Capítulo 14 "La cosa va de tomates y sonrojos"

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Toqueteo la mesa que está frente al sofá, de donde proviene el irritante sonido de mi móvil. Mi cabeza va a estallar como no pare de sonar. Podía haber seguido durmiendo en mi incómoda posición si no fuese porque alguien se le ha ocurrido la genial idea de interrumpir mi sueño. Y creo que ya sé quién es, puedo imaginármela llamándome desde la otra línea, arrepentida.

-¿Quién...? -contesto soñolienta.

-¡May, lo siento! -Clare, predecible- Había bebido más de la cuenta, no sabía lo que decía. Harry me lo ha contado todo, el nos escuchó hablar.

Mis mejillas se colorean rápidamente y es un alivio que ella no pueda verme. ¿Harry estaba presente? ¿Y lo escuchó...todo? Dios mío ¿Notaría mi incomodidad cuando Clare dijo que estábamos liados? Rezo porque no.

-¿Qué te ha contado?

-¡Todo lo que paso! Que te eché cosas por la cara y que insinué que estabais liados. Me siento fatal...

-No te preocupes. No es cómo si me hubiese afectado tanto -Mentira-, eso no me ha quitado el sueño -Más mentira-. Es más, ahora mismo estaba entre mis suaves sábanas y con mi cabeza en la almohada. He dormido de lujo -La mentira más gorda de todas.

La sensación de culpabilidad ni siquiera me ha abandonado en toda la noche. Aún la tengo.

-May. Hay cosas que tenemos que hablar. Quiero quedar contigo.

-Me parece bien. ¿En una hora en la cafetería? Hoy trabajo.

Lo que me recuerda que mi tía ya se ha ido, y que llego tarde, pero me da igual. El reloj de pared marca las diez y media. Hace dos horas y media que tenía que estar trabajando, Anne no me ha avisado. Intuyo que hoy no me hablará, y probablemente siga sin hacerlo lo que queda de semana y parte de la siguiente.

-Allí nos vemos. ¡Te quiero May! -Y cuelga.

Suena bien oírlo, hace tiempo que nadie me lo dice.

Algo pesado se tumba encima de mí. Spike. Mi viejo y pesado gato, muy interesado y el cuál mis padres me compraron cuando era pequeña por un capricho. Acaricio su blanco pelaje.

-Spike, estás muy sucio. Has evolucionado casi a gris. Recuérdame que te bañe -ronronea, síntoma de que no me entiende. Si lo hiciese me arañaría. Odia el agua, ¿qué gato no lo hace?

El móvil vuelve a sonar. ¿Qué se le ha olvidado decirme a la pava de Clare?

-Clare, ¿qué demonios quieres aho...?

-Lo siento -Una voz ronca suena en la otra línea.

-¿Quién eres?

-¿Tan pronto me has olvidado, guapa? Y mira que intenté que nuestro encuentro fuese inolvidable...

¿Pero qué demonios...? ¡Jesse! ¡Claro que no lo he olvidado! Aún así no voy a darle ese placer.

-Me acaba de despertar una arrepentida amiga, he dormido en el sofá en una postura casi inhumana y aún llevo puesto el vestido de ayer. Por no hablar de que ni me he desmaquillado. Pero tú y tu precioso ego pretendéis que me acuerde.

-Tranquila. Controla el genio. ¿Te suena un chico al que después de molestarlo y provocarlo, añadiendo que le apagaste el cigarro, te acorraló? Y déjame decirte que verte tan asustada fue divertido.

-Déjame a mí decirte que te fuiste sin decir ni una palabra.

-Por eso te llamo, quiero pedirte perdón...

-Oh, que...¿bonito?- Le interrumpo sin ningún deje de sarcasmo, al fin y al cabo es un buen gesto por su parte.

-...por no haberte dado un buen repaso- Continúa.

Mis ojos casi se salen de sus órbitas, mi boca se abre y los colores suben por mi cara. ¿Con repaso se refiere a...?

-¡Imbécil! Pervertido, salido -Le insulto, y he de admitir que con ganas.

Que poco le ha durado la imagen de chico adorable.

-Sshh. Ya sé lo que piensas sobre eso, y las ganas que tenías. Por eso me disculpo.

-¡Cállate! -Arrugo los ojos y toco mis mejillas en un intento por apagarlas.

-Te arde la cara, estás como un tomate ¿Verdad?

Hundo mi cabeza en el cojín que hace unos minutos me sirvió de almohada y ahogo un grito contra él. Mis nervios están a flor de piel.

-¿Quieres que te cruce la cara?

-Así que ahora te apetece quedar...

-¡Basta! ¡Para! Tiempo muerto, un descanso, por favor.

-Sólo decía...

-¡Nada! No quiero oírte.

Hay un corto silencio, hasta que algo se me ocurre.

-¿Sé puede saber cómo has conseguido mi número?

No dice nada.

-Jesse -Lo llamo.

Sigue son contestar. ¿Se habrá ido?

-¡Jesse!

-Dijiste que no querías oírme -susurra.

Las ganas de matarlo aumentan.

-No tienes solución.

Un corto silencio.

-¿Quieres saber mi respuesta o vas a seguir quejándote de mí?

-La respuesta -admito resignada.

-Tengo contactos, querida May.

-¿Acaso esa es tu respuesta? ¿Y cómo sabes mi nombre? Yo no te lo he dicho.

-Te repito: Tengo contactos...

Le cuelgo. Ya me he cansado, suficiente Jesse por hoy.

Mi móvil vibra. Un mensaje.

"Es de mala educación dejar a las personas con la palabra en la boca."

Jesse

Cojo aire y tiro el móvil a algún lugar de la sala. No sé donde ha caído, mejor. Así no leeré sus mensajes.

Dulce May (DTHE#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora