupado.

— Eso era antes, cuando no sabía nada de la vida, ahora tengo muy bien en claro las cosas que quiero hacer y las que no — se levantó de la mesa —. Como estar acá, no tengo ganas.

— ¿Qué estás tratándome de decir? — frunció el ceño.

— A ver si no fui clara — hizo su flequillo hacia atrás —. Me voy a ir para siempre, ¿Necesitas que te lo explique con dibujos también? — bromeó de forma que hizo enojar al de tercera edad.

— No, vos no te vas a ir.

— Yo quiero hacer lo que se me cante con mi vida, voy a cumplir dieciocho, si quiero fumo, si quiero bebo y si quiero me voy a largar de este lugar — golpeó la mesa y se marchó. »

— ¿Realmente te vas a ir? — levantó su mirada del celular y la miró retadora.

— ¿A caso te importa?, ¿No estás feliz de que ya no les voy a causar más problemas a tu familia, Mónica? — ella negó con la cabeza.

— ¿Me puedo sentar? — dijo.

— Hace lo que quieras — se sentó en la cama, haciendo que Ámbar se levantará y fuera cerca de la cómoda dándole la espalda.

— Me preocupo por ti, digo, todos te queremos mucho Ámbar y no nos gustaría saber qué te irás. Dejarás a tu abuelo muy preocupado, además, ¿Cómo te vas a sustentar?, Aún no haz empezado la universidad. No tienes un futuro asegurado — ella arqueó una ceja —. ¿Y si no sobrevives más de un mes?, Ámbar no solo pienses en tu abuelo, piensa en ti. ¿Serás capaz?, porque lo de pagarte la universidad está a desición de Alfredo, pueda que digas que sí, pueda que diga que no.

— ¿Pero vos no me entendés Mónica?, Además, ¿Cómo se te ocurre venir a llenarme la cabeza con eso? — estaba enojada, se le notaba de pies a cabeza. Quería irse ya, antes de que anochezca si era posible —. Ah no para, ya sé — se hizo la que pensaba —. Vos me decís todo esto porque querés que te diga tía Mónica, ¿Verdad?.

— Sí, me encantaría, claro, si lo sientes, estaría feliz — le dedicó una media sonrisa —. Ámbar, yo creo que no solo deberías hablar con tus amigas con esto, que supongo que está informada. También debes saber lo que te dice un adulto.

— A mí no me importa lo que me digas vos o Emilia, es mi vida, y si me la arruino me da igual. Peor no puede estar — le señaló la puerta —. Ahora, lárgate, ya.

— Está bien... — murmuró y en silencio, se marchó.

Ya no había vuelta atrás, se iba a ir para siempre, aunque eso le costara su futuro, no le importaba nada ni nadie.

— ¿Qué Ámbar qué? — preguntó atónito.

— Simón, sé que estamos distanciados y quiero que sepas lo mucho que lo siento aún, pero por favor ven a casa — suplicó —. Ámbar se quiere ir, mi abuelo está preocupado y no quiere escuchar. Lo único que se me ocurre es... Que te escuche a ti — suspiró.

— Bien, ya voy...

Ya no hay más Claroscuro, solo oscuridad.

~✌~

LA GANADORA FUE... (Tambores) -Satangirl, ¡Bebé!, tu sorpresa es que me mandarás por dm una frase, la cual colocaré en el próximo capítulo. Ahre, y pues, este capítulo es dedicado a vos. ❤

Ahí les viene la otra frase con emojis. 👀

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