Tazas de Té

145 13 31
                                    

Un joven castaño ojiverde de aproximadamente 25 años de edad, caminaba cuidadosamente mientras equilibraba una charola con té  y algunas galletas que llevaba para la sala donde lo esperaba su adorado esposo, al llegar a la puerta ve a ese hombre alto, fornido, cabello grisáceo como si fuese de color plata y unos ojos violetas que le encantaba admirar, ahora que lo pensaba era increíble que hace una semana celebraran su aniversario de bodas numero 75, y era aun mas increíble que su hijo este siguiendo exactamente los pasos de su padre, ahora era un autor que había dado a conocerse en tan poco tiempo, tan parecido a su padre en apariencia y carácter. lo único que había heredado de él era el color de ojos verdes de ahí en todo lo demás era idéntico a su padre.  Da un suspiro cansado y preocupado, coloca la charola sobre la mesita de la sala, luego se dirige a donde esta su esposo y lo abraza por la espalda.

- Sabes Akihiko, que estés parado aquí toda la noche viendo por la ventana no hará que los chicos regresen más rápido.

El mencionado se gira y corresponde al abrazo, - No estoy esperando a que regresen, estoy viendo sino hay algo extraño en los alrededores, recuerda que soy el niñero de una mocosa de 2 años y otro de 18, no entiendo ¿por que? yo estoy de niñero y ellos tienen toda la diversión.

- Yo pienso que tu tienes la tarea más difícil, no son simples mocosos los que cuidas son el preciado tesoro de los Kirishima y no tengo que mencionarte lo valioso que es Onodera Ritsu para el líder Takano, estoy seguro que te los encargaron porque eres la persona más confiable para el trabajo y si algo llegara a suceder cosa que espero no, tu los sabrías proteger, yo se eso mejor que nadie ya que eres un gran padre y eso te hace un buen protector y si no me crees nuestro hijo lo puede atestiguar.

- De verdad que tu siempre haces que vea las cosas de una manera diferente, no se que haría sin ti Misaki, me haz dado tanta dicha en estos años, espero que siga siendo así por muchos más.

Se ven a los ojos, para luego darse un beso largo y apasionado, que el menor tiene que frenar tapando con su mano la boca de su esposo, para tratar de recobrar la compostura.

- Noo.. más que esto, si seguimos queras ir mas allá de unos simples besos y estamos en la casa de Takano,

- No, creo que a Takano le importe,

- Al que le importa es a mi, así que tranquilízate, 

El mas alto da un suspiro de resignación y le roba un ultimo beso a su amado, para después susurrarle al oído, - Pero tendré que cobrarme  estos cinco días que piensas mantenerme en abstinencia, cuando regresemos a casa, el castaño enrojece hasta las orejas y trata de aclararse la garganta.

- No crees que ya no deberías sonrojarte por este tipo de comentarios, después de todo no hay parte de ti que no conozca, Sin mencionar que ya te he hecho de todo.

- Po.. por favor, ya déjame, mejor siéntate y tomate tu té, he preparado algunas galletas sin azúcar para que lo acompañes.

Los dos se acomodan en la sala para disfrutar de su té, cuando escuchan que alguien entra y se dirige donde ellos están. - Veo que al menos los Hatori ya han regresado, - Si, eso creo. 

Ven entrar a un hombre de 1.85 de estatura, ojos grises y cabello castaño oscuro, seguido de una castaña de cabello largo recogido en una trenza francesa,de complexión delicada que quizás llega a los 1.65 de estatura y el color de sus ojos por increíble que parezca son del mismo color que los de su esposo. Saludan a los presentes en la sala y se dejan caer en uno de los sofás. Misaki les ofrece té, el cual aceptan con un "si gracias", están sirviendo las tazas de té, cuando escuchan que otro par entra, esta vez es un hombre bastante alto cualquiera diría, que tiene los dos metros de estatura, cabellos negros y ojos de un azul tenue que va de la mano de una mujer de apariencia pequeña y delicada, con un cabello castaño claro hasta la cintura el cual tiene recogido en una coleta y una mirada de color miel saludan a los cuatro presentes, el hombre se sienta en un sofá individual, jala a su acompañante, la sienta en sus piernas mientras recuesta su cabeza sobre el hombro de esta.

A través del Tiempo y la DistanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora