EL AZOTE DE DIOS
Capítulo 6: La alianza inesperada
El caos se desató en las calles de minas Tirith, corrían rumores de lo más absurdos a la velocidad del fuego, según estos, su bien amado señor y príncipe de Minas Ithil, Faramir, había ingresado a la fortaleza en compañía de varios orcos montados en salvajes huargos y se habían dirigido al palacio.
Algunos se reían de tan absurdas habladurías y decían que con seguridad su señor Faramir, había capturado a esos orcos y los estaba llevando al palacio para ser interrogados.
―No era necesario llevar a esos monstruos al palacio ―decían los hombres.
―Y si lo fuese, ¿para qué cabalgaban en huargos? ―preguntaban otros.
Los rumores y las discusiones subían de tono y nadie se ponía de acuerdo, salvo en una cosa, estos acontecimientos de seguro tenían algo que ver con la invasión desatada en Gondor del sur y el este de Rohan.
―¡No puedo creer que estés hablando en serio! ―gritó Éomer, Rey de Rohan, mientras golpeaba con fuerza la mesa delante suyo.
―Lo que propones es muy extremo ―dijo Aragorn no pudiendo dar crédito a sus oídos.
―Pero mi rey Aragorn, rey Éomer de Rohan, ¡es la única solución!, Agog y sus capitanes orcos están al otro lado de la puerta y esperan una favorable respuesta de parte suya.
―Es obvio que los orcos te han tendido una trampa para que confíes en ellos ―dijo Aragorn con gesto apesadumbrado.
―Escúchame, si sigues insistiendo en este asunto, no permitiré que mi hermana contraiga nupcias contigo ―amenazó Éomer, pero Faramir no se dejó intimidar.
―Si esto hubiese sido una trampa, las huestes de Agog podrían haber tomado Minas Ithil y haber acabado con cada hombre, mujer y niño dentro, ¡y eso incluye a los enanos y a los elfos! ―exclamó Faramir fijando su vista en los mensajeros elfos y enanos venidos a Gondor que se escandalizaron con la propuesta suya.
Los emisarios extranjeros empezaron a protestar, lo mismo que Éomer y su comitiva, incluso los capitanes de Gondor se mostraban contrariados, pero no daban a conocer su disconformidad debido al respeto que le tenían a Faramir.
―Faramir ―decía Aragorn masajeándose la sien izquierda―, tienes que entrar en razón, lo que propones es absurdo, no podemos hacer una alianza con los orcos.
―Pero Agog no tiene intención de atacar a Gondor, incluso trató de convencer a Zugul, quien es el caudillo orco que atacó a Rohan y a los elfos y enanos, de desistir de su belicismo.
―Faramir ―siguió insistiendo Aragorn―, por lo que me dices este Agog, solo quiere que no le ataquemos para de esta forma no tener que pelear en dos frentes. Dudo mucho que respete en alguna manera algún aspecto de esta absurda alianza que propones, una vez que tenga asegurado el frente de Minas Ithil.
―Es cierto ―dijo Éomer―, lo que deberíamos hacer es matar a estos orcos y luego enviar hombres para acabar con toda esta horda. Aragorn, mis hombres están a tú disposición.
―¡No pueden decidir eso!, ¡le di mi palabra que él y sus hombres no sufrirían daño alguno en Minas Tirith!, ¡mi palabra!
Aragorn se vio perturbado por esto.
―Las palabras de un orco valen lo mismo que la bosta de los cerdos ―dijo de pronto Funbol, otro de los señores enanos de las montañas azules y que aspiraba a convertirse en el señor de Moria.
ESTÁS LEYENDO
El azote de Dios (completa)
ActionLa guerra es el altar de los sacrificios, un infierno donde las únicas flores que florecen son los deseos de matar a tu enemigo. Legolas, Aragorn, Gimli, lucharán de nuevo ante un enemigo venido del lejano este y que quiere arrasar la Tierra Media...