Capítulo 16: Acepta tu destino Pino

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Advertencia necia Lime, es decir que habrá Lemon pero no muy fuerte.
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Aún tenía abrazado a mi Pino, pero este no se alejaba de mí parecía estar sumergido en sus pensamientos o ignorándome, aunque bien creo que son ambas cosas.

Por esa razón me puse a leer sus pensamientos, los cuales no me agradaron mucho:

"No quiero hablar con él, es un fastidio, quiero salir de aquí, separarme de él, ya no lo quiero ver, oír nada absolutamente, nade ni siquiera quiero intentar dirigirle la palabra, eso empeora las cosas, qué sentido es discutir con él, mejor guardo mi silencio". Decidí dejar de verlos.

¿En serio me odia tanto? Bueno en parte lo entiendo el porqué, es de lo que discutimos todo el tiempo en su estadía aquí, pero creo que se va a acostumbrar tarde o temprano, esperaba que fuera más temprano que tarde, pero al parecer parece que es al revés... Creo que Pino no es el único que se sumergió en sus pensamientos, ya que al ver en el reloj que se encontraba sobre su escritorio vi que hemos estado en esta posición por casi una hora entera, en tiempo de esta dimensión, sí que vuela rápido el tiempo aquí, creo que eso será un problema si quiero estar con mi Pino por mucho tiempo, pero eso es un tema que resolveré después, mientras resolveré el que tengo aquí, necesito que mi Pino me hable de nuevo.

En eso una idea traviesa surcó mi mente, lo que ocasionó que una sonrisa juguetona y a la vez algo malvada se formará en mis labios, bueno era lo mejor que se me ocurrió.

Lentamente fui descendiendo mi mano de una forma discreta de la cual mi Pino no se dio cuenta hasta que fue tarde para él, al darse cuenta en donde iba a meter la mano, pues ya empezaba a dar un pequeño masaje en su entrepierna, lo que lo inició a estimular, ocasionando que saliera de su trance e intentará alejarse de mí, obvio no lo dejare escapar tan fácil.

Mi mano se movía con destreza, ya que de un rápido movimiento le había desabrochado el pantalón y bajado hasta las rodillas su ropa interior, ni lento ni perezoso tomé su miembro en mi mano y lo empecé a estimular, de arriba abajo de forma un poco lenta, lo que causaba un estremecimiento en él.

—Mmg — quiso callar sus gemidos mordiendo sus labios, se nota que no quiere hablar o suplicar, aunque en sus pensamientos ruega por qué me detuviera.

—Vamos Pino, si dejas salir tu voz y si ruegas por qué me detenga, probablemente lo haga~ — le dije susurrando en su oído, lo cual lo estremecía más.

Se notaba sus dudas en su mirada y en sus pensamientos, el enserio no quería hablarme, pero a la vez ya no lo soportaba mucho, así que para incitarlo más a hablar acelere la velocidad de mis movimientos.

—Agh, po-por fav-vor Bill, de-tente — Al fin ya hablo, en serio extrañaba su voz, además me gusto la forma en la que lo dijo.

—O Pino, por fin hablaste, sabes me gusta escuchar tu voz — se lo dije mientras seguía moviendo mi mano a la misma velocidad — pero ahora la pregunta es ¿Por qué no querías hablarme?

—Por q-que no... hubi-biera fun-cionado Agh — vaya conque eso era... — además...ya, no le veo, agm el sentido a hab-blar contigo ¡AHG!

Al decir eso último se corrió en mi mano, bueno al menos obtuve una respuesta, paré lo que hacía. Su respiración seguía algo agitada por lo cual no me miraba a la cara, yo solo lo veía como trataba de calmarse y una vez que lo hizo él dirigió su mirada para mirarme al ojo, yo solo lo vi con una sonrisa algo malvada ya que había obtenido lo que quería. Ahora solo faltaba terminar de aclarar las cosas, por esa razón lo sostuve de la cabeza para que así no apartara su mirada de mí.

Nunca te dejaré ir [billdip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora