Fase VI - Juego de dos

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Lunes 20 de noviembre de 2071

—En las noticias comunicaron que Yuuri Katsuki era un rehén y logró escapar —informó Chris, sentado frente al escritorio de madera de su jefe—. ¿Qué harás? ¿Evacuarás esta zona?

—No —negó, ensimismado en los documentos que leía. Se obligaba a no pensar más en el traidor ni en sus sentimientos—. Los detectores de calor nos avisarán si hay intrusos en el túnel y estaremos preparados.

—No lo están —objetó, recargándose en el respaldo de la silla de cuero negro. Él entendía que su amigo estaba pasando por una etapa de dolor, pero debía hacerle notar sus errores también—. Sé que yo inicié este problema, pero he meditado sobre ese niño —murmuró, contemplando la expresión confusa que le dirigía Viktor—. ¿Sabes? Él creció rodeado de amor y su familia ha sido el pilar de su vida. ¿Qué harías tú si te amenazan con asesinarlos? ¿No actuarías de la misma manera que Yuuri?

—Yo no engañaría a mi gente para ayudar a un maldito tirano —bramó, azotando su lapicero contra la madera—. ¿Quieres que cambie de parecer? ¿Qué demonios sucede contigo? ¿Acaso el desamor te ha debilitado?

—Oye, eso fue un golpe bajo —siseó, arrugando el entrecejo. Vitya estaba siendo controlado por el enojo y la frustración, pero eso no significaba que tenía el derecho de desquitarse con los demás—. No lo hizo porque así lo haya deseado, lo hizo para proteger a sus personas amadas. ¡Es lo que tú haces, Vitya! Tú continuaste esta revolución por tus padres y por esa estúpida venganza.

—Yakov jamás los habría matado —bufó, agachando la cabeza. Clavó sus hermosos ojos azules en las hojas con tinta impresa en ellos y suspiró, tratando de calmarse. Chris no tenía la culpa, nadie la tenía, sólo él por haberse enamorado—. No le convenía crear especulaciones.

—Katsuki es un joven de diecisiete años. Ha vivido sin preocupaciones. Él no ha perdido a su familia, jamás ha liderado una guerra y no tenía necesidad de involucrarse —expuso, sorprendiendo a Nikiforov por el tono de reproche que empleaba la hablar—. No puedes situarlo a tu nivel. Tú naciste aquí, en un mundo de luchas por poder; él era un niño común y corriente. No ha madurado, el miedo lo supera y no está listo para enfrentarse a una decisión tan difícil.

—¿Y qué? ¿Lo perdono? —inquirió, fulminando a su casi hermano con la vista. Ese gesto no era propio de él, era la señal de que estaba poniendo a prueba a sus compañeros—. Dime, ¿lo perdono, Chris? —repitió con una voz llena de rencor y odio. ¿Debía desconfiar de todos? ¿Cuántas veces se había equivocado?

—No estás siendo objetivo —enfatizó sin titubear. Quería hacer entrar en razón a Viktor, pero tal vez sería imposible. No cuando era un tipo frívolo y sin compasión—. Sé que estás sufriendo porque te enamoraste como un idiota, pero el amor es un tema personal. Eres nuestro jefe, necesitas pensar con un juicio claro —sentenció, reincorporándose del asiento—. Eres una víctima, pero ese chico no es tu verdadero enemigo.

—L—Lo siento —balbuceó, deteniendo a Giacometti antes de que se marchara—. Sí, no estás alejado de la realidad. Yakov utilizó a Yu... Katsuki —corrigió, retomando la pluma con su mano derecha para seguir firmando—. Yo habría hecho cualquier cosa por ustedes, porque son mi familia, y eso es lo que él hizo: protegió a los suyos. Katsuki no es mi enemigo, fue Yakov Feltsman el autor de la mentira; él es mi objetivo y no me desgastaré pensando en un alumno de preparatoria.

—Me duele verte así —reveló, volviendo a ocupar la silla. No era lástima lo que sentía, era impotencia por no haber prevenido la situación. Yuuri no era malo, pero Vitya tampoco merecía una desilusión.

Mortys #PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora