Nunca te dejaré ir [billdip]

Capítulo 20: Miedo

Pov Bill

Ya pasó todo un día desde que mi Pino quedó inconsciente por el castigo. Y por todo ese día estuve al pendiente de él vigilándolo y cuidándolo.

Con mi magia trate de sanarlo lo más que pude sus heridas, aunque bien sabía que no todas estaban del todo curadas, y por lo cual es probable que se sentiría adolorido por eso.

Esto está mal, me deje llevar por mis impulsos y mi enojo, que lo termine dañado demasiado, eso no estaba bien, y ahora pareciera que veló por su bienestar, lo cual es verdad.

Por ahora lo único que puedo hacer es observar a que despertara. Ya que cuando desperté y él seguía en su estado de inconsciencia solo pude esperar que despertara pronto, pero no lo hacía. Eso me preocupo.

Después de una hora decidí tratar sus heridas, algunas por medio normal, lo cual era lavarlas y ya, pero otras por su gravedad decidí usar mi magia. Una vez que acabe de curarlo lo tape.

Para mi suerte no tuve pendientes que arreglar, ya que todo el plan final estaba listo y arreglado, ya solo faltaba que fuera ejecutado, pero aún no lo haría tenía que esperar a que Pino se recuperará un poco para poder hacerlo. Por lo cual decidí vigilarlo y esperar a que despertara.

La espera me mataba por así decirlo, ya me encontraba desesperado, por todo esto. Hasta que por fin se empezó a mover, por fin estaba despertando.

Pov Dipper

Estaba despertando, no sabía exactamente cuánto tiempo me había quedado inconsciente y por el momento no me importaba. Pero en el momento en el que me acuerdo de porqué había desmayado todo fue un gran golpe de recuerdos.

Abrí casi de golpe los ojos y traté de levantarme, pero con el más mínimos de mis movimientos me sentí adolorido, por lo que cual me recosté. En eso ya terminé de ser consciente de mi cuerpo, por así decirlo; lo sentía pesado, casi entumecido, pero muy adolorido.

Quise relajarme un rato por lo cual cerré los ojos solo para meditar un poco, más que por el dolor no me di cuenta de la presencia que estaba a lado mío, hasta que escuché se voz.

—Al fin despiertas Pino.

Sin poder evitarlo giro un poco mi cabeza para verlo, y con solo mirarlo el miedo entró en mí. Parecía tranquilo, y por el tono de voz que utilizó parecía feliz de que haya despertado, de algún modo eso no me tranquiliza para nada.

Trató de incorporarme de la cama, pero en eso que lo hago siento como alguien me ayuda, pero más que sentirme tranquilo con eso, un escalofrío recorre todo mi cuerpo, pues bien sabía quién era y con su simple tacto me hace sentir nervioso y preocupado porque ya sé bien de lo que es capaz. Por lo cual de reflejo aparte su mano de forma brusca.