EL AZOTE DE DIOS
Capítulo 12: Mañosería piel verde
La tierra maldita de Mordor, antiguo refugio e imperio de Sauron, permanecía intocable por las frías nevadas que se sucedían constantes afuera de sus fronteras en el resto de la Tierra Media. Aunque Mordor era vista como un erial malsano y de esta forma fue descrita por Frodo y Sam cuando recorrieron ese territorio para destruir el anillo único, nunca vieron el Mar Interior de Mordor, el Nurnen, ni tampoco las fértiles tierras de Nurn, las cuales proveían de inmensas cantidades de trigo a los orcos del señor oscuro.
Agog, el caudillo orco de Mordor, había mandado a varios orcos a restaurar los fértiles campos destrozados por el ejército de Urd y poco a poco la tierra se estaba recuperando, sin embargo, los orcos no solo se alimentaban de pan, una comida considerada por ellos odiosa, sino que necesitaban mucha carne y más ahora que las huestes de Zugul estaban en Mordor.
El Príncipe Faramir fue a la torre de Cirith Ungol, cuartel general de Agog y sus lugartenientes y vio con sus propios ojos a las desnutridas huestes que antes servían bajo el estandarte de Zugul.
«Jamás creí que algún día tendría pena por los orcos», pensaba Faramir sorprendido por sus propios pensamientos.
Centenares, sino miles de orcos famélicos desfilaban ante Faramir, todo un espectáculo patético considerando que las criaturas ante él no eran más que huesos y pellejo andantes.
―¿Ve?, Príncipe Faramir ―decía Agog―, necesitamos que nos envíe más cargamento de animales para criar y faenar, ya agoté todas las existencias de comida que me envió.
―¡Pero te di suficiente comida para que tu ejército se solventara por todo el invierno! ―protestó Faramir.
―Mismamente es cierto mucho, pero la llegada de los orcos de Zugul, consumieron todas las reservas. Mayormente ahora necesito el doble más de lo que me diste a mi ejército y lo necesito, pero ya ―dijo Agog de manera prepotente.
―¡Pero en Gondor tuvimos que acostumbrarnos a no comer cada día por medio para tener que darte parte de nuestra comida! ―le informó Faramir enojado.
―Entonces pídele al Rey Éomer que mande comida a sus aliados que somos nosotros ―gruñó Agog ceñudo.
―¡Rohan tuvo que dar varias de sus provisiones a los refugiados de Rhun y los esteparios para que estos no se dediquen a saquear por todo el lugar! Rohan no puede permitirse enviarte comida! ―dijo Faramir tratando que Agog comprendiese.
―Yo vencí muy a los tártaros en la batalla de las montañas de ceniza y ¿es así como los humanos tratan a sus aliados?
―Pero ya no podemos darte más comida.
―¡Pero qué estupideces salen de tu cochina boca!, ¡si fui capaz de vencer mucho bien a los tártaros con mis hombres, imagínate lo que puedo hacer con todos estos mucho muy orcos famélicos bien alimentados!, ¡ya no tendríamos que preocuparnos de los tártaros, los empujaríamos de nuevo detrás de las estepas para que no vuelvan más!
―De acuerdo, te conseguiremos más comida, pero puede que tarde un poco ―dijo Faramir abatido.
―Más te vale principito o de lo contrario, me pensaré dos veces esto de la alianza ―le advirtió Agog, empujando con su mugroso dedo a Faramir―. Puede que solo salga por detrás de Mordor y me dirija a las estepas, al fin y al cabo, los tártaros solo están interesados en ustedes, rosaditos; mejor aún, puede que reclame para mí los mucho muy territorios de Moria, que al parecer ni los enanos ni los trolls se deciden a ocupar.
ESTÁS LEYENDO
El azote de Dios (completa)
ActionLa guerra es el altar de los sacrificios, un infierno donde las únicas flores que florecen son los deseos de matar a tu enemigo. Legolas, Aragorn, Gimli, lucharán de nuevo ante un enemigo venido del lejano este y que quiere arrasar la Tierra Media...