Fase VI - Juego de vida o muerte

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Sábado 18 de noviembre de 2071

Viktor conducía por las calles transitadas de la ciudad junto a Katsuki que iba de copiloto. Ambos vestían prendas casuales y compartían un momento incómodo de silencio. Desde que habían salido del subterráneo, el de melena platinada lucía serio y como si intentara hablar sobre un tema en específico, pero terminaba por arrepentirse.

Yuuri no comprendía a qué se debía ese cambio de actitud tan brusco. Antes era Nikiforov quien lo buscaba y le pedía que se quedara con él en su recámara o le robaba un beso, pero ya tenía varios días con ese comportamiento extraño. ¿Acaso lo habían descubierto? ¿Sabía que lo estaba traicionando?

—V—Vitya —balbuceó nervioso, tratando de que su voz no temblara en el transcurso, pero sus manos comenzaban a tiritar. El sudor escurría por su frente y decenas de pensamientos negativos lo embargaban—. ¿Te hice daño?

—¿Daño? —replicó, esbozando una sonrisa traviesa. Pese a que lo ocultaba a la perfección, se sentía como un estúpido y estaba herido—. No, ¿por qué? ¿Debería preocuparme porque actuaste erróneamente?

—¿Qué? No, no —objetó en seguida, agachando la mirada. Era incapaz de ver a los ojos a Viktor porque era consciente del dolor que le provocaría—. Has estado distante y no me gusta...

—Ah, perdón —murmuró, aferrándose al volante. Yuuri era terrible mintiendo, pero fingía muy bien con esa cara de ángel divino que tanto amaba—. Sólo estuve ocupado con los chicos y Chris ha estado molestando mucho con una información. Te dejé de lado, discúlpame.

—No, sé que tu equipo es importante —contestó aliviado. Su corazón podía estar tranquilo, podía continuar con la farsa—. Mañana es la misión, ¿no?

—Sí, iremos —asintió, mordiéndose el labio inferior. Quería contemplar la expresión del hombre que seguía engañándolo—. Será difícil, pero deseo que todo vaya de acuerdo con el plan —murmulló, deteniendo el carro al ver que la luz del semáforo era roja—. Bueno, ¿por qué se arruinaría? Es absurdo pensarlo. Ustedes son mis personas de confianza, son quienes yo elegí para estar conmigo, así que jamás se atreverían a apuñalarme por la espalda —aseveró, observando de reojo la reacción perturbada del pelinegro. Oh, le encantaba que sufriera. Aún podía arrepentirse y unirse a ellos, todavía podían amarse—. Mis padres y yo no nos equivocamos. Seleccionamos meticulosamente a los individuos que destruirán el gobierno de Yakov. Han sido años largos, yo no seré el primero en ser entregado a mi enemigo por alguien que duerme bajo mi mismo techo.

—S—Sí —tartamudeó, tragando saliva. ¿Eso era una indirecta? ¿Sospechaba de él? ¿Realmente estaba a salvo?

Domingo 19 de noviembre de 2071

—¿Sabes por qué canceló la misión? —inquirió Otabek, recargándose en la pared del pasillo que conectaba su habitación con la de Yuri—. Estaba tan reacio a ir al laboratorio por los datos, que es rara su actitud.

—El cerdo opresor parecía decaído en el entrenamiento de hoy —comentó, intentando no sonar preocupado. No le angustiaba el estado de ánimo del intruso, sino el de Viktor—. Tal vez se pelearon y, si es así, ojalá lo eche.

—¡Yura! —exclamó, lanzándole la toalla empapada de sudor que segundos atrás yacía en sus hombros—. Eres mezquino.

—¡Asqueroso! —bramó, tirando el trapo húmedo al suelo—. Eres un marrano, Beka. Son tus malditos gérmenes.

—Creí que ya te habías acostumbrado con los...

—Cierra el pico —gruñó, enrojeciendo hasta las orejas. Estaba avergonzado, demasiado para su propio bienestar—. "Eso" no significa que yo te he aceptado, así que no te hagas ideas tontas.

Mortys #PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora