Capítulo 22: Rescate

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Pov Normal.

El lugar era todo un caos por así decirlo, pues una vez que todos los que se decidieron en ir al rescate del castaño entraron al escondite, hubo un silencio muy incómodo pues se quedaron viendo el lugar, analizándolo y como si esperaran alguna clase de señal para iniciar la batalla. La cual fue el ataque de uno de los demonios no convertido en humano, que parecía una clase de ogro de 2 metros de altura solo que este poseía a unos cuernos de color azul claro y su piel era azul marino este atacó con una bola de fuego verde, que fue lanzada a los intrusos, quienes por poco la pudieron esquivar y con esa acción inició la batalla.

Unos pensarían que los demonios tendrían la ventaja pero no fue así, pues bien los involucrados en el rescate estaban muy bien preparados para esto, pues Ford les entregó diversas herramientas y artilugios para el combate, los cuales tenían protección y armamento de cabello de unicornio el cual como la primera vez se obtuvo a través de una batalla con los cuernudos, además de que Mcgokel contribuido igual con varios de sus inventos y robots gigantes, los cuales habían sido encogidos con la lámpara cambia tamaños, por lo cual los traían con ellos para el ataque y que igual fueron protegidos por el cabello de unicornio.

Algunos de los aparatos utilizados en el combate eran redes eléctricas, las cuales estaban comprimidas en esferas y al ser lanzadas se abrían para capturar a los demonios y como estas tenían cabello de unicornios las hacía volverse más difícil de escapar.

Si todos tenían sus ventajas y demostraban sus habilidades que tenían, aun así, todo el asunto estaba muy reñido. El jardín se convirtió en zona de guerra pues se notaba a la perfección los destrozos que fueron causados. Como el fuego en este de diversos colores, las estatuas rotas y los escombros de ahí.

Pero eso no era todo, pues en parte aquella batalla era más una distracción que otra cosa, pues los miembros de la familia Pines junto a Wendy y Soos eran los que se habían adentrado a la mansión en la búsqueda de Dipper.

Pasando por diversos pasillos y entrando a varias habitaciones sin saber específicamente a donde ir, y haciendo lo posible de evitar a los demonios que aún se encontraban dentro de la mansión. En un punto llegaron al pasillo donde las puertas eran menos, sospechando que tal vez si llegaban al final encontraría ahí al castaño.

Al final llegaron al final del pasillo encontrándose la puerta dorada que daba a las escaleras que llevaba al piso donde se encontraba Dipper. Pero en eso vieron unas sombras que se dirigían a donde se encontraban ellos, para su suerte se encontraban unas grandes ventanas con unas cortinas rojas de igual magnitud por lo que se ocultaron en estas para pasar desapercibidos lo cual así fue, pero no sólo lograron ocultarse sino también que escucharon parte de una conversación de los demonios que pasaban por ahí la cual fue de su interés.

—¿Por qué tenemos que vigilar los pasillos, si la pelea se encuentra afuera? — decía una "chica" morena de pelo blanco con tres ojos completamente negros, y un colmillo salía de sus labios, vestía una clase de vestido hasta abajo de las rodillas de plumas de cuervo y botas cafés altas —esto es aburrido.

—No te quejes, el amo Bill nos mandó este deber junto a otros demonios — le respondió un "chico" pálido que tenía una venda en donde se deberían encontrar los ojos aun así parecía ver a donde tenía que ir sin chocar ni nada, más que unos cuernos negros salía de su cabellera del mismo color, su vestimenta era una clase de playera echa como de vendas y unos pantalones grises además de que andaba descalzo — además cuando inició el ataque, se molestó demasiado, puede que sea porque este ataque sea porque quieran rescatar a ese humano que tiene encerrado al otro lado de esa puerta — afirmó para señalar con su cabeza la puerta dorada.

—Sigo sin entender su obsesión con ese chico, pero que da, es su asunto, aun así, me gustaría pelear — le replicó la morena

—Nadie entiende su obsesión con el humano, pero aun así no hay que desobedecer, lo menos que quiero es un escarmiento — pareció que al decir eso el vendado tembló de forma leve —sabes que el amo es muy sádico cuando se le defrauda.

Nunca te dejaré ir [billdip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora