Capítulo 22 "Nunca sabré lo que es tener una madre"

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Dios mío, ¿qué he hecho? He...he...no puedo casi pensarlo mientras la palabra "traición" se pasea una y otra vez por mi cabeza. Soy una traidora, esa es la verdad. Clare me quiere, yo la quiero y ¿cómo se lo demuestro? Besando a su novio.

Ahogo mi aguada cara en la almohada, emitiendo un largo sollozo.

Tras aquellos besos, ya que a mi pesar fueron varios, me despedí de Harry con una amplia sonrisa, pero desapareció tras abandonar la habitación. Al atravesar la puerta que separaba mi momentánea felicidad de la realidad la culpa calló sobre mí, amarrándome como unos grilletes. Había olvidado todo por unos minutos, pero las consecuencias invadieron mi mente y la sensación que las siguió fue asquerosa. La boca se me secó y mi cuerpo sudaba de una manera fría.

Huí despavorida con Jesse corriendo tras de mí hasta que me perdí calle abajo.

Desde entonces hasta ahora, la madrugada del domingo, he estado metida en mi cuarto sin moverme de la cama. Llorando, chillando y suspirando. No he comido, no he dormido y ni me he duchado.

Y Anne no se ha molestado en preguntarme o preocuparse.

Me levanto perezosamente y caminando como un zombi me dirijo a la ventana. Hace un calor insoportable. Al abrirla el viento golpea mi cara y me refresca instantáneamente, al parecer la madrugada no es tan calurosa.

En el exterior no hay ni un alma y las luces de las farolas parpadean, apunto de fundirse. Antes de volver a meterme entre las sábanas me fijo en algo extraño. Junto a una de las farolas hay una sombra que se apoya despreocupadamente. Guiño los ojos intentando reconocer su cara y cuando esa sombra me mira de vuelta, me saluda.

Tapo mi boca, asustada, y me escondo quedándome por debajo de la ventana.

¿Qué hace aquí Jesse?

Me vuelvo a asomar y tras susurrarle un <<sube>>, le espero en mi cuarto con la puerta de entrada abierta. No puede llamar al timbre a estas horas.

-¿Qué se ha muerto? -Su tono es asqueado mientras se tapa la nariz.

-No estoy para bromas, Jesse -Me siento en la cama y llevo mis rodillas al pecho, agarrándolas entre mis brazos.

Él se posiciona a mi lado. Echa un brazo sobre mis hombros y me acerca, disminuyendo el espacio entre nosotros. Es muy agradable, después de estos días siento algo que me reconforta.

-No sé qué es lo que te pasa, pero sí sé que es algo gordo. Desde que te fuiste corriendo el viernes he estado inquieto. Si estoy aquí es porque hoy ya no podía dormir, la curiosidad y la preocupación me comen.

-Lo siento es sólo que...no te lo puedo contar.

Suspira resignado.

-Comprendo, tan sólo te pido que te cuides. Y realmente espero que algún día me lo cuentes.

-Algún día...

Lo rodeo con mi cuerpo y por un segundo mi dolor se esfuma. Pero claro, sólo un segundo, porque al siguiente ya estoy llorando sobre su hombro.

-May, vas a hacer que mi corazón se rompa -Soba mi pelo, intentando parar mi llanto.

-¿Es así cómo te sientes? -Mi voz no sale mucho más alta que un susurro.

-No sé cómo te sientes tú.

-Culpable.

Su cuerpo se tensa y noto sus puños apretarse en mi espalda. Recuerdo vagamente cuando Harr... Ha... él me dijo que Jesse sentía que la muerte de su madre era su culpa. En cierto modo compartimos el mismo sentimiento.

-¿Te lo ha dicho Harry?

-Sí... -Escuchar su nombre me aturde-. Él me lo contó en la exposición.

Le necesito. Necesito saber que no soy la única que se siente así, es muy egoísta pero necesito a Jesse para consolarme. Estoy segura de que él es el empujón que necesito para mañana poder continuar mi vida con normalidad. Y siento que está aquí a mi lado por eso, tras mucho tiempo el destino vuelve a intervenir, esta vez para hacer algo bueno, algo a mi favor.

-Nunca la he conocido. Ella se fue por mí culpa y ya no podré abrazarla, ni besarla. No sé lo que es tener...una madre.

-Yo tampoco podré abrazarla, ni a ella ni a mi padre. Los dos... -Trago sonoramente- murieron.

También compartimos la misma sensación de soledad.

Acuna mi cara con ambas manos y me mira larga y fijamente. Sus ojos están al límite, nublados por las lágrimas reprimidas. Me planta un beso en la frente, después en la mejilla derecha, otro para la izquierda, y un último en la punta de la nariz. Ambos reímos tristemente después de tal gesto.

-Estamos jodidos -Añado.

-Por suerte nos tenemos a ambos.

Dulce May (DTHE#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora