Capítulo 7

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Capítulo 07:

Caminaban por un pequeño río al cual habían concurrido esa noche, sonaban los guijarros frente sus pisadas. Estaban abrazadas, tenían frío, sí, pero no lo suficiente para no pensar en la vida misma.

— Ámbar, ¿Qué sucedió anoche? — interrogó, sabía que su amiga no mentía bien, ella más que nadie debía ser feliz. Pues estar en Cancún fue el suficiente tiempo para que ambas jóvenes se conocieran a la perfección, incluso, volvieran inseparables.

— No, nada, el nefasto amigo de mi primita decidió visitar la mansión, así que se equivocó de habitación — rodó sus ojos azules, mentía como nunca, lo que había sucedido aquella noche no era para recordar.

» — ¿Por mí?, ¿Y qué querés? — dijo fastidiada, quería quitárselo de encima, pronto sus amigos comenzarían a sospechar.

— ¿Por qué pensas que amar es ser débil, Ámbar? — tomó su mano, ella examinó con detalle la acción, una corriente eléctrica recorrió su columna.

— A vos qué te importa, Simón, andate — insistió una vez más.

— Ámbar, yo sé que vos podes cambiar, esto no es bueno para ti — acarició su mejilla, se estremeció ante el acto, estaba probando poco a poco lo que es estar a punto de caer —. Esos amigos que crees tener, son mala influencia, aún estás a tiempo.

— ¿A tiempo para qué? — preguntó —. Vos llegaste tarde, muy tarde, porque lo que ahora soy no lo va a poder detener nadie — lo miró a los ojos, esos ojos penetrantes y atrapantes que solo él tenía —. Cuando te pedí perdón me negaste la oportunidad, ahora, ya no hay vuelta atrás. Sufre las consecuencias, como yo lo he hecho en el transcurso de toda mi vida.

— ¿Me estás diciendo que no me quieres más? — bajó su vista a los carnosos y deliciosos labios de la rubia, los recordaba a la perfección, aquellos los cuales alguna vez besó con intensidad.

— ¿A caso... — de acercó más a su rostro — te importa tanto? «.

— Hey, Ámbar, ¿Qué tanto piensas? — movió su mano frente su rostro y volvió a entrelazar su brazo con el de ella.

— No, nada — alzó la vista y soltó un largo suspiro —. Hace un rato Benicio estaba raro, ¿De que hablaron?.

— No lo puedo creer — interrumpió ella —. Mira lo tarde que es, me tengo que ir, lo menos que deseo es que mi madre me regañe. ¿No vas a la mansión? — negó, quería estar así toda la vida, caminando sin rumbo alguno.

— Quiero caminar un poco más...

— Bien — se despidieron con un beso en la mejilla —. Te veo mañana para entrenar, y ojalá que Ramiro se decida.

— Sí, pienso igual.

Vió marcharse a su amiga hasta que la perdió en la oscuridad, se escuchaba el ruido del agua chocar contra algunas piedras. Por suerte no estaba tan lejos de la mansión

Ambos caminaban en direcciones distintas, mientras iban pensando lo sucedido hace no más de tres horas.

— Puedes en mi confiar, Puedes dejar que todo fluya — comenzó a cantar —
Ya no hay ingenuidad, No es el momento de que huyas.

— Puedes imaginar, puedes dejarme a tu lado — en el otro lado opuesto, como si estuvieran conectados, seguía él la canción. Cómo sí, ambos ya la conocieran —. Yo sé lo que es verdad, no creo en cosas del pasado.

— Buscas en mi corazón, y confundes eso — un poco de rabia recorrió su pequeño ser —. Quiero sentir donde estoy, no te vayas lejos.

— Juntos somos contra el mundo, una voz por un segundo — cantaban a coro —. El silencio una mirada, llévame — Cantaban muy bien ambos, sobretodo unidos, pero sería difícil  volverlos a ver como una pareja, ya sea de canto, patinaje o amorosa —. Juntos sin decirle a nadie, tómame yo soy culpable. Con un beso, una mirada, llévame.
 
— Puedo disimular, ouedo dejar de exponerme — sumergió sus manos en sus bolsillos —. Entiendo que al final,
Ya todo pasa y todo vuelve.

— Puedo quererte asi, puedo ser yo en otra forma —  cada vez se acercaban más, y más —.No creo en cambiar, pero lo siento y me transforma.

Buscas en mi corazón 
Y confundes eso 
Quiero sentir donde estoy 
No te vayas lejos 

Juntos somos contra el mundo 
Una voz por un segundo 
El silencio una mirada 
Llévame 

Aunque estaban distraídos en su propio mundo, estaban más cerca de lo que creían.

Juntos sin decirle a nadie 
Tómame yo soy culpable 
Con un beso una mirada 
Llévame 

Solos contra el mundo 
Llévame 

El silencio una mirada 
Juntos somos contra el mundo 

Ya estaba volviendo a la mansión, entonces fue cuando lo vió cruzar la calle, su corazón se paralizó.

Juntos somos contra el mundo

— Ámbar, ¿Por qué estás a estas horas en la calle? — le tomó la mano, una corriente eléctrica recorrió su cuerpo.

— ¿Desde cuándo te importa tanto lo que yo hago?, Simón, ¿Me estás persiguiendo?.

Ya no hay claroscuro, solo oscuridad.

Claroscuro©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora